Por Sofia Mireles Gavito*
Ningún arte sufre mayores malentendidos, juicios sentimentales que el arte de la danza. Hay confusión sobre lo que expresa, lo que crea, y como se relaciona con las otras artes, y con el mundo real.
La opinión más aceptada es que la esencia de la danza es musical: el bailarín expresa con gesto lo que siente como contenido emotivo de la música; su baile es una auto-expresión. Puede decirse que baila la música, ejemplo de esta opinión es Isadora Duncan.
Hay otra interpretación de la danza, inspirada por el ballet clásico y en consecuencia más aceptada en el pasado que en nuestros días, que la danza es una escultura en movimiento. Más en realidad el movimiento físico de los cuerpos es motivo de danza, pero no danza. Escultura en movimiento son las figuras de un artista contemporáneo como Alexander Calder.
Lo mismo puede decirