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Librería El Día 50 años de historia tijuanense, contra viento y marea

Por domingo 9 de junio de 2013 Sin Comentarios

Por Jaime Chaidez*

La librería El Día, fundada originalmente el mes de mayo de 1963 en la calle Sexta de Tijuana, hace 50 años, ha sido un oasis de papel para millones de tijuanenses y turistas culturales. Inaugurada en una Tijuana de 150 mil habitantes, El Día se mantiene en pie para una ciudad que sobrepasa los 2 millones de ciudadanos fronterizos en este 2013.

Esta librería ha sido visitada por cientos de escritores como Carlos Monsiváis, Juan Goytisolo, Paco Ignacio Taibo II, Federico Campbell y el cantante español Joaquín Sabina, por citar algunos. Un nuevo local de El Día fue inaugurado en 1983, hace 30 años, dándole continuidad al proyecto original. El local de la calle Sexta fue cerrado en el invierno de 2008, luego de las crisis de violencia y económica que se dieron en la ciudad.

Vladimiro Alfonso López Camacho, quien desde 1968 se incorporó a la oferta librera de su padre, de nombre homónimo Alfonso López Camacho, ha conmemorado este 2013 de una manera discreta. “Soy reacio a las celebraciones” dice. Mandó editar un libro como regalo especial para sus fieles clientes, “y también es una especie de homenaje para mi padre, un español exiliado que encontró en Tijuana su nuevo hogar, familia y trabajo” señala. López Camacho patrocinó el título “La falsa memoria. Ensayos sobre la revolución floresmagonista de 1911 y sus detractores” escrito por Gabriel Trujillo Muñoz.

Precisamente, el escritor mexicalense Trujillo Muñoz, cliente de la librería los últimos 25 años, califica al librero López Camacho como “un pedazo de Barcelona trasplantado a Baja California, un vino generoso, un libro sin fronteras”. Trujillo Muñoz recuerda sus visitas a la librería El Día desde principios de los años 90 y hace una síntesis de sus encuentros:

“Veo a don Alfonso y pienso que lo que ha hecho que El Día sea tan diferente al resto de las librerías del noroeste de México, es que nuestro interlocutor es un auténtico librero, un amante sin concesiones del libro como objeto cultural, como joya intelectual de la humanidad en su conjunto. Don Alfonso no se concibe a sí mismo, como sucede con buena parte de sus colegas bajacalifornianos, como un simple vendedor de libros. Sin perder su presencia comercial, López Camacho ha sabido crear en plena frontera un espacio de tolerancia, libertad y sabiduría, una tertulia para bien del espíritu”.

Por su parte, la escritora tijuanense Rosina Conde que desde hace años radica en la ciudad de México reflexiona sobre la importancia de esta librería y su dueño:

“Gracias a Alfonso tuvimos acceso a libros que jamás habríamos leído en Tijuana, si no fuera porque él, de acuerdo con nuestros gustos e intereses, mandaba pedir para su librería. Él siempre actuó, más que como un maestro, como un tutor literario y político nuestro”.

Otro más de los escritores tijuanenses radicados en la ciudad de México, Federico Campbell, entiende que la existencia de la librería El Día en Tijuana “ha sido una declaración de amor de cincuenta años al libro y una reiteración de fe en la palabra escrita. Su mera presencia, su persistencia, ha sido también una defensa implícita de ciertos valores que tienen que ver con la cultura y con la experiencia más sublime del ser humano: el conocimiento. Por otra parte, la vocación de un librero como Alfonso López significa una reiterada y generosa muestra de servicio a los demás, a Tijuana, a los lectores, una apuesta por la cultura gráfica”.

Daniel Salinas, periodista y autor de 3 libros hasta el momento, ha seguido de cerca el tema de las librerías en Tijuana. En especial, califica a López Camacho como un bibliófilo para quien el oficio de librero nunca se ha limitado a vender papeles con tinta. “Ningún librero de la región ha asumido con una vocación tan quijotesca su actividad, que más que labor parece a veces misión o apostolado. Vaya, estoy frente al auténtico Quijote del libro en Tijuana, sin duda el hombre que más ha hecho por la lectura en esta ciudad y él mismo me dice, sin atisbo de autocompasión ni lamento, que el final de su negocio está cerca. Imaginé y sobre todo deseé que Alfonso López me dijera, con esa sangre de resistencia marca “no pasarán” heredada por su padre anarquista, que los libreros aguantarían en la trinchera como heroicos milicianos, pero no; sus palabras están impregnadas de realismo y huérfanas de lamentos. Don Alfonso pone el dedo en la llaga: el problema no es si las librerías tradicionales son sustituidas por una tienda de Apple y si los papeles con tinta mutan en Kindle. El verdadero problema es que el futuro del libro en México, el crecimiento de una sociedad lectora, no depende del soporte tecnológico, sino de la calidad de la educación que vincule al ciudadano con la pasión por la lectura, como disciplina primaria para acceder al conocimiento y a la soberanía intelectual” opina.

El propio librero habla del 50 aniversario del nacimiento de la Librería “El Día”, “cuya celebración se ha convertido en un reclamo de la conciencia ante el justo y necesario recuerdo de mi padre, fundador de la librería que originó mi llegada a México; hecho que se constituye en un episodio más de la azarosa vida de un republicano español que salió camino al exilio como consecuencia de la cruenta guerra civil (1936-39) española”.

“Así es que la celebración del 50 aniversario de la Librería “El Día” no es ni más ni menos que un merecido homenaje a su fundador Alfonso López Camacho quién en 1963 tuvo la osada y feliz idea de poner en marcha un negocio de venta de libros, apoyado por su familia mexicana, invaluable capital humano en el incipiente e imprevisible inicio de una aventura de esta naturaleza” señala.

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*Periodista cultural.

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