“Cumplo este año, nos dice Miguel Medina, sesenta y cinco como trovador. ”¡Ah, los trovadores de México! ¡Qué gran historia todavía no escrita! Miguel Medina, legendario trovador, maestro de música, exquisito requinto, y amante por igual de la guitarra y del piano, nació en Monterrey, N. L. Respecto a ello nos dice con cierta sorna: En un año, en un mes y en un día, como decía Miguel de Cervantes en su inmortal Quijote, del que, ¿para qué?, ni siquiera quiero acordarme ”Medina, quien sobrepasa los divinos ochenta con prestancia, señorío envidiable lucidez mental, llegó a este mundo con la música en la raíz de sus genes y la música le brota armoniosa y rítmicamente por los dedos y la voz. Tiene además Miguel algo de filósofo a estas alturas de su vida, como hombre que ha vivido intensamente. Miguel Medina formó con su hermano Toño y el cubano Fernando Estenoz el célebre trío “Los Avileños”. Más tarde, con Toño, Enrique y Oscar, sus tres hermanos, conformó el grupo “Los Medinas”. Posteriormente Toño creó a “Los Chinacos” y “Los Medinas” se dispersaron. Desde entonces Miguel trabajó en solitario, aunque colaborando esporádicamente con diversos tríos. Con este hombre que ha vivido y vive de y para la música, que es su vida, y que para nosotros sigue siendo uno de los trovadores más genuinos de México, hablamos, aquí y ahora, de los trovadores, de los que tanto y tanto sabe.
–¿Miguel, le preguntamos, crees tú que los trovadores en México pertenecen ya a una especie en extinción?
Tu pregunta me parte el alma, nos responde, pero algo hay de eso. Cada vez somos menos y no veo a trovadores jóvenes por ninguna parte.
–¿Entonces?
Entonces yo espero y deseo que los trovadores nunca mueran. Tengo fe en que surjan nuevos trovadores entre nosotros. México sin trovadores no sería México.
–¿Qué canciones son las que más le pide el público a un trovador?
Sin discusión ninguna las más solicitadas todavía son “El andariego”, “Sabor a mí”. “Si nos dejan”, “La media vuelta”, “De qué manera”, Como ha pasado la vida”, “Contigo en la distancia”, “Cuando vivas conmigo”, “Gema” y “Novia mía”. Seguimos siendo, se diga lo que se diga, un país romántico.
–¿Qué debe saber de especial un trovador?
Debe saber todas las canciones si es posible. Debe tener una muy buena y clara memoria, porque de repente le pueden pedir a uno alguna canción no muy conocida y el no saberla representa una pérdida económica.
–¿Qué diferencia hay entre un trovador y un cancionero?
El trovador es más completo que el cancionista porque tiene que saber todos los ritmos y tener un repertorio mayor y complacer al público únicamente con su voz y su guitarra.
–¿Quiénes son y han sido los más auténticos trovadores de México en tu opinión?
Fíjate que no son muchos. Es fácil contarlos. Entre nuestros grandes trovadores destacan Willie Fonseca, Carlos Hernández, quien perteneció al trío “Los Trovadores de México”, el yucateco Pastor Cervera, Chucho Híjar, Roberto Hernández Rivera, el “zurdo” Pancho, Paco Hurtado, Jesús Homero Torres, Carlos Borúa.
–¿Pepe Jara?
Pepe Jara con todo el respeto que me merece no fue trovador.
–¿Qué fue entonces?
Fue un admirable cancionista, pero aquí estamos hablando de trovadores. Pues sigamos hablando de trovadores. ¿A quién consideras el más malo de nuestros trovadores?, le preguntamos de súbito y derramando lo que se dice muy mala leche.
A ninguno, nos responde tajante y caballerosamente, pero, ¡bueno!, te contaré una anécdota. Había un trovador llamado Ray a quien en cierta ocasión le pidieron una canción y no hablaron del precio. Después de cantarla y decirle al cliente lo que le cobraría, éste le dijo:
Cantas de la fregada, Ray, pero…¡-cómo cobras!.
A lo que Ray, que era un tipo muy simpático, le contestó:
Señor, alguna gracia debo yo tener.
–¿Y qué pasó, Miguel?
Le pagaron y lo celebraron.
–Muy bien. ¿Y a quien consideras hoy el trovador mejor pagado de México?
El trovador mejor pagado de México se llama Luis Miranda Manceras.
–¿Y quién es él pues no lo he oído nombrar en mi vida?
Lo entiendo. Nadie lo conoce por su nombre.
–¡Vaya!, ¿Cómo se le conoce?
Se le conoce como El Enano Margarito. Ha participado en muchas películas y ahora su teatro de acción es el Metro. Ahí, en menos de lo que canta un gallo, Luis se saca sus trescientos pesos, lo que no ganan hoy la gran mayoría de los trovadores en una noche de canto hasta el cansancio.
–Loado sea, ¿no crees?
Claro que sí. Margarito es mi gran amigo y a las doce del día, lo que me alegra mucho, ya lleva trescientos pesos o más en la bolsa. Él trabaja en la línea Cuatro Caminos. Toma el Metro en San Cosme y cuando llega a Cuatro Caminos, y a veces antes, ya la hizo.
–Fenomenal, Miguel. ¿Qué te parece si antes de terminar nuestra charla le rendimos tributo a los trovadores muertos, que cada vez son más?
Hombre, me parece muy bien. Es bonito que lo recuerden a uno y si es vida mucho mejor que muerto.
Recordemos. En este momento recuerdo, entre los que ya pasaron a mejor vida, los nombres de El Malevo, Daniel Carrillo, Enrique Sánchez Alonso, Gilberto Saucillo, Juan Neri, Humberto Cenobio, “La Gallina” que era como todos lo conocíamos; Marco Antonio Alcalá, Toño Córdoba, Pepe Martínez “El Carita” y, no sé si muertos o vivos todavía, me acuerdo de Hilario Arreguín “El Chinaco” y Juanito Camarillo.
–Pues muchas gracias Miguel por hablarnos de los trovadores.
No, hombre, gracias a ti por preguntarme e interesarte por nosotros.
No es para menos, Miguel, los trovadores siempre ha sido para mí, y lo seguirán siendo, artistas admirables y entrañables de este México tan humano y singular, en mitad de sus contradicciones. Ojalá que los trovadores no mueran nunca y sigan por siempre conmoviendo y consolando nuestras vidas con sus poéticas y sentidas interpretaciones.
*Poeta y periodista andaluz.