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ELENA GARRO NAVARRO (1916-1998) Una de las Mejores Escritoras del Siglo XX

Por domingo 30 de junio de 2013 Sin Comentarios

Por Sofia Mireles Gavito*

Elena-Garro-NavarroElena Garro nació el 11 de diciembre de 1916 en Puebla. Sus padres: el español José Antonio Garro y la mexicana Esperanza Navarro. En 1936 realizó estudios de Humanidades en la UNAM. En ese entonces estudió danza con Zybin, alumno de Pavlova. Fue actriz y coreógrafa del Teatro de la Universidad, cuando lo dirigía Julio Bracho.

El 25 de mayo de 1937 contrajo matrimonio con Octavio Paz Lozano. Poco después viajaron a España para participar en las brigadas internacionales de resistencia civil. En 1938 regresaron a México. A partir de entonces, Elena Garro trabajó como periodista. En 1945 colaboró en Nueva York con el comité judío-americano, para después viajar a París y reunirse con Octavio Paz. En la capital francesa hizo amistad con artistas e intelectuales, destacando Breton, Peret y Picabia – del movimiento surrealista- y Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares y César Vallejo- jóvenes escritores hispanoamericanos. En esta época escribió en Berna su novela: “Los Recuerdos del Porvenir”.

En 1948 volvió a México. Ese mismo año nació su hija HELENA. Entre 1951 y 1954 la familia residió en Japón. A su regresó a México, Elena Garro escribió la obra teatral FELIPE ANGELES.

En 1957 se estrenó la trilogía “Hogar Sólido”- Andarse por las ramas, Los Pilares de Doña Blanca y Un Hogar Sólido-, las cuáles publicó junto con otras piezas breves en 1958.

En aquel periodo escribió guiones cinematográficos para las películas SOLO DE NOCHE VIENES – basado en el cuento de Elena Garro: “La Culpa es de los Tlaxcaltecas” – y LAS SEÑORITAS VIVANCO, entre otras.

Entre 1959 y 1963 residió en Nueva York. Regresó a México para recibir el Premio Xavier Villaurrutia por Los Recuerdos del Porvenir. En 1968, por circunstancias políticas se autoexilió junto con su hija en Nueva York, de donde partió en 1974 hacia Europa, alternando diez años de residencia entre Madrid y París.

Regresó a México en 1993. Murió el 22 de agosto de 1998 en la ciudad de Cuernavaca, Morelos de un paro cardíaco, derivado del enfisema polmunar y la insuficiencia cardíaca que padecía desde hacía tiempo.

Según opinión de varios críticos literarios, Elena Garro es una de nuestras más grandes escritoras mexicanas. En cuanto a su prosa narrativa es la mejor, nadie la iguala.

Elena Garro se desenvolvió en cuatro áreas: como novelista, cuentista, periodista y en teatro. En el cuento, es autora de piezas magistrales de la literatura mexicana. Su obra “La Semana de Colores” es uno de los libros de cuentos más hermosos de la literatura moderna mexicana. Ahí están la visión de la infancia, los juegos, las emociones, los descubrimientos, todas las cosas maravillosas de la infancia que Elena nos descubre, con ese realismo mágico que también está en sus mejores novelas y en sus obras de teatro, y que la caracteriza de manera fundamental. Su gran novela, su novela maestra, es sin duda, Los Recuerdos del Porvenir.

El teatro de Elena Garro es también muy importante. Un Hogar Sólido, la obra con la que debuta en 1958, contiene 6 piezas cortas, entre las cuales están: Los Pilares de Doña Blanca, Andarse por las Ramas, El Rastro, etc. El teatro de Elena Garro está siempre entre dos realidades, entre dos tiempos, éste y el del más allá, entre dos espacios: el rural y el urbano, que ella conjugaba maravillosamente, entre la magia y la cotidianidad, entre la poesía y la pasión. Ella rompió con el teatro costumbrista, y creó un teatro moderno que se adelantó a su tiempo. Innovadora, inauguró un estilo, el realismo mágico en el teatro.

Para formarse una idea de quién fue Elena Garro, tenemos que conocer como eran sus padres y como fue su infancia; ella misma dice de sus padres lo siguiente: “Mi mamá era una señora muy fantasiosa. Muy rara. Porque lo único que le gustaba era leer. Todo lo demás…que se cayera la casa”. Lo mismo era su padre. Nos cuenta Elena Garro que poco antes de morir su padre, se fue a vivir a su casa y se pasó los tres últimos meses acodado en una mesa leyendo. Y su madre, acostada en una cama, leyendo. Según su madre, tener virtud era leer. Y así Deva, su hermana y ella se pasaron su infancia leyendo.

*Cronista de Tonala, Chiapas.

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