Por Carlos Varela Nájera*
Lacan afirma que el psicoanálisis, si bien no es una ciencia dura, implica una práctica instrumentada en un discurso, que se acerca extimamente a una ciencia, es el límite de una errancia sin perder de vista un real que la ciencia dura desperdicia, a saber las subjetividades.
El real que sostiene la ciencia es el gen y la neurona, por su parte, el real del psicoanálisis es el lenguaje, y sobra decir que ningún real es más que otro, aunque la ideología cientificista intente imponer sus reales a las comunidades científicas, éstas caen en el atolondradicho, ni el qualia los salva.
Ese qualia, es lo que siempre ha dicho el psicoanálisis, implica lo más singular del sujeto, lo que no está determinado por lo genético, eso que escapa a la ley y que no se puede universalizar. El qualia Lacan lo nombra como real, es lo imposible de representar y de representarse, escapa a la cognitivacion y localización cerebral.
Frente a este imposible de nombrar aparecen diferentes fenómenos del sujeto que se secularizan como es el caso de la conciencia, la normalidad, la felicidad, es decir, cierto cientificismo no envidia para nada a las más sofisticadas religiones, de hecho cuando se plantean cuestiones como la felicidad, el bien común, máxima satisfacción, se parecen más a ministros de culto que a profesionales de la investigación.
La felicidad absoluta es un falso espejismo, pero sirve como coartada para manipular a las masas en el nombre de una exigencia cientificista, pero esa ideología cientificista en lugar de sostenerse sobre su real, a saber la neurona y el gen, se apropian de un discurso que tiene más de religioso que de científico, como la autoayuda, coaching, corrección de algún error cognitivo, hipnosis, regresión a una etapa anterior, relajación, sugestión, aún el padre de la terapia cognitiva Aron Beck usaba la sugestión y relajación de lo cual siempre se acusó al psicoanálisis en su práctica por no usar métodos científicos, pero mientras lo diga y use un cognitivista está bien dicho y se transforma por arte de magia en un método científico objetivo e incuestionable, “para bajar la ansiedad: sugestión y relajación”, es decir que en nada se diferencia de un charlatán, convencer a alguien que su conducta es depresiva y que cambie de conciencia…eso se llama sugestión.
Jacques-Alain Miller les llama a ciertas técnicas MAMI (Métodos de Autocoercion Mental Inducida) es el nombre más adecuado, según este psicoanalista para muchas de las terapias que hoy se ofrecen con un sello científico. Si la relajación y la sugestión la da un psicoanalista, es anticientífica, pero si lo ofrece Beck, esa relajación y sugestión se convierten mágicamente en científica, a eso le llamamos ironía o bien la impostura.
Lejos de pensar que Freud es un sujeto dogmático o creyente él muestra lo contrario: “sería muy simpático que existiera dios, que hubiese creado el mundo y fuese una benevolente providencia, que existiera un orden moral en el universo y una vida futura; pero es un hecho muy sorprendente el que todo esto sea exactamente lo que nosotros nos sentimos obligados a desear que exista”.
Con estos planteamientos nos veríamos llevados a pensar que la búsqueda de felicidad no estaría más que en un plan de salvación, y esa visión salvifica no la comparte el discurso psicoanalítico, algunas teorías y técnicas la mantiene en su seno, no es nuestra función, aún con todo esto el psicoanálisis le apuesta a la ciencia, ya en su tiempo Lacan mencionaba que la impotencia de una práctica es la condición de ejercicio de su poder, bajo este argumento se tendría que analizar qué es lo que nos quieren vender como ciencia, ya que una cosa es la ciencia, y otra muy distinta esa que se apoya en un pretendido objetivismo, y sus técnicas no pasan de ser sugestiones, manipulaciones, para dar en el blanco, usurpando vestiduras científicas, sin ser más que pura ideología, por ello todo conocimiento es fundamentalmente ilusorio y mítico menciona Jacques-Alain Miller citando a Gastón Bachelard.
*Licenciado en Psicología por la UAS Psicoanalista,
Doctor en Educación, Profesor e Investigador.