Por Faustino López Osuna*
De El Cardón llegaste al pueblo
huérfana y sola, Tomasa,
para enfrentarte a la vida,
tempranamente casada.
Con tu esposo y con tus hijos
organizaste la casa
inculcándonos a todos
tu fe en un mejor mañana.
Compasiva con los débiles,
entera ante la desgracia,
privilegiaste el trabajo
combatiendo la ignorancia.
Abnegada como madre
y de moral espartana,
nos impulsaste a ver alto
y a confiar en nuestras alas.
Por encima de rencores
nos enseñaste, Tomasa,
a valorar nuestra tierra
pero sobre todo, a amarla.
Y así como un día llegaste
te fuiste una madrugada,
con la frente en alto, madre,
con la dignidad más alta,
pidiendo que no lloráramos
tu partida solitaria,
segura de haber cumplido
con la historia y con la patria.
*Economista y compositor.