Por Ernesto Rios Rocha*
Para cada guerra les dio un arma, no hay guerra sin fusil, sería tiempo perdido.
“Amigo, cuando matas con fusil, no matas la maldad. Cae el cuerpo, y su espíritu va y se mete en otro cuerpo imbécil e ignorante, y se vuelve a manifestar la misma violencia.
Amigo Zapata, amigo Che, tiren el fusil, que el veneno para quemar la maldad es la palabra, el ejemplo de la humildad. El que mata obtiene gloria con los hombres, no con el creador. No les mates el cuerpo sino el espíritu de maldad, con el arma de la sabiduría.
Los malos son como el agua sucia contaminada, no tires el agua, mejor pásala por un filtro, conserva el agua limpia y expulsa la suciedad. No derrames más sangre.
Cuando el creador te dio la máquina, también te dio un manual, léelo bien, practica antes de usarla, porque en esta generación nacieron muchos discapacitados no sólo del físico sino también del entendimiento. No metas la mano en la parte cortante porque te quedarás manco. No creas que alguien propició tu éxito o tu desgracia. Tu máquina sólo tú la has manejado y nadie más, tú te lo has ganado con tus maldiciones o bendiciones. Cada coraje, negatividad y maldición es como un grano podrido entre el granero de tu vida y eso es contaminación. Pero cada sonrisa, positividad y bendición es como un grano que brilla en tu granero, y eso es alimentación. Cuando entras en la cámara del pecado y sales de negro, en vez de blanquearte para aparentar lo contrario, mejor límpiate y no vuelvas a entrar…’’
Busqué al creador. Pero no salí del planeta.
Qué caso tiene salir del planeta sin salir del ordinario estado de ánimo. Yo estaba desnudo. Sin mi carne.
Caminé con los hombres de la tierra y llegué a los ángeles del cielo, y pedí permiso de pasar.
Con los hombres no me detuve a platicar, pues no pudieron darme señal, y me quisieron deprimir.
Con los ángeles abrí paso pero me pidieron muchos papeles, esperanza, fe, amor, paz… tampoco con ellos me detuve, pues yo buscaba al jefe; pero él me dijo: regrésate, en un minuto estaré contigo.
El caso es que todo esto lo estaba diciendo un hombre que no sé si soy yo o somos ustedes, arriba de un templete llamado religión y doctrina, vestido de político y armado de espadas por la lengua, con un gran dominio de la palabra y mirando abajo donde están los pobres oyentes que miran al cielo esperando que aparezca una gran figura espiritual, el gigante guía de nuestra vida, que insisto no sé si son ustedes, todos o yo mismo en mí.
Y me vi desde abajo hablando arriba, pues me escuchaba desde abajo hablando desde arriba, y repitiendo lo mismo decía:
‘’Había dos personas, una de ellas pensaba que la vida era una mierda y su gran fe y poder del pensamiento convirtió realmente su vida en una mierda. Pero el otro creyendo lo contrario su fe lo llevó a un mejor escenario. ¿Por qué he de creer en la crisis o en la abundancia? Desde que nací soy rico por el sólo hecho de nacer. Los locos viven en otro mundo, en el de los locos el cual está en sus mentes. Los cuerdos viven en el mundo real, creemos que es real y está también en las mentes. Es decir que podemos habitar el mundo que deseemos porque lo que es o no es sólo en nuestra mente está pero sin basarnos en parámetros o modelos limitantes que nos debilitan la imaginación. Y mientras habitamos en nuestro universo, el cuerpo habitará donde tiene que habitar porque la condición humana si está limitada pero el ser no.
No será la abundancia la que te enriquece, si no la carencia; tampoco la sonrisa la que te hace feliz, si no la dificultad y mucho menos los aciertos los que te despertarán si no los errores. Utiliza pues toda esa desgracia de tu vida para llegar a donde los afortunados no han podido: la sabiduría.
