El baterista tijuanense, radicado en Roma, Italia, desde hace 13 años, ofreció un elegante concierto en el CEART de Tijuana cumpliendo el sueño de tocar en su propia ciudad
Por Jaime Cháidez Bonilla*
Imágenes: Giovanna Mayén
Para Israel Varela el viernes 13 fue un día de buena suerte, por fin después de 8 años pudo presentar en su propio suelo, con sus paisanos, un concierto de jazz flamenco al lado del bajista Sezin Ahmet, el pianista Otmar Ruiz y la esplendorosa Karen Lugo.
Un público receptivo, respetuoso, se fue adentrando en la sincronía de un trío que esparcía su música al aire libre, en el auditorio aledaño al Cinema 4D. Lo que se escuchó fue un jazz de alto nivel que pocas veces se puede apreciar y, además, en forma gratuita, como parte de las actividades de las V Jornadas Vizcaínas 2013.
Varios fueron los momentos climáticos pero, sin lugar a dudas, la fusión del baile flamenco de Karen Lugo y las percusiones de Israel Varela fueron instantes para recordar. El zapateado en un tablón y la concentración del baterista tijuanense eran captados con los ojos, los oídos, las cámaras, y la atención general de las casi 300 personas cómodamente sentadas, acompañadas de un vientecillo emocionado.
Una presentación global: Otmar venezolano, Sezin de Turkía, Karen de Guadalajara y Varela tijuanense. Ahí entre el público estaban los amigos de la infancia, de la juventud, de los estudios musicales en distintos espacios de Tijuana, hasta antes de irse a Europa, en el año 2000.
Varela tiene en mente aquel instante: “Cuando llegué por primera vez a Milan, Italia, lleno de incertidumbres pero con el sueño de ser alguien en la música. Me recogió en el aeropuerto mi hermano Pablo y mi amigo David López. Allí fue el inicio de toda la aventura”.
Cada que está frente a la batería, Israel Varela cierra los ojos, concentra una energía que contagia, se reúne todo en un pequeño cuerpo que se vuelve gigante:
-”De todas mis experiencias puedo resumir que a ningún músico con los que he trabajado les ha interesado cuánta técnica, cuánto conocimiento, o cuantos métodos he estudiado, pero lo que sí interesa es la autenticidad de mi estilo, el amor que le tengo a mi trabajo y la honestidad de mi sonido que al final como dice mi amiga bailaora de flamenco Karen Lugo: no son notas sino vivencias, no son ritmos sino emociones, no es música, soy yo”.
Poco a poco Varela recuerda las postales de su pasado y las desdobla:
-“Cuando me aceptaron en el conservatorio Giuseppe Verdi de Milan entre muchísimos músicos que venían de todo el mundo y había solo un lugar disponible”.
Y mientras Israel Varela regresa a casa y toca concentrado en el concierto del viernes 13, por su mente pasan los momentos más importantes de sus últimos 15 años: la ocasión que tocó junto a Andrea Bocelli en la televisión nacional italiana, su boda en Venecia, la aparición de su primer disco “Tijuana Portrait” que le permitió ganar el Euro Latin Award como mejor disco y mejor artista latinoamericano en Europa 2007 (“este disco cambió mi vida, sin duda, y me abrió muchísimas puertas en la escena internacional”), el nacimiento de su hijo, cuando recibe la invitación de Diego Amador para formar parte de su trío y eso le permite darle 3 veces la vuelta al mundo durante 5 años, y cuando le dicen que tiene que ensayar y prepararse para los conciertos con Pat Metheny.
-“Una experiencia única. Desde el día que toqué la primera vez con Pat mi teléfono hasta no ha dejado de timbrar, siempre hay gente alrededor del mundo que me invita a compartir mi sonido en sus proyectos, porque me han visto con Pat Metheny, en vivo o en videos. Para mí, eso no tiene precio”.
Al final de su concierto en Tijuana, Israel Varela se abraza con sus músicos y recibe emocionado la ovación de los asistentes. El vientecillo fresco pega en el sudor, es Tijuana en la piel de un hombre que pronto regresará a Roma, a las giras por toda Europa, a la carga de trabajo que lo hace feliz. Por este día, el baterista dice sentirse feliz de poder haber tocado en casa, la ciudad que lo vio nacer.
*Periodista cultural.
