Por Juan Salvador Avilés Ochoa*
Inicio una colaboración en este medio cultural, en donde presentaré la vida y obra de mocoritenses que han dado lustre a nuestra tierra, como es el caso de Enrique Moreno Pérez, quién junto con su paisano Eustaquio Buelna Pérez, han sido los únicos sinaloenses que han ocupado la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El primero en 1920-1922 y el segundo de 1892-1894 y 1897- 1898. En 1858 Benito Juárez siendo presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es nombrado presidente de México. Hasta 1882 los presidentes de la Corte eran vicepresidentes de la República.
Enrique Moreno Pérez nació en la villa de Mocorito el 15 de junio de 1877. Fue el hijo mayor del matrimonio formado por Miguel Moreno y María de Jesús Pérez, sus hermanos fueron Manuel, Adolfo, María del Refugio, Luis, Miguel y Amelia.
Cursó su educación primaria en la Escuela de Varones de la Villa de Mocorito. Al concluir su educación básica, se inscribió en el Colegio Civil Rosales. El 29 de noviembre de 1902 obtiene su título de abogado en la facultad de Jurisprudencia del Colegio Civil Rosales -según consta en la copia del título firmado por el gobernador Francisco Cañedo, que se encuentra en el Archivo Histórico General del Estado de Sinaloa- y se incorpora como docente en las asignaturas de Derecho Civil y Penal.
Uno de sus principales biógrafos, Francisco Higuera López, comenta que desde su juventud, allá en Mocorito, Enrique Moreno recibió la influencia de dos hombres notables: el Lic. Eustaquio Buelna, llamado por Benito Juárez El Padre de la Reforma en Sinaloa; y del médico Enrique González Martínez, poeta y diplomático jalisciense, quién se desempeño como prefecto político en el antiguo distrito de Mocorito.
Para 1909, Enrique Moreno respaldó la candidatura para gobernador de Sinaloa del periodista sonorense José Ferrel, en contra del candidato porfirista Diego Redo. En 1910 formó parte del Club Antireeleccionista de Culiacán que luchó a favor de Francisco I. Madero, como candidato a la Presidencia de la República.
El 20 de mayo de 1911, participa en el sitio y toma de la ciudad de Culiacán, al lado de como Ramón F. Iturbe, Juan Banderas, Herculano de la Rocha, y su paisano Gregorio Cuevas, entre otros maderistas.
Fue prefecto político del distrito de Sinaloa durante 1911 y 1912.
Participa como candidato en el proceso de elección para nombrar gobernador de Sinaloa para el periodo 1912-1916, teniendo como adversarios a Alejandro R. Vega y su paisano Felipe Riveros, quién finalmente resulto electo.
En 1915 contrajo nupcias con Natalia Norzagaray Angulo, originaria del municipio de Sinaloa. El matrimonio Moreno Norzagaray no tuvo descendencia.
En febrero de 1913, fungiendo como magistrado del Tribunal de Justicia del Estado lo sorprendió el asesinato de Madero y Pino Suarez, siendo uno de los primeros sinaloenses que se lanzo contra el usurpador Victoriano Huerta, interviniendo en varios combates de Sonora y Sinaloa.
Después de su incursión revolucionaria, el gobernador de Sonora Ignacio L. Pesqueira, lo designó Juez de Primera Instancia de los Distritos de Judiciales de Magdalena y Nogales. Fue secretario general de gobierno durante el periodo como gobernador de Sonora del general Plutarco Elías Calles.
El 27 de septiembre de 1916 tomo posesión como jefe político y comandante militar del Distrito Sur del Territorio de Baja California, designado por el presidente Venustiano Carranza, cargo que ocupo hasta marzo de 1917, durante su gobierno creó el municipio de Santa Rosalía el primero de noviembre de 1916, tal y como lo consigna Edith González en su libro Santa Rosalía: Documentos para su historia (1885-1946). También solicitó al Congreso Constituyente de Querétaro la conversión del territorio de Baja California a estado de la federación, iniciativa que finalmente no tuvo eco.
En 1917 se postula de nuevo para gobernador de Sinaloa, proceso en donde resulta triunfador el Gral. Ramón F. Iturbe.
Fue electo presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación del 1 de junio de 1920 al 31 de mayo de 1922.
En 1925 la legislatura del estado de Puebla lo nombro gobernador interino en sustitución del Gral. José M. Sánchez.
El abogado mocoritense falleció en la Ciudad de México, siendo magistrado de la Suprema Corte de Justicia el primero de enero de 1932.
En enero de 1933, el Ing. Juan de Dios Bátiz Paredes, amigo de Enrique Moreno, logró que el Congreso de la Unión aprobara un decreto para concederle una pensión a la viuda del jurista de ¡diez pesos!
Hoy ante la crisis del sistema judicial mexicano por la liberación de la secuestradora francesa Florence Cassez, la obra del ilustre jurisconsulto mocoritense surge como faro para orientar la ruta de la justicia mexicana. Por lo que, un grupo de personas, instituciones y organizaciones, retomamos la solicitud que en años pasados hizo el Colegio de Abogados Enrique Moreno Pérez de Mocorito, para inscribir su nombre con letras de oro en el Muro de Honor del Congreso del Estado de Sinaloa, en donde ya se encuentran sus ilustres coterráneos: Eustaquio Buelna, Agustina Ramírez y Rafael Buelna.
*Cronista de Mocorito