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Del Chapopote Al Petróleo

Por domingo 28 de abril de 2013 Sin Comentarios

Por Juan Cervera Sanchís*

Del-ChapopoteTal parece que el vocablo chapopote tiene su origen en el término maya chaach pok, que significa “mascar y limpiar”.

Desde los tiempos más remotos fue utilizado por los pobladores costeños para diversos usos. Hay testimonios que demuestran que el chapopote sirvió como detergente dental y, asimismo, se usó para remediar algunas enfermedades musculares.

Con chapopote se iluminaban los templos y también se solía emplear como emoliente y enervante. Se usó, a su vez, como fijador y como impermeabilizador.

Desde los inicios de la vida virreinal en México se tuvo conocimiento del chapopote. Andrés Tapia, en su estudio “Relación Histórica”, publicado el año de 1540, escribe:

“Es muy bueno para calafatear y no entra por ella broma porque es amarga”

En 1579 Alfaro Santa Cruz deja escrito:

“En esta provincia en algunas partes hay fuentes de un agua que se cuaja con el sol, que es como resina; pueden pegar con ella…”

En la Nueva España se le denominó “caldo de la tierra”. Resultó, por lo general, un inconveniente para la ganadería y la agricultura. Las “tierras con caldos” se devaloraban. Se llegó a considerar las tierras donde había lagunas de chapopote como “malditas”.

Durante la independencia, uno de los primeros en darle importancia al chapopote, fue el sacerdote don Manuel Gil y Sáez, quien radicaba en el poblado de Tepetitlán, Tabasco. Este sacerdote sugirió que podía ser empleado como iluminante y combustible. Esto allá por el año de 1863.

Gil Sáez logró reunir media docena de barriles de dicho líquido y lo mandó, para su examen, a Estados Unidos. Su propuesta cayó en el vacío. Nadie pues le hizo el menor caso, casi casi lo tomaron por loco.

Si, entonces, se pensaba en el petróleo como un posible iluminante.

La verdad es que se estaba muy lejos de sospechar tan siquiera lo que ocurriría más tarde con aquel producto.

Uno de los precursores de la explotación petrolera fue el ex gobernador de Tabasco don Simón Sarlat Nova. Este hombre visionario, el año de 1883, adquirió tierras en Macuapana y trajo de Estados Unidos un equipo de barrenos para perforación para abrir pozos y destilar el aceite extraído de ellos.

El éxito se le negó. La industrialización del petróleo en México no llegaría hasta principios siglo XX.

En Estados Unidos, ya en 1879, se crea el monopolio petrolero de la Standard Oil Co. En México, los constructores del ferrocarril del Istmo y Tampico, que ya estaban informados de lo que sucedía tras fronteras, olfatearon el negocio y comenzaron a comprar s precios muy bajos tierras en Tulillo y en otras partes.

La industrialización estaba en marcha y ya nada ni nadie la detendría.

A partir del año 1901 las obras de perforación de pozos llegaron a la Huasteca y Tuxpan. En 1906 comienzan las grandes obras de exploración.

Al término del porfirismo la inversión petrolera se aproximaba a los mil millones de pesos.

La petroquímica crecía y crecía y se transformaba en numerosos derivados. El chapopote que iluminaba los templos en la antigüedad comenzó a iluminar e incrementar las cuentas bancarias y pasó a ser el más millonario de los negocios del siglo… hasta cuanto estamos viendo y viviendo.

Liberación y dependencia por el petróleo. Fenómeno vivo que seguirá estando presente en este nuevo siglo todavía por un buen tiempo, pues aunque materia no renovable, el chapopote o petróleo continúa siendo un protagonista capital de nuestro tiempo y nuestro futuro inmediato.

*Poeta y periodista andaluz.

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