El pasado 20 de diciembre, López Osuna, cumplió 12 años de muerto. El nació el 25 de diciembre de 1947. Se tituló como economista en la escuela Superior de Economía, del Instituto Politécnico Nacional, donde impartió cátedra hasta su muerte. Se desempeñó como Gerente de Sistema Alimentario Mexicano (SAM), durante el régimen de gobierno de José López Portillo; fue Sub-jefe de la delegación Cuauhtémoc, durante el régimen de gobierno de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, en el Distrito Federal. En octubre de 2001, había sido designado subdirector de la Escuela Vocacional de Ciencias Sociales del IPN, de la Ciudadela (México, DF); participó en los movimientos estudiantiles de 1968, y junto con David Vega, fueron los oradores en la Plaza de las Tres Culturas, ya que la situación no dio tiempo a la intervención de otros líderes. Terminando Florencio López Osuna, su discurso, se desató la balacera, creándose una gran confusión. Su intervención como uno de los principales líderes, lo llevó a prisión (Lecumberri 1968-1971).
Los anales de la historia de México, registraron, para vergüenza de autoridades y de la humanidad, una de las matanzas más crueles de los tiempos modernos. López Osuna murió asesinado en condiciones poco claras, cuando se empezaron a abrir los archivos sobre la matanza en la plaza de Tlatelolco (1968), dos semanas después de haber aparecido una foto de él, en la portada de la revista Proceso1; en dicha foto, tomada el mismo día de los acontecimientos del 1968, Florencio aparece con las manos atadas a la espalda y golpeado, custodiado por elementos del ejército.2
‘Poco antes de morir, Florencio López Osuna dijo a sus compañeros que era preciso aprovechar la coyuntura de la publicación de las fotos sobre el 68´: …hay que hacer una gran comisión que revise los hechos y los esclarezca… Hay que entrarle.3 Pascal Beltrán del Río, en el mismo número de la revista Proceso, escribió un artículo titulado El Hombre de la portada,4 donde narra que el recordado maestro López Osuna no estuvo en la primera fila de los miembros del Movimiento Estudiantil de 1968; que no fue asiduo a las manifestaciones anuales del 2 de octubre. Su origen académico no provenía de la UNAM, sino del Instituto Politécnico Nacional, refiere Beltrán del Río. Señaló además en su artículo, que la militancia de López Osuna en el Partido Comunista fue efímera y que al menos su nombre no era fácil de asociar con el movimiento estudiantil que desembocó en los trágicos acontecimientos que conmocionaron al mundo, antes, durante y después de las Olimpiadas de 1968.
Lo cierto es que Florencio López Osuna fue preso político del régimen dos años y medio, donde supo ejercer un papel importante entre sus compañeros de infortunio, participando en la organización e impartición de cátedra al interior del penal en improvisada academia.
Pero suponiendo, sin conceder como se dice en el ámbito del derecho, que la trayectoria de Florencio López Osuna haya sido tal y como la menciona Pascal Beltrán del Río, en su colaboración; que en nada de esto destacó el maestro, entonces ¿qué fue lo que pasó?; el hecho es que el maestro de economía Florencio López Osuna, nativo de Agua Caliente de Garate, Concordia Sinaloa, murió. ¿Qué tanto se reservó sobre estos acontecimientos para no complicarse la vida y la de su familia? Lo que haya sido, se lo llevó consigo. Los que le conocieron lo ubican como un tipo reservado, de inteligencia clara y carácter alegre; pulsaba la guitarra y gustaba cantar para los amigos en círculos muy cercanos. Un tipo prudente. Así actuó durante los 33 años que siguieron en su trayectoria de vida, tras abandonar Lecumberri. Pero qué tanto le confío o qué fue lo que le contó a Pascal Beltrán del Río, quien al querer escribir en su libreta de notas, Florencio López Osuna le dijo- aún no es tiempo de publicar eso…hay cosas del movimiento que no se deben saber por ahora.5 Entonces su participación antes y después en el Movimiento Estudiantil de 1968, por supuesto que fue importante.
Cuando el presidente de la república Gustavo Díaz Ordaz dijo ante el mundo que asumía la responsabilidad histórica de los trágicos acontecimientos ¿en verdad estaba conciente de la magnitud de los sucesos? ¿En realidad estaba convencido de haber actuado con la prudencia necesaria en esos momentos en que el nombre de nuestro país aparecía un día sí y otro también en la prensa mundial, ante una sociedad expectante que se preparaba para presenciar las Olimpiadas de 1968?
Sin duda el Movimiento Estudiantil fue determinante para que los gobiernos posteriores se dieran cuenta de la barbarie cometida, así como de la urgente necesidad de abrir cauce a todas estas manifestaciones de protesta. El régimen cerrado a la participación política de grupos sociales que actuaban desde la clandestinidad, cedió y empezó por abrir los canales legales de participación política y social. Poco tiempo después, amparados en la Ley de Procedimientos y Procesos Electorales (Loppe), irrumpieron en el espectro político electoral los grupos de izquierda que así lo desearon, aglutinados en el Partido Mexicano de los Trabajadores, el Partido Socialista Unificado de México, el Partido Comunista y otros de corte regional, que obtuvieron su registro y ganaron espacios y simpatía en la sociedad.
La muerte, la desaparición o la cárcel de estos estudiantes y de civiles que nada tuvieron que ver con el Movimiento, fue un alto costo para hacer entender a los políticos de ese régimen temeroso pero bárbaro, sobre la caducidad del modelo de gobierno. Los estudiantes de entonces aportaron en gran medida los elementos que desembocaron por necesidad en la transformación de México; pero sin duda, la mejor opinión la tendrá usted, amable lector.
1 Revista Proceso 1312.
2 Compendio Toponímico, Histórico y Geográfico de Sinaloa, Teodoso Navidad Salazar, Ed. 11 Ríos, Cln, Sinaloa, 2006 Ed. Archivo Histórico General del Estado de Sinaloa, Universidad de Occidente, Gobierno del Estado de Sinaloa.
3 Proceso Nº 1312
4 P.11
5 Ídem.
*La Promesa, Eldorado, Sinaloa, Enero de 2013.