A mediados de los setenta, tuve la suerte de realizar mi práctica docente en este antiguo pueblo, rico en tradiciones prehispánicas y mestizas. Buen número de habitantes conserva sus firmes rasgos indígenas. Es gente orgullosa de su pasado, trabajadora, alegre, fiestera, apegada al ritual religiosos católico que se manifiesta durante las conmemoraciones de Semana Mayor, recordando la pasión de Cristo a través de representaciones donde participan personajes locales. Todos aquellos que intervienen en esas celebraciones se preparan con esmero durante el año para hacer la mejor actuación en esos rituales heredados por sus ancestros.
Durante la Semana Mayor, que principia con el Domingo de Ramos y concluye con la Pascua que es la resurrección de Jesucristo, en Tacuichamona impresiona la cantidad de personas que se dan cita para disfrutar, no sólo la recreación de la vida y muerte de Jesús de Nazaret, sino para ser parte de lo otro: el ser humano que funde y se confunde con otros, para dar paso a la fiesta mestiza, al baile, la comida y la bebida.
San Francisco de Tacuichamona en su origen, según lo asienta el obispo de la Mota y Escobar, en 1604 era un pueblo de indios cuya nación (Lacapaxa), estaba comprendida en la provincia de Culiacán, reino de Nueva Galicia; en 1621, seguía teniendo esa misma categoría;1 desde entonces obedecían con mansedumbre las indicaciones de sus pastores religiosos y hasta la fecha, se distingue por ser uno de los pueblos que conserva esta tradición.
La toponimia de este asentamiento, según Héctor R. Olea, se interpreta como lugar de la palma quebrada o rota2. Por su parte Armando González Dávila3, señala que el significado de Tacuichamona es, lugar en el cerro rompido (sic). En cambio don Pablo Lizárraga Arámburo afirma que, significa culebra venado grabada en piedra. En lo particular nos inclinamos por esta versión por la existencia de un gran petroglifo donde se distingue de otras figuras este reptil con dos cuernos.4
La destacada maestra Rina Cuéllar Zazueta, investigadora de las costumbres de nuestros antepasados señala que…Tacuichamona tiene una forma especial de observar la Semana Mayor; inicia su celebración con el miércoles de tinieblas, dejando una pequeña veladora encendida en la iglesia, que significa la presencia de la Virgen María (el resto del edificio permanece a oscuras. El jueves dan el último toque de campanas, por lo que para llamar a los creyentes a misa, se utiliza una maraca de madera. Impresiona ver a los “judíos” apostados a la entrada del poblado, realizando evoluciones en el primer círculo del pueblo (que en su origen tiene una forma circular).5 Estos personajes, señala la ameritada maestra, lucen una vestimenta muy vistosa y encendidos colores. Cubren su cabeza con una cupilla o gorro, que termina en punta, con remate de listones de varios colores. Dicho gorro es adornado con moños y diminutos espejos. Los “judíos” se cubren el rostro con una pañoleta donde sólo asoman sus ojos (a la usanza árabe), en sus manos manejan una lanza de aproximadamente tres metros de largo, con adornos. En estos rituales, vestimentas y accesorios, anota la maestra Cuéllar Zazueta, se encuentran sin duda, reminiscencias de danzas y evoluciones de encuentros entre moros y cristianos con los que se conmemoraba la reconquista de España. Estas tradiciones han sido preservadas por nuestros pueblos del legado evangelizador español.
Visitar Tacuichamona en estos días es importante; se tendrá oportunidad de vivir la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, admirar las viejas casonas que aun se conservan y su iglesia que ha resistido el paso de los años, además ser parte de la fiesta y el baile, de la comida y de la calidez de su gente.
Este asentamiento ha recibido las luces del progreso, hace 35 años sólo contaba con una escuela primaria y era una comisaría. Hoy se cubre el aspecto educativo desde preescolar hasta educación media superior, está conectado a la carretera México 15, a través de una carretera asfaltada, que permite un desplazamiento rápido y seguro. Sus fiestas tradicionales de semana Mayor siguen siendo un atractivo al que concurre gente de la región y del extranjero y es una semana de encuentro de familiares y amistades que habitan fuera de esa localidad.
*La Promesa, Eldorado, Sinaloa.