Por Faustino López Osuna*
Alma Cervantes Cota, en su libro “El saber del sabor sinaloense. Historia, tradiciones y recetas”, recientemente presentado en Culiacán por el doctor José Ángel Pescador Osuna, presidente de El Colegio de Sinaloa y la licenciada María Luisa Miranda Monrreal, directora general del Instituto Sinaloense de Cultura, cita lo que Yolanda Cota Quintero, de Ahome, escribe sobre la capirotada: “La versión más antigua de este postre podemos verla en una copia del libro De re coquinaria, de Apicius, hecha hacia finales del siglo IV y comienzos del V. Ahí, entre los guisos y las preparaciones favoritas de los romanos de esas épocas, se encuentra la Sala Cattabia, antecedente de la capirotada.” Y reproduce las instrucciones de cómo se preparaba. Luego proporciona la receta de la capirotada moderna.
El Pequeño Larousse Ilustrado, a su vez, asienta: “Capirotada. Aderezo de hierbas, huevos, ajos, especias, etc., para rebosar los manjares. Plato criollo”, que nada tiene que ver con nuestro postre sinaloense que le da sabor a la cuaresma.
El día 20 del presente mes, llamado por la maestra Alicia Montaño, coordinadora de las actividades con las que se conmemora el 35 aniversario del Centro de Estudios Justo Sierra (CEJUS), en Surutato, Badiraguato, asistí, como invitado especial, a la espectacular presentación del coro Voces de la Sierra, integrado por 350 niños y jóvenes de primaria, secundaria y bachillerato de dicha institución en las comunidades serranas de Santa Rita, Santo Tomás y El Triguito, reforzado por alumnos de la primaria de Ocurahui, del vecino municipio de Sinaloa.
Con la atinada asesoría del maestro Humberto Zazueta, el impresionante coro, bien timbrado y de sobresaliente cuadratura, presentó un excelente concierto conformado por 10 composiciones consideradas joyas del cancionero popular mexicano, como Dos arbolitos, de Chucho Martínez; La feria de las flores, de Chucho Monge; La interesada, de Chava Flores y La norteña, de José Elizondo, entre otras, cerrando, de manera espectacular, con mi Corrido a Badiraguato.
He de admitir que, afortunadamente, de 1978 en que di inicio a componerle a Sinaloa, hace cosa de 35 años, a la fecha, he tenido la satisfacción de escuchar canciones mías interpretadas y grabadas por artistas consagrados, como don Luis Pérez Meza, Alberto Vázquez y Julio Preciado, por citar algunos. Y más recientemente, por la Orquesta Sinfónica de la UAS, zona sur (El cosalteco) y la Orquesta Sinfónica Sinaloa de las Artes (Himno oficial del Estado de Sinaloa). Pero no había tenido el privilegio de escuchar uno de mis corridos a los municipios del Estado, con 350 voces a la vez, en uno de los pueblos que menciono del propio municipio. Impactante y emotivo.
En honor a la verdad histórica, agregaré que dicho corrido fue el primero que compuse a nuestra tierra, a solicitud del entonces diputado Octavio Lara Salazar, quien personalmente acudió a verme a las oficinas que ocupaba en el organismo público descentralizado Desarrollo Integral de la Comunidad Rural del Estado de Sinaloa que yo dirigía y, por la premura con la que lo necesitaba, le pedí me auxiliara recordándome pueblos de Badiraguato para mencionarlos. Me recordó más del doble, de los que yo seleccioné los de aquellos que me servían para rimar con ellos. Para la noche del mismo día ya lo había terminado. El diputado me puso al tanto que en dos o tres días sería aniversario del municipio y, para facilitar las cosas, le pidió a un compañero de trabajo, cantante, Enrique Mottolá Durán, que lo interpretara en el evento celebrado en la cabecera municipal. Este corrido también fue la última grabación, en febrero de 1981, del llamado Trovador del Campo, el cosalteco Luis Pérez Meza, cuatro meses antes de su fallecimiento en Guasave, hace 32 años.
Al término del extraordinario evento del Coro de la Sierra, la admirada maestra Alicia Montaño tuvo la gentileza de mostrarnos las estupendas instalaciones del CEJUS, cuyos dormitorios separados para mujeres y varones me hicieron recordar con nostalgia el internado de la Prevocacional del IPN en Culiacán, donde estudié secundaria de 1956 a 1959.
Es de justicia mencionar que desde su concepción hasta su exitoso presente, la visión de su creación se debió a la tenacidad aguerrida del ingeniero José Antonio Malacón Díaz, ex Secretario de Educación Pública y Cultura de Sinaloa, destacado educador sinaloense, distinguido vecino de Surutato y, actualmente, Asesor Externo del propio Centro de Estudios Justo Sierra y a quien, en esta gratísima visita, tuve la satisfacción de saludar personalmente, en compañía de otros amigos funcionarios y regidores municipales.
Cabe reconocer, junto con los magníficos organizadores de los eventos conmemorativos del CEJUS, a las madres de familia, quienes nos atendieron con lo mejor de los platillos de su exquisita cocina y, de maravilla, con la más sabrosa capirotada elaborada con el prestigio del tradicional sabor nuestro, sinaloense, disfrutada con la pureza resplandeciente y la frescura del aire perfumado a pinos y robles de la sierra sinaloense.
*Economista y compositor.