Por Faustino López Osuna*
El 16 de este mes de mayo, pero de 1917, nació en Sayula, Jalisco, Juan Rulfo y pese a que somos muy dados a festejar fechas quinquenales, el año pasado, que yo recuerde, valga la redundancia, no lo recordó ni CONACULTA, pese a que se cumplieron 19 quinquenios, o sea 95 años, de su nacimiento. A ver si dentro de cuatro años, cuando cumpla el siglo, lo recuerdan aunque sea en Sayula.
Lo anterior me trajo a la memoria que cuando regresé de Bulgaria en enero de 1969, el viaje que debería hacer con la ruta Sofía-Nuremberg-Bruselas-Montreal-México, debido a tempestades de nieve por todo Europa del este, cambió en pleno vuelo por haberse cerrado el aeropuerto de Nuremberg y tuvimos que descender en Zurich, único aeródromo que nos dio cobijo, cerrándose también por varias horas, después de nuestro arribo. Por cuestiones de prestigio y competencia, resulté sobre atendido primero por la compañía Tabso, búlgara, y luego por la Air Swisser, suiza, a la que me cambié debido a tanto retraso desde Sofía, para volar directamente a Bélgica. Recorriendo el aeropuerto por matar el aburrimiento, de pronto, en un exhibidor giratorio de libros y revistas, encontré la edición alemana, de bolsillo, de Pedro Páramo.
Como yo ya tenía desde varios años atrás la versión en nuestro idioma y hasta conocía personalmente al autor, Rulfo, no le di importancia al hallazgo. Y, como lo he dicho anteriormente, perdí la oportunidad de hacerme, por un dólar de entonces, de aquella edición que, como rareza, hubiera presumido en nuestro país, aunque no hablara alemán.
Con un nombre kilométrico y distinto tanto en la fe de bautismo como en el registro civil, en una entrevista Juan Rulfo reconoció llamarse Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno. Fue escritor, guionista de cine y fotógrafo.
Huérfano de padre a los 7 años y de madre a los 11, en 1929 Juan Rulfo se trasladó a San Gabriel, Jalisco, donde vivió con su abuela; posteriormente en el orfanatorio Luis Silva, en Guadalajara, donde inició sus estudios de Primaria casi cuando quedaba huérfano de padre. Al terminar Bachillerato en 1933, intentó ingresar a la Universidad de Guadalajara pero, por encontrarse en huelga, optó por trasladarse a la ciudad de México, asistiendo como oyente al Colegio de San Ildefonso. En 1934 comenzó a escribir sus trabajos literarios. En 1946 se dedicó igualmente a la labor fotográfica. En 1947 se casó con Clara Angelina Aparicio Reyes, con quien tuvo cuatro hijos: Claudia Berenice, Juan Francisco, Juan Pablo y Juan Carlos. En 1953 publica El llano en llamas, integrado por diecisiete pequeños relatos. En 1955 su novela Pedro Páramo, que tuvo nueve largos años de gestación y para la que, el mismo Rulfo confiesa, El llano en llamas le sirvió en su búsqueda, logrando concluirla entre 1953 y 1954, gracias a una beca del Centro Mexicano de Escritores. Pese a ser considerada una obra maestra, su edición por el Fondo de Cultura Económica (FCE) fue tan sólo de dos mil ejemplares, de los cuales únicamente se vendieron la mitad y la otra mitad fue obsequiada.
De 1954 a 1957, Juan Rulfo fue colaborador en la Comisión del Papaloapan y editor en el Instituto Nacional Indigenista, justo entre los años de la publicación de sus dos más importantes obras, lo que deja ver lastimosamente, que no vivía de sus regalías. Entre 1956 y 1958, escribió su segunda novela, El gallo de oro, publicada hasta 1980.
Hito en la historia de la literatura universal, si Don Quijote de la Mancha de Cervantes es la máxima obra que cierra para siempre la novela de caballería, Pedro Páramo es el parte aguas de la literatura mexicana que marca el fin de la novela de la Revolución. Muy estimada por diversos autores de talla mundial, de ella Jorge Luis Borges dijo: “Pedro Páramo es una de las mejores novelas de la literatura de lengua hispánica, y aún de toda la literatura.” Gabriel García Márquez, que siempre dijo que Pedro Páramo era la obra que todos los novelistas desearían haber escrito, declaró, al recordar su primera lectura: “Álvaro Mutis subió a grandes zancadas los siete pisos de mi casa, con un paquete de libros, separó del montón el más pequeño y corto, y me dijo muerto de risa: ¡Lea esa vaina, carajo, para que aprenda! Era Pedro Páramo. Aquella noche no pude dormir mientras no terminé la segunda lectura. Nunca, desde la noche tremenda en que leí la Metamorfosis de Kafka en una lúgubre pensión de estudiantes de Bogotá, casi diez años atrás, había sufrido una conmoción semejante.” También Susan Sontag: “La novela de Rulfo no es sólo una de las obras maestras de la literatura mundial del siglo XX, sino uno de los libros más influyentes de este mismo siglo.”
Pedro Páramo ha sido traducido a varios idiomas: alemán, sueco, inglés, francés, italiano, polaco, noruego, finlandés, portugués. Su autor, Juan Rulfo, recibió el Premio Xavier Villaurrutia, en 1956. Fue ganador del Premio Nacional de Literatura, en 1970. Fue elegido miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, en 1980. Ganó el Premio Príncipe de Asturias de España, en 1983. Murió de 69 años en la ciudad de México, el 7 de enero de 1986.
*Economista y compositor.