Por Juan Manuel Véliz Fonseca*
“Gracia abundante del cielo recibiste Tierra bermeja de los indios cocoyomes; gracia sin límite tú a la patria diste y al pobre minero; derramaste dones en el arroyo espinado de acacia, la sed calmaste del soldado de Loyola que alabó al señor, besó la estola y bendijo tu nombre ¡San José de Gracia! H. Ayuntamiento de Sinaloa 1978-1980.”
El antiguo mineral de San José de Gracia fue bautizado con el nombre de San José de Gracia el 19 de marzo de 1604 por órdenes de los jesuitas Juan Bautista de Velazco y Alonso de Santiago. Este lugar era habitado por los indios cocoyomes a las orillas del arroyo, al cual pusieron el mismo nombre. Por otra parte los ohueras, chicuras y chicoratos lo hacían en las márgenes del rio Petatlán, que buscaban su evangelización.
En el año de 1828 se descubre la primera veta de oro por los gambusinos como Joaquín Manuel, José Manuel y Francisco de apellido Peña, la que queda registrada como la Mina Grande. La fama del mineral de San José de Gracia y su calidad del oro extraído de sus minas se extendió gracias a nuevos yacimientos como “Todos Santos”, “Carpintería”, “Veta Tierra”, “Los Hilos”, “Dulces Nombres”, “La Pirámide, S.A.”, “El Oro Azul”, “San Francisco”, “Las Bolas”, “La Verdadera Lluvia”, “Jesús María”, “San Caralampio”, “Santa Rita”, “San Nicolasito” y “Santo Niño”. Todas ellas se registraban en la agencia minera del distrito con cabecera en la villa de Sinaloa, a cargo de Lorenzo Saracho y el perito minero Ing. Carlos Talancon.
En la biografía del obispo Francisco de Jesús María Echavarría y Aguirre relata de cómo en esta región de San José de Gracia cobra auge al descubrirse una veta rica en oro en la Hacienda El Rosario “Cuando en aquella época era un presbítero, cuando lo mandaron llamar urgentemente para que confesara a un indígena moribundo, cuando concluyó la confesión, el penitente ordenó a su hijo mayor que condujera al señor cura donde se encontraba el tesoro y que éste sería para él. Dicho tesoro era una veta la cual se encontraba frente al Jacal del Moribundo; era un lugar de cerros elevados, divididos por un arroyo. La veta, muy rica en oro, estaba cubierta con cueros de cabra para que no la vieran, incluso, se dice que cuando iniciaron los trabajos ponían cueros crudos en la superficie para que no fueran desparramados los metales cuando tronaron los barrenos, cuyos efectos producían puro oro, con poco tepate”. Quedaron como propietarios los familiares del después obispo y ellos fueron Francisco, Antonio y José Vicente Echavarría Aguirre Iniciándose así la fama el Real Mineral de San José de Gracia.
En 1880 fue comunicado San José de Gracia vía telegráfica con la villa de Sinaloa, eran 85 kilómetros que los separaban. Así mismo con el resto del país.
En 1887, aparece un norteamericano de nombre George Lewis quien adquiere los derechos de la mina “La Purísima” e instala el primer molino marca Huntingron movido por vapor.
Ya para ese entonces existía una sociedad entre Miguel Tarriba y Francisco Peraza Martínez, empresarios de gran empuje y talento, que en corto tiempo tuvieron grandes resultados en la explotación de sus minas con grandes yacimientos en oro como fue la de “Santo Tomás y San Judas”, que despertaron la codicia de compañías norteamericanas e inglesas para su instalación.
En 1868 en el distrito de Sinaloa aparece San José de Gracia como una población notable con cabecera de Alcaldía, mineral a la izquierda del arroyo de su nombre, tributario del Rio Sinaloa, a cuyo a lado derecho se une enfrente del rancho de San Ignacio, y que estaba a 6 leguas del desaparecido (bajo las aguas de la presa Bacurato) pueblo de Chicorato.
Las actividades mineras se interrumpieron primero a finales del siglo XIX por la aparición del Cólera, siendo contratado por la compañía Anglo el doctor Luis G. de la Torre, y más adelante por el conflicto armado de 1910, originando que San José de Gracia dejara de ser aquel centro minero de gran concentración.
En 1893 San José de Gracia es aprobada como directoría política con las celadurías: Santa María, Temuchina, Alisos, San Ignacio, Potrero de Vargas, Cuitaboca, Depósito, Torobuena y Chicorato. Entre los que destacaron como directores políticos Juan de Dios Bátiz Y Eligio Abitia, el primero padre del Ingeniero Juan de Dios Bátiz Paredes fundador del Instituto Politécnico Nacional, quien incluso curso ahí sus primeros años de escuela primaria.
En 1895 llega la tecnología de avanzada instalándose una planta de cianuración que le permitiría evitar el uso del mercurio y de esa manera recuperar el oro aún de minerales marginales.
En 1896 debido a la importancia de su cabecera Buenaventura Martí Casals, Francisco Peraza Martínez y Francisco González de la Vega obtienen la exención de contribuciones como empresa industrial para introducir agua potable por ría de fierro.
En 1898 San José de Gracia tuvo un auge con más de 150 minas, todas de oro, registradas en una extensión superficial de 15 millas cuadradas.
En 1907 en el distrito de Sinaloa la principal fuente de empleos era la compañía Jesús María y Anexas, propiedad de la Anglo Mexicana Mining Company, formada por accionistas residentes en Estados Unidos y Gran Bretaña, con 360 mil pesos, lo que representó el 55.7 por ciento de importe de la producción minera y la Negociación Minera La Pirámide, con 280 mil pesos, que aportó el 44.1 por ciento. Hay que agregar que en este mineral sobresalen los empresarios mineros oriundos del distrito como son los Tarriba y los Echavarría, asociados con españoles, norteamericanos e ingleses.
De acuerdo con la aprobación de la Constitución Política de 1917, San José de Gracia se convierte en cabecera de sindicatura y actualmente se explotan las siguientes minas: “Tres Amigos”, “San Pablo”, “La Unión” y “La Purísima”.
Por último no hay que olvidar a un enamorado de San José de Gracia, que allí vivió cuando niño y nunca lo olvidó, el ex gobernador Alfonso Genaro Calderón Velarde, ya que festejaba sus cumpleaños en ese pueblo de la sierra. Tampoco el vals a San José de Gracia que compuso el maestro Faustino López Osuna a petición del propio nativo de calabacillas, Chihuahua.
Fuentes bibliográficas.
Archivo Histórico, consulta al Periódico “El Estado de Sinaloa”
José Carlos Rodríguez Laura, el Municipio de Sinaloa, Pasado y Presente, Primera edición, Consejo Ciudadano Para el Desarrollo Cultural del Municipio de Sinaloa, 2009.
José María Figueroa- Gilberto López Alanís, 18 Encuentros con la Historia, Sinaloa Tomo I, El Distrito de Sinaloa, Eustaquio Buelna. 2003.
Iglesias y Personajes del Municipio de Sinaloa. Ayuntamiento de Sinaloa 2002-2004,10º Diplomado en Geografía e Historia de Sinaloa , Las Minerías de San José de Gracia y la Hacienda de Rosarito, Armando Guadalupe Félix Bojórquez
*Profesor de la FCA / UAS. Sinaloa de Leyva.