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BASLER PAPIERMÜHLE… MUSEO DEL PAPEL DE BASEL.

Por domingo 18 de agosto de 2013 Sin Comentarios

Por Alberto Ángel “El Cuervo”*

Basler1Es un día no tan soleado… De hecho, llovió abundantemente en Basilea la noche anterior… Decido no tomar el tram y camino por la ribera del Rhin que siempre es un paseo maravilloso… No hay tanta gente en esas gradas que han sido construidas ex profeso para que la gente disfrute sentándose un rato a la orilla de este legendario río que baña muchos países europeos… Muchos idiomas se mezclan en la fiesta veraniega en la ribera de Klein Basel… Del otro lado del río, da el sol solamente por las mañanas y es menos el tiempo, por eso, las gradas están de este lado así como algunas pequeñas playas donde no hay mucha gente dado que es lejos del centro… Paso Johannitter brucke… Desde aquí hasta Mitlerer brucke que es el puente que cruza en la parte media de la ciudad… Camino por debajo del puente para llegar al Hotel Krafft y entregarles el artículo sobre Hermann Hesse quien vivió en ese hotel y ahí escribió El Lobo Estepario… Lo reciben muy agradecidos y ponen el periódico en una vitrina a la entrada del hotel… Salgo satisfecho y por el lado contrario, subo por la escalera del puente y frente a mí, queda la pensativa estatua de La Helvetia… Podría decirse que es el símbolo de Suiza… Representa a una mujer con su lanza y escudo como ha aparecido en sellos postales y sigue apareciendo en monedas suizas, pero en la estatua de bronce por demás bella, se le aumenta una maleta y la actitud desparpajada de la mujer mirando al horizonte tal vez soñando en viajar a cualquier parte del mundo… Desde mi primera visita a Basel, destino una de mis tardes, a visitar La Helvetia y ahí, en un diálogo esquizoide, intentar arrancarle todos los secretos acerca de lo que ha visto pasar a lo largo del Rhin… Pero esta vez, paso frente a ella, le saludo y me despido para seguir mi camino… Cruzo el puente Mitlerer para llegar al centro de la ciudad… Busco llegar a Balfuserplatz, de alguna manera es el corazón de Basel. Ahí es donde se realiza la feria navideña, en esa zona se encuentran todos o casi todos los comercios… Desde ahí parten transportes hacia muchas zonas de la ciudad… de ahí camino a la izquierda y llego al teatro que está atrás de la fuente de Tinguely… Después de indagar acerca de unos implementos de danza, encargo de mi hija, pregunto por uno de los museos más encantadores de Basel… Se trata del museo Papiermülhe, el museo del papel… La persona a quien pregunto, no habla español, inglés ni francés, solamente swiss German, que según los lingüistas es mal llamado alemán suizo y que en realidad es uno de los dialectos del alemán hablado en Suiza, Lietchtenstein y algunas partes de Austria. Sigo caminando hacia arriba y llego al museo Kunts, bellísimo museo de Artes de Basel que siempre cuenta con exposiciones por demás interesantes… Uno de los guardias descansa fumando un cigarro… Desde luego, me da las indicaciones precisas… Lo único que yo recordaba de mi primera visita al museo del papel, es que estaba prácticamente a la orilla del Rhin… Pero con las indicaciones del guardia, sigo la ruta adecuada bajo un sol que ya cobra su intensidad veraniega… Llego a una de las fuentes limpísimas que son muy abundantes en la ciudad y que llevan agua que se puede beber y mantiene una temperatura por debajo de los quince grados promedio… Me refresco llevando mi pañuelo empapado al cuello y continúo hacia abajo hasta llegar de nueva cuenta al Rhin por esta la otra ribera… Unos 200 metros adelante, alcanzo a ver el bello edificio del museo… Ya he hablado en otras ocasiones del papel y su historia, pero lo interesante y bello de este museo es que es interactivo… La historia del papel es interesantísima desde cualquiera de los puntos que se considere en su origen… Por un lado, recordemos que en el antiguo Egipto, se escribía sobre hojas de un vegetal muy abundante a las orillas del Nilo cuyo nombre en latín, papyrus es derivado del griego papiros y este a su vez proviene del egipcio per-peraa que significa flor del rey… Por otro lado, se sabe que los chinos ya fabricaban incluso anterior a ello, papel de arroz y de otros vegetales propios del lugar… Y si nos trasladamos a México, encontramos otro tipo de papel conocido como papel amate del Náhuatl Amatl donde se escribieron los códices que guardaban la historia de los antiguos mexicanos y gran parte de ellos fuera destruido en la conquista. Por fin, llego a la parte de la ciudad que se conoce como Saint Alban porque en el año de 1803, el Arzobispo de Basel Burkhart Von Fenis, funda en este sitio un monasterio dedicado a honrar a Santa María y a San Alban. Un río de nombre Birs, descendía de las partes altas de la ciudad y su agua cristalina alimentaba un gran sector de la misma. El agua que descendía fue llevada primero a un canal y posteriormente dividida en dos canales. Ahí fueron construidos doce molinos en la pendiente que aprovechaban la energía del agua que caía hasta el Rhin. De estos, diez fueron utilizados como molinos para fabricar papel en los últimos años de la Edad Media dada la gran demanda del mismo. En épocas posteriores al gran terremoto que destruyó una gran parte de la ciudad de Basel, se decidió amurallar la ciudad y los molinos quedaron rodeados de la muralla que protegía a sus habitantes. Aun pueden verse algunas torres de entrada a Basel que formaban parte de la muralla mencionada. Así, tenemos la entrada o torre de St. Alban a unos cuantos pasos del museo del papel y al otro lado de la ciudad, una impresionante torre que también formaba parte de la muralla