EN SU MEMORIA
Doctor en Antropología, ex rector de la Universidad Autónoma Indígena, Institución asentada en Mochicahui, el Fuerte, Sinaloa, de la que fue cofundador, investigador y maestro emérito.
Por Salvador Echeagaray Picos*
El sábado primero de junio, en mensaje enviado a mi correo electrónico por una inolvidable amiga de mi juventud primera, me enteré del lamentable fallecimiento de un entrañable amigo con orígenes familiares en el solar que me vio nacer, San Javier San Ignacio,: Jesús Ángel Ochoa Zazueta el “chuty” para mí y el resto de sus innumerables amigos que cosechó en el quehacer académico y cultural en el noroeste de nuestro país y en los estados de Arizona y California en los E. E. U. U.
Apasionado de las diversas culturas indígenas, cultivó y estrechó amistad con líderes representativos de las variadas etnias durante los recorridos “a pie” decía él, por los innumerables caminos transitados en Sinaloa, Nayarit, Sonora, Chihuahua, las Californias y Arizona, buscando, primero, a los” ancianos” y lo que de su propia naturaleza humana le reflejaban y después, la sabiduría que estos venerables “guías” aportaban a la comunidad en el entorno cultural en el cual se desenvolvían.
Voraz lector, en esta ciudad de Culiacán ejerció un periodismo marcado por sus ideales juveniles; crítico político vertical, honesto, polémico, sin dobleces, chocó no pocas veces con líderes de diversa calaña al sentirse estos referidos o dañados en sus intereses por los comentarios críticos publicados allá por la lejana década de los sesentas, en aquel provinciano y monopartidista Sinaloa de una sola universidad y un sólo periódico influyente,…. el despegue hortícola y éxito económico de agricultores de origen griego que a la par de esforzados sinaloenses trabajaron con ejemplar dedicación la tierra que generosa, les proporcionó fortuna, ésta sí, legítima y explicable.
Jesús Ángel Ochoa Zazueta, obtuvo el grado de Doctor en Antropología, en la edad de plena madurez, en la etapa brillante se su vida dedicada a la docencia y a la investigación en la Universidad Autónoma Indígena de México que funciona en Mochicahui, entre los Mochis y el pueblo mágico de El Fuerte, creada con el impulso y recursos financieros durante la administración gubernamental de Juán Millán Lizárraga, habiéndose obtenido con posterioridad el apoyo económico del gobierno federal para su funcionamiento que desde luego, es insuficiente para el enorme reto que significa educar a la gran población indígena que desde varias partes del país, acude a esta institución que siembra el conocimiento en todos aquellos mexicanos que han decidido romper las cadenas que los mantienen atados aún a la ignorancia y al atraso social.
El Doctor Jesús Ángel Ochoa Zazueta, es un sinaloense integrante, como muchos otros, de la llamada generación de la cultura del esfuerzo, ya que por méritos propios, fue elegido como rector de la mencionada Universidad Indígena, habiéndose desempeñado como co-fundador, que lo fue, en la docencia y la investigación en la misma institución que significó ser la madre nutricia de sus afanes de superación académica e intelectual.
El Doctor Ochoa Zazueta, fue autor de diversas obras, basadas en la materia antropológica. Recibió el premio de ensayo histórico, social y cultural, otorgado por el Gobierno del Estado de Sinaloa, a través de D.I.F.O.C.U.R. por el libro de su autoría, “Sones riaños, arpas, pataleadas y tañedores yolem-me”. Este ensayo se consideró por la crítica como “poseedor de cualidades. Con conocimiento del tema, manejo creativo de fuentes teóricas del más alto nivel y escrito con prosa límpida y correcta”. Obtuvo el premio nacional de antropología en 1989.
El Doctor Jesús Ángel Ochoa Zazueta, fue parte de una corriente crítica que condenó los prejuicios hacia las etnias. Siempre calificó de perversos los adjetivos calificativos colonialistas hacia nuestras sociedades nativas.
Pionero en la desconocida disciplina de la etnomusicología, de lo que derivó en el conocimiento de los mundos de la magia de los “Sones riaños”, “las pataleadas y los tañedores” , con instrumentos nativos que en innumerables ocasiones “montó” y escenificó en el patio de una casa que rentaba por la calle Rosales al oriente, aquí en Culiacán, haciéndonos participar en las noches lunares, a varios de sus amigos, en la “manipulación” o el “tañer” de “ollas”, “jícaras”, “apastes” diversos de barro, “pitos” de diversos materiales y sólo él como sumo “hechicero” llevaba la voz cantante, produciendo inentendibles sonidos guturales y nasales que a la luz de la luna, nos ponía la piel de “gallina”. Tiempo después me enteré que un comité de vecinos formado ex profeso, pretendió su desahucio de aquella casa que los desconocedores de los “ritos” de nuestras etnias, denominaron “satánica”. Nunca supe si la gestión de los temerosos vecinos tuvo éxito, pero eso, como se llegó a decir hace tiempo…..es otra historia.
¿Dará frutos la cementera del conocimiento que con grandes esfuerzos ayudaste a forjar?…..con uno sólo que se asemeje a ti….no habrás arado en vano, amigo “chuty”..
*Notario Público Número 113