Por Sylvia Teresa Manriquez*
“Nos llamamos mediadores porque nos ponemos entre los libros y los lectores, porque tratamos de vincularlos, de encontrar el libro ideal, ese libro especial para el lector”. Vivianne Thirión
Entonces ¿Hay un libro para cada quién?
¡Hay muchos! Pero hay uno que es detonante, uno que nos abre el camino, que nos muestra la belleza del idioma, que nos descubre el discurso del otro con el cual podemos empatar y podemos vivenciar experiencias que de otra manera sería dificil poder lograr; esa es la dicha de los lectores: vivir muchas vidas.
Experiencias que también vive el mediador porque vamos juntos con los lectores…
Claro, el mediador tiene muchas gratificaciones y muchas responsabilidades, ya que las sugerencias de lectura tienen que hacerse con un gran espiritu de solidaridad con el otro, siempre ejerciendo la libertad propia y dejando que los demás la ejerzan. Siempre se dan sugerencias de lectura y debemos vincular esas lecturas con la escritura, ya que es peligroso irnos sólo por un lado de la balanza, es decir, sólo escuchar la palabra y el discurso del otro y no pronunciar el propio.
A Vivianne Thirion, instructora de CONACULTA, la conocimos durante un taller del diplomado de mediadores- programa Salas de lectura- que se imparte por módulos en todo el país. Ella es promotora cultural independiente, capacitadora y tallerista de lectura y narrativa oral. Es narradora desde 1989, cuando descubrió que esto es lo que le gusta: contagiar su entuasismo por los libros enseñando a otros a contagiar el gusto por la lectura. Y con esta actividad ha recorrido México y visitado otros países.
¿Qué son las salas delectura y quienes las forman?
Para crear Las Salas de Lectura se convocó a personas voluntarias con un perfil mínimo requerido, pues deben tener gusto por la lectura e interés y entusiasmo para ayudar a otras personas a ue descubran los libros y la lectura. Se reune a las personas interesadas, conversan y narran historias primero sin el acervo bibliográfico, para que valoren realmente la palabra como unidad mínima de la literatura y como unidad importante conformadora del lenguaje. Luego se pasa de la oralidad a la escritura. Después, los mediadores atienden a su comunidad lectora con libros. Las comunidades son diversas, y se establecen en cualquier parte; hay salas de lectura en patios, en porches, en la sala de las casas, y asiste gente de la comunidad, de todas las edades, también hay muchachos en rehabilitación, grupos indígenas, niños autistas, en fin, esta diversidad es para fortalecer los procesos lectores en todos.
Vivianne ¿Cómo ha sido vivir toda experiencia guiando los pasos de mediadores, reforzando a los que ya tienen trayectoria e impulsando a los nuevos?
Definitivamente gratificante. Tengo más de quince años haciéndolo en todo el país. Es algo muy vivencial, lleno de amistades, de cariño, de satisfacciones. Casi siempre me va bien, aunque no deja de haber una que otra piedrita en el camino. Me gusta mucho ayudar a que este ejército de promotores de lectura crezca, se fortalezca y coseche más lectores.
Ya que menciona “cosechar lectores” platíqueme ¿Hasta dónde llega el alcance de los mediadores?
Esa es la misión y la visión del programa “Salas de Lectura”: un territorio poblado de espacios alternativos de lectura. Justamente eso es lo que pretendemos y hacia allá vamos, es el ideal. Ahorita tenemos alrededor de cuatro mil salas de lectura en el país activas -no entregadas, porque se han entregado muchos más acervos que también se llaman “Salas de Lectura”-. Los cuatro mil mencionados están allí, en el día a día, en diferentes poblaciones, diferentes horarios, diferentes espacios y siempre alrededor del libro.
¿Podemos llenar el país de libros en lugar de armas?
Si, por supuesto. El libro también es un arma llena de posibilidades de acción, de pensamiento. Dicen que se cosecha más con una gotita de miel que con una tonelada de hiel, este simil sirve para los libros como posibilidades de acción.
Armas de miel, armas de piel, en manos de mediadores bien capacitados.
Si, profesionales, convencidos, entregados.
Formar lectores en estos tiempos no es fácil, pero somos prueba de que se puede, sólo se necesita que lo hagamos.
*Comunicadora.