Este personaje, sin duda, fue un intelectual de avanzada en el campo de la educación. Su llegada a este mundo se da justamente en el contexto final de la lucha independentista de Nueva España; habían sido 10 largos años de caos en el territorio mexicano, donde transitar por sus caminos era por demás temerario, ya que los viajeros en sus cortas o largas travesías se exponían a ser asaltados, tanto por bandidos, como por grupos que se decían simpatizantes de una insurgencia que había sido descabezada con la muerte de José María Morelos y que negaba rendirse, sosteniendo una dispareja lucha de guerra de guerrillas comandada por Vicente Guerrero, que por momentos tomaba nuevos aires y que más tarde culminaría (un año después) con el reconocimiento del nuevo país, por parte del gobierno español. En ese escenario nació Gabino Barreda, en el seno de una familia acomodada, que le permitió ingresar a la Escuela de Medicina frisando los 23 años. Iniciada la guerra de intervención norteamericana a nuestro territorio (1846-1848), Barreda abandonó sus estudios para incorporarse a la lucha contra tropas enemigas. Sus conocimientos de medicina le permitieron estar en la primera línea y darse tiempo para atender a los heridos.
Firmados los acuerdos en los que México perdió parte de su territorio, Barreda continuó sus estudios en Francia, entre 1857 – 1851, donde abrevó de su maestro Auguste Comte, los principios filosóficos del positivismo en la enseñanza; ideas que más tarde puso en práctica en la filosofía mexicana. De nuevo en México (1851), se incorporó a la cátedra en la escuela de Medicina de México, impartiendo Filosofía Médica, Historia Natural y Patología, cuando esta cátedra se creó en la Facultad de Medicina de México. Su vida transcurrió entre académica, investigación y la política. En varias legislaturas representó a su país, tal fue el caso de la Conferencia Internacional de Correos, en París, en 1878, seis años después de la muerte de Benito Juárez, quien en su momento le instruyó para que redactara la Ley de Instrucción Pública (1867), instrumento legal que un año después, daría pie a la creación de la Escuela Nacional Preparatoria y de la cual Barreda fue su primer director; ya como autoridad tuvo la oportunidad de incluir en los planes y programas de estudio la enseñanza a través del método científico.1 El Dr. Barreda fue un convencido de que solamente con educación se podía mantener la cohesión social para dejar atrás el drama de inestabilidad política y social.
En retrospectiva, la educación en la vida institucional de nuestro incipiente país, se podía delimitar por dos grandes momentos, muy marcados: antes y después de Gabino Barreda.
Antes, porque el sistema, educativo nacional (si se le podía llamar así) se desenvolvía en medio de un gran atraso; sus márgenes estaban reducidos al sistema monacal, así como al de los colegios religiosos y no iban más allá de la escuela neoescolástica.2 El otro gran momento vendría con la reforma educativa planteada por el Dr. Barreda que sin duda es un parteaguas en la vida institucional, porque si bien es cierto que el positivismo había dicho adiós al sistema de enseñanza en Europa, en nuestro país, Barreda supo adoptar y adaptar lo funcional de esta doctrina a nuestra realidad. Este aporte sería determinante en la construcción futura de la educación. Los estudios realizados por Barreda lo ubican como todo un pedagogo que supo interpretar, que no imitar de Comte, los nuevos métodos sistematizados de enseñanza que podían aplicarse en nuestro espacio social, que tendiera a desarrollar en los educandos su capacidad creadora, priorizando todos aquellos procesos que facilitaran la construcción del conocimiento. Según su apreciación debía partirse de lo simple a lo complejo y de lo abstracto a lo concreto; Barreda creía en el cultivo del entendimiento y los sentidos: para ello, señalaba, era necesario el raciocinio puro; luego observación, como soporte del raciocinio; posteriormente, afirmaba, conjuntas, observación y experimentación, formarían de manera natural, la escala lógica por las que debía transitar nuestro espíritu caminando sin sobresaltos de las matemáticas a la Física.
El aporte del Dr. Gabino Barreda a la educación, se manifestó en la revolución de los métodos de enseñanza; buscaba la coincidencia entre la teoría y la práctica; entre lo abstracto y lo concreto, como ha quedado anotado. Algunos pedagogos criticaron la escasa atención que con el método científico, impulsado por él, según ellos, se daría a la literatura y a las bellas artes; por supuesto, el Clero, puso el grito en el cielo y no perdió tiempo y combatió la reforma educativa ya en marcha, que Juárez había anhelado. A través del tiempo, aquella Reforma Educativa ideada por el presidente Benito Juárez y redactada por el Dr. Gabino Barreda, ha sido objeto de muchísimas enmiendas, pero sin duda fue un avance sin precedentes ante el oscurantismo y total abandono en que se encontraba la educación, en un país, que al momento de la muerte de su principal impulsor, apenas si llegaba los 60 años de vida independiente.
Obra:
Don Gabino Barreda, nació en la hermosa ciudad de Puebla el 19 de febrero de 1820. Fue un ávido lector. A los 43 años de vida, publicó su obra titulada De la educación moral (1863); posteriormente Oración cívica, a los 47 y Opúsculos, discusiones y discursos, cuatro años antes de su muerte, acaecida el 20 de marzo de 1881, en la ciudad de México.
*La Promesa, Eldorado, Sinaloa.