Por Carlos Lavín F.*
Dos barrancas cercan el Centro Histórico de Cuernavaca, la de Amanalco al Oriente y la de Chiflón de los Caldos o Analco al poniente. El agua de estas barrancas, como las demás de Cuernavaca baja de filtraciones subterráneas de la Sierra del Ajusco-Chichinautzin, más concretamente del paraje llamado Fierro del Toro y de las Lagunas de Zempoala, todas finalmente son afluentes unas de otras. A lo largo de ellas, sobre todo de la del Chiflon de los Caldos se encuentran varias cascadas una llamada Salto de San Antón de 40 metros de altura, otra la del Salto Chico, donde se hallan los muy raros prismas colgantes como pocos en el mundo, lugares que la nueva administración del Presidente Municipal Jorge Morales Barud, ocupado en la ecología, se ha dado a la tarea inmediata de acondicionar para ser visitados, incluyendo un recorrido barranqueño a treinta metros de profundidad entre exuberante vegetación y fauna, en pleno centro de la ciudad de Cuernavaca que se pueden visitar de día y de noche.
La presencia de éstas barrancas que se formaron en millones de años donde el agua fue excavando su profundo cauce, aunado a sus corrientes de agua fría y a la vegetación que ahí se desarrolla, provoca el mundialmente famoso y agradable clima de la ciudad de Cuernavaca, en donde no hay muestra de grandes oscilaciones de temperatura durante todo el año. Funcionan como un gran radiador que reduce la temperatura ya que además por su angostura y profundidad el sol les da solamente unos momentos al día, por lo que todo el tiempo existe un clima frío dentro de ellas, por otra parte distribuyen la humedad en todo su recorrido. El sistema de barrancas también permite el paso de vientos o chiflones provenientes del norte que al recorrer las barrancas genera un descenso de la temperatura creando un clima fresco, esto se logra en razón de que a lo largo de esas barrancas la zona está libre de construcciones y ahí, en sus cuencas, corre el viento fresco por debajo del aire caliente y éste por ser menos denso, tiende a subir sacando el aire refrescante de las profundas barrancas. Por esta acción se considera que el sistema de barrancas favorece la estabilidad del clima de Cuernavaca, y de hecho, cuando nos alejamos de las barrancas se observa un aumento de la temperatura. En el municipio de Cuernavaca se encuentran más de 200 barrancas y barranquillas, la mayoría está al poniente de la zona conurbada de donde llegan los vientos favorecedores del clima. Al norponiente comienza una red de barranquillas, todas con agua, que se unen al rio Tetela que baja de los manantiales del Tepeite para formar la Barranca de Atzingo, le siguen al poniente las del Tecolote, la Tilapeña, la Colorada, los Sabinos y Tembembe, todas confluyen.
FLORA Y FAUNA
Estas barrancas mantienen una gran extensión de bosques que son hábitat de una gran diversidad de especies de flora y fauna silvestres. La fauna de estas barrancas tiene 650 especies. De invertebrados tenemos 292 especies de mariposas, tarántulas y otros arácnidos. Un cangrejo llamado barranqueño que todavía subsiste; 263 aves, entre ellas existe, en El Salto de San Antón, una muy rara variedad llamada apódida porque se creía que no tenían patas; conocida vulgarmente como vencejos de cascada, que atraviesan volando las caídas de agua que también son característicos de las Cascadas de Iguazú. Por su similitud, se cree popularmente que son golondrinas, con las cuales no guardan ninguna relación, tienen un vuelo similar a éstas ya que cazan insectos volando en acrobacia pero pertenecen a otro orden, están estrechamente relacionadas con los colibríes, duermen colgadas de sus frágiles patas en los riscos de esta barranca igual que los murciélagos, deambulan por toda Cuernavaca y en las tardes bajan a dormir por bandadas a las paredes acantiladas de esta barranca en un espectáculo único. Las golondrinas, que también las hay se posan en los alambres de la luz, y edificios, los vencejos no lo pueden hacer, si llegan a caer ya no pueden levantar el vuelo, han desarrollado formas de ecolocalización como los murciélagos para orientarse en las barrancas oscuras donde duermen, todo lo hacen volando incluso sus nidos y tomar agua, son migratorios y vienen a invernar, también hay gavilanes, palomas, tórtolas, gorriones, calandrias, primaveras, cuervos, urracas y zanates. 9 reptiles, como diversas víboras, iguanas, lagartijas, camaleones, tortugas. 16 anfibios, gran diversidad de sapos, ranas, salamandras y 69 mamíferos como son conejos, cacomiztles, mapaches, tejones, zorrillos, tlacuaches, ardillas, ratas de campo, ratones. Todas estas especies conviven con los cuernavacenses dentro de la misma ciudad, la mayor parte del tiempo esta fauna está en las barrancas que son su hábitat natural. Cuernavaca se encuentra a 1521 metros SNM y a cientos de kilómetros de la costa, sin embargo, todavía en el primer cuarto del siglo pasado, a lo largo de estas cuencas y en las ubicadas más al sur de la ciudad, en casi todo el Estado de Morelos, había abundancia de camarones (langostinos), nutrias de rio llamadas perros de agua que median hasta un metro y medio de largo, sus pieles servían de tapetes de cama o en los quicios de las entradas de las casas para sentarse por las tardes. También había almejas de rio, que vivían en las aguas frías y claras bien oxigenadas, además hacían un trabajo de filtración continua al tomar del agua el alimento que requerían, así se ocupaban de “limpiar” individualmente cientos de litros de agua cada una; apenas alcanzaban los dos centímetros y tenían un alto grado de reproducción.
Cuernavaca y su famoso clima los espera, a lo largo de la historia, aquí escogieron vivir o tener su casa de reposo, Moctezuma, Hernán Cortés, Maximiliano, y en la época moderna una lista interminable de personajes internacionales de las letras y de las artes.
*Cronista de Cuernavaca.