y es conocida como Spalentor. Poco a poco, fueron desapareciendo los molinos, pero en la actualidad, se conservan en condiciones verdaderamente sorprendentes, dos de ellos que forman parte del PapierMuhle. Son los llamados Gallician Mill y el Stegreif Mill. Fue en el año de 1453 cuando Antonius Gallician convierte el molino en una fábrica de papel. De todo ello me enteraría cuando una dama gentil me recibe a la entrada y en inglés le explico que escribo en un periódico cultural de México llamado La Voz del Norte. Ella me da la bienvenida y me proporciona información. De inmediato, se acerca Stefan Meier Encargado de producción del museo y después de escuchar que platican en swiss German, me dice la dama que soy bienvenido y poniéndome un sticker de visitante distinguido, me comenta que puedo tomar fotos y que pondrá una persona que me guíe y me explique el funcionamiento del museo. Es la segunda vez que “La Voz del Norte” me abre las puertas para realizar un reportaje en Basel no obstante no haber mostrado la tarjeta de presentación que me solicitan Basler2acreditándome como colaborador del periódico. Entro al museo y me recibe Dario, un joven que es uno de los guías en la visita al museo. Entrar al papiermuhle es verdaderamente un viaje al pasado… Las maquinarias, son réplicas exactas de las originales y el método que se sigue utilizando para la elaboración del papel es exactamente igual desde la época medieval… Comienza Dario por comentarme que en la Edad Media, había recolectores de ropa que ya era considerada inservible, algo así como los ropavejeros de nuestro país… La ropa que recolectaban en grandes costales, era llevada al molino y ahí comenzaba el proceso que se conserva como tal en nuestros días. Lo primero era despedazar las telas en pequeños fragmentos o tiras mismos que se llevaban y siguen llevándose a las tinas donde unos gigantescos martillos de madera que son movidos por la rueda y esta a su vez por el agua que corre hacia el Rhin, golpea con gran fuerza hasta verdaderamente pulverizar los trozos de tela para lograr una mezcla que será llevada a hervir eliminando los colores que las telas hubieran tenido y convertirlas en una mezcla blanca o amarillenta pálida… esta mezcla es sometida por medio de dos ruedas enormes de piedra a nuevos procesos de molido, por así llamarle, hasta que queda convertida en una verdadera pulpa de celulosa y agua. De esa batea enorme, se saca con un cedazo muy fino, enmarcado para delimitar la hoja de papel a fabricar, una pequeña cantidad de pulpa para que se quede en el cedazo dejando escurrir un momento el exceso de agua… El cedazo tiene en la parte de en medio, una especie de sello con el símbolo de Basel, mismo que dejará, una vez secado el papel, una tenue marca que a contraluz puede verse muy bien y se conoce como Watermark o marca de agua y que identifica al lugar de fabricación del papel. Esta marca, puede personalizarse si se elaboran sellos con los escudos de la familia, por ejemplo. Siguiendo las instrucciones de Dario, sumerjo el marco que es del tamaño de una hoja carta y logro sacar una película uniforme que dejo escurrir… Ya que escurre, volteo el marco contra un paño que recibe la película de celulosa y ahí se deja un momento para un segundo paso de secado… De ahí, se lleva a una prensa de tornillo para que se elimine casi toda el agua restante… Con gran cuidado ahora, levanto las esquinas de la película de celulosa para pasar a un segundo paño y de ahí llevarlo al secado por calor aunque anteriormente, me aclara mi nuevo amigo, simplemente se colgaban como la ropa hasta que el papel quedaba completamente seco. El Basler Papiermuhle en la actualidad es administrado por la Fundación Paper Mill que fue instaurada en el año de 1971 siguiendo las instrucciones del Gran Consejo del Cantón de Basel para su utilización como museo interactivo. Ahí, el visitante puede fabricar su propia hoja de papel, utilizar una pluma de ave para escribir sobre ella o bien realizar su “tipografía” letra por letra a la usanza antigua y terminar doblando el papel para sellarlo con la marca personal en cera dura… El museo muestra una bella variedad de instrumentos antiguos para la elaboración del papel y al lado un jardín con las plantas que pueden cultivarse y utilizarse para la elaboración del mismo. La pedacería de tela sigue recolectándose para su utilización como se hacía en la edad media y de la misma manera, el papel se recicla para que de esta manera este bellísimo museo contribuya a la conservación del equilibrio ecológico. Agradezco a Dario el recorrido después de que me entrega las dos hojas de papel fabricadas a mano por mí en un sobre del museo… Agradezco de nueva cuenta a la dama encargada de la recepción y a Stefan Meier el encargado de la recolección y producción del Papiermuhle… Y agradezco a “La Voz del Norte” el tener el honor de colaborar con mis artículos que me abren por segunda vez, las puertas de una institución europea con sólo mencionar que “soy periodista y escribo en un periódico cultural de México…” La caminata se hace más ligera por la sensación de alegría que me produce la experiencia vivida en ese museo del papel… Un mundo mágico para niños y adultos… Casi sin sentir, llego hasta el atelier, el taller o estudio donde trabajo la pintura ahí en Erasmus Platz y me quedo un largo rato contemplando las hojas intentando saber lo que voy a crear en ese lienzo que yo mismo acabara de crear en el museo…

Contemplando el papel hecho a mano por mí y preguntándome de dónde obtendremos el papel para la realización de La Voz del Norte…

*Cantante, compositor y escritor.

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