Por Juan Cervera Sanchís*
Nuestra bandera de las tres garantías, es decir, nuestra bandera trigarante, nació el histórico 24 de febrero de 1821. Fecha del abrazo de Acatempa.
Los antecedentes de esta bandera se remontan, sin embargo, a los tiempos prehispánicos. Las diversas tribus autóctonas tuvieron sus banderas o estandartes, que portaban con vivo entusiasmo y que defendían con firme virilidad.
Tlacaelel ideó que cada barrio tuviera su bandera con el fin de distinguirlo de los demás.
El abanderado se llamaba Achcauhtl. Se aseguraba perfectamente el estandarte a su espalda.
Los tlaxcaltecas tenían como escudo un águila con las alas extendidas.
El sinónimo mexica de bandera era peutli o espernitl. Se trataba de un estandarte de de guerra.
El culto a la bandera se remonta, en México, a lejanos tiempos.
Al llevarse a efecto la llamada Conquista, el rey de España impuso un escudo en el que se veía la laguna y los volcanes.
Fue Cristóbal Colón el que trajo al nuevo continente el pendón morado de Castilla. Hernán Cortés portaba como enseña un lienzo negro con una cruz escarlata.
A lo largo del periodo virreinal se utilizarían diversas insignias y escudos.
El último en usarse durante dicha época fue azul morado con la Gran Cruz de San Andrés. Se cerraría así la vida política de la Nueva España.
Miguel Hidalgo y Costilla enarbolaría en Atotonilco de Guanajuato una imagen de la Santísima Virgen de Guadalupe. Fue pues el escudo de los iniciadores de la Independencia.
José María Morelos y Pavón utilizó dicho escudo en su bandera de dos cuadrilongos, uno blanco y otro azul, adicionándole las siglas VVM, cuyo significado es: Viva la Virgen María.
Llegaron así al día en que Guerrero e Iturbide se dan el histórico abrazo de Acatempan. Allí juran sostener el Plan de Iguala, que garantizaba la unión, la religión y la independencia. Con el propósito de que tan importante suceso no fuera olvidado se decidió crear una bandera tricolor que expresara y testificara en cada uno de sus colores una de las garantías. Y así fue: El blanco representaría la pureza de la religión; el verde la independencia y el rojo la unión.
Iturbide logra que la Junta Provisional Gubernativa declarara como escudo de armas el águila coronada con las alas abiertas y detenida en un nopal que salía de la laguna.
Dicha acordaría un cambio: poner las franjas en forma vertical y en el siguiente orden: verde, blanco y rojo.
El Congreso Constituyente aprobaría la bandera republicana pero le quita la corona al águila y le coloca las ramas de laurel y de encina, autorizando el águila de perfil, a la tradicional manera mexica. Maximiliano intentaría cambiar los símbolos patrios sin lograrlo.
Más tarde sigue una etapa en que hubo cierta anarquía en cuanto al uso del escudo nacional. Don Venustiano Carranza fija el diseño de la enseña y ordena fijar un modelo en la Dirección de Bellas Artes para su conocimiento y observancia.
Se fijan las normas definitivas para la composición artística del escudo por decreto expedido por el Presidente Abelardo L. Rodríguez. El Escudo Nacional está inspirado en la leyenda mexica de la fundación de la GranTenochtitlan, como es sabido.
* Poeta y periodista andaluz.
