Por Mario Arturo Ramos*
Al 25 de octubre el sudor inundaba la frente de la Ciudad de México, el calor otoñal me recordaba que había llegado la hora de tomar camino rumbo a Sinaloa. Eran los momentos de emprender la vieja ruta otra vez, la que ha marcado mi vida, la que ha brindado a mis horas momentos inolvidables. La tarea comenzaba con tono afectivo, ya que asistiría a la entrega del Premio Sinaloa de las Artes 2012, a mi amigo el compositor, interprete y autor (colaborador de La Voz del Norte), Faustino López Osuna. Tenía que pasar por mi tierra natal para conversar con los periodistas, Sergio Arturo Venegas Alarcón, Carlos Jiménez y Luis Montes de Oca, con quienes me une desde hace varios años un relación afectuosa, la charla giraría sobre algunos de los trabajos realizados en el ano que casi termina: la presentación del espectáculo “Elogio al Corrido” en el Festival Interzona Tijuana 2012. Entre los sorbos de un aromático café la plática giro sobre el Homenaje a Guadalupe Trigo en el Palacio de Bellas Artes donde se interpretaron 3 textos míos con música del inolvidable yucateco; les conté de la presentación del poemario “Los rincones de la sed” en la Librería del Juglar, en la Colonia San José Insurgentes de “Chilangolandia” y en la Atenas de Sinaloa, en noches lluviosas del pasado verano; desde luego antes de despedirme les entregue la ultima producción de Carlos Cuevas donde se incluye “Hasta que vuelvas”, canción de mi autoría con melodía de Felipe Gil .
Claro tenía que dejarles al final del encuentro, las últimas ediciones de La Voz del Norte, para que con ojo crítico me dieran su opinión, el profesionalismo de mis amigos que se manifiesta en sus puestos directivos de importantes periódicos queretanos, me permite -de ser el caso- enmendar el sendero de nuestro semanario cultural, único en México y orgullosamente mocoritense. Al caer la noche tome un autobús rumbo a Sinaloa cargado de manjares de mi tierra natal: panes de queso y huevo, dulces cristalizados y gorditas de migajitas, para mis amigos y, los dos Dantes, -mi hijo mayor y mi nieto- que como López Osuna son sinaloense de buena cepa.
“Tambache de vivencias”
“Puedo ser apoyador, amoroso y hasta útil, si me aceptan como tal” Pablo Gastelum
En los sesentas conocí a Sinaloa, desde mis primeros pasos por el estado ame sus paisajes, sus playas y a su gente. En mis constantes visitas leo y escribo versos, presento espectáculos musicales, dialogo con mis amigos y escribo en los informativos. En la década siguiente mi paso por la UAS me permitió conquistar amigos y detractores, así es la vida por esos rumbos, no hay medias tintas. En los inicios del tercer milenio a iniciativa de Gastón Rochin ofrecí un recital en el Casino de la Cultura, entre los asistentes se encontraba el Notario Público, Pablo Gastelum, al reencontrarnos después de la etapa universitaria, Pablo con ese su humor tan usual, comento: Cuando conocí a Mario Arturo en la Casa Rosalina (UAS) le pregunte .bueno a que te dedicas? y con seguridad rara contesto el queretano: !soy poeta!; han pasado treinta y cinco anos y lo notable es que sigue contestando igual: !Soy poeta!. Gastelum aparte de su exitosa carrera de notario, le gusta la literatura y el arte; ha formado el grupo “Amigos de la música”, el Club de Arriba o Caminantes, colabora en nuestro semanario y escribe, suena y comparte sus vivencias a través de sus textos. En el 2012 publico el volumen “Tambache de vivencias” 2o libro de su autoría, el primero fue “Caminantes”; en el prologo de su nuevo libro, Enrique Hubbard Urrea dice: “Viajaran en alas de la rica imaginación del autor a través de postales prolijas y minuciosas que nos dejan la sensación de haber conocido el sitio descrito:” y agrega el prologuista “Pero desde mi muy particular perspectiva fueron las mini biografías que hace, las que tocan las fibras más intimas y despiertan emociones”.
El nuevo viaje a Sinaloa resulta enriquecedor por permitirme compartir la amistad y el talento, esas cualidades que demuestran que el estado es un hervidero de artistas que día con día se empeñan en probar que la cultura es el otro lado de la violencia. Andaré por esos lares algunas semanas, visitando los Altares de muertos en Mocorito, compartiendo bohemia con el Cuervo y Efraín Montoya, en un evento organizado por los artistas plásticos que encabeza el pintor Ernesto Ríos, disfrutando del clima otoñal que deja atrás lo agresivo para convertirse en caricia tibia, tomando café y charlando sobre arte y otros temas que en la mesa del ingeniero Sosa se desmenuzan y se confrontan con otros puntos de vista; de seguro regresare a casa, leyendo textos de Pablo como este: “Haz lo que te gusta hacer/ Hazlo lo mejor que puedas/ Se lo que deseas ser/ ve a donde quieras ir/ suena lo que deseas sonar/ Sobre todo, vive el ahora/ porque la vida es única y solo existe una posibilidad de hacer las cosas que queremos hacer”. Así es mi amigo Pablo Gastelum Castro, el que escribió: “Tambache de vivencias” esas que todos tenemos pero que no siempre expresamos.
*Investigador y autor.
Entonces me permitira escribir nuestra platica en el café, porque como parte de su itinerario no estaba incluida.
Mi admiracion y respeto amigo Mario Arturo.