Si ya eres sabio, seguramente tuviste que haber sido desgraciado y arrastrado por las vidas que te llevaron a entender los resultados. El que desea necesita saciarse y la abundancia te sacia pero no te enriquece. El hambre del hombre emocionalmente vive para saciar su ego. El dinero es libre y el hombre está a su servicio. El dinero es el amo y el hombre es el esclavo. Ayudar a los demás es un ejemplo de amor, pero la publicidad alaba tu ego y lo conviertes en un negocio de satisfacción personal.”
Desperté de mi trance, agonizando. Una viejita me curaba las heridas, y entonces entendí la presencia del creador en aquel momento a como él me lo dijo.
Aparecí otra vez con mi vestido de carne. Accidentado.
Venía por el camino de la inocencia, pasé por la vereda de la ignorancia, me topé con la desesperanza; que me aventaron al sufrimiento. Pero éste me llevó al conocimiento el cual estoy caminando y en esa dirección brilla en el horizonte la sabiduría y detrás de todo esto la eternidad.
Gracias. Gracias por el accidente que me hizo al fin reflexionar.
Es bueno saber que esta situación difícil y embarazosa, es el grano de oro en mi desarrollo mental de entendimientos. La sabiduría es el resultado del sufrimiento procesado con inteligencia. El ser humano vino a éste mundo a sembrar, cosechar y comerse el fruto. Pero después, su ser sale de su vehículo físico y asciende, llevándose sólo el conocimiento, con la única idea de la armonía y la eternidad.
“Que tu cuerpo no te arrastre a las profundidades, mejor tú condúcelo a las alturas.”
A este mundo vinimos a formarnos no materialmente porque la carne no puede transitar mundos espirituales, pero el espíritu si recorre incansablemente los senderos más complejos de la existencia. Cuando ya entendamos que lo más importante es el espíritu, y le demos su importancia, entonces ya no regresaremos a este mundo. Cuando dejemos las emociones dejaremos el dolor y cuando tomemos como director al espíritu dejaremos la condición humana’’
Escuché de nuevo las palabras del creador en su carro de fuego de mil velocidades, omnipotente y él mismo estaba en mí conciencia diciendo:
‘’La sabiduría no es saciar deseos si no aprender a no desear. El hombre regresa al mundo a no hacer lo que hace, a no desear lo que desea y a no volver a ser como fue porque el sabio ya no regresa a la tierra si no que el que vuelve debe subsanar o guiar a los demás como un Mesías lo hace. El cuerpo biológico superficial, le hace creer a tu ser esencial que eres hombre o mujer, pero en realidad no eres menos que un ser espiritual virtuoso. Tu cuerpo biológico es un vestido pasajero que no deja que veas tu esencia. Evita que tu vestimenta y tu superficie corporal física eleven tu ego, pues eso no eres tú. Estás debajo de ese vestido, y ese cuerpo mortal. Eres un ser eterno sujeto a la ignorancia o la sabiduría, según tu percepción central.”
Pero yo aún estaba accidentado, como suicida. Y por un rato fui el hombre más carnal del mundo. La carne es débil. Un alma feliz en un cuerpo adolorido, una mente pobre en un cuerpo rico. Van coincidiendo las penas con los conflictos, confluyen las tristezas y las depresiones. Todo revuelto cae en un agujero oscuro removiendo carne y sangre viva, y al final, a ese jugo, se le llama sabiduría.
‘’Tengo pies sanos, pero mi mente me hizo inválido. Tengo vida, árboles, comida, flores, pájaros, casa, hijos, carros; pero mi mente me condenó al suicidio. ’’
Y me dije: Ay mente, cantas, vuelas, ríes, creas, amas. Tú no necesitas un cuerpo, ya déjalo y vete al paraíso.
Tomé mi mente y me la puse. Aparté el cerebro de mi mente.
Y puse mi cerebro en un ataúd lejos de mí. Recordé mi vida, la primera vida, el accidente. La segunda el suicidio, la tercera la explosión.
*Pintor,escritor, narrador y pedagogo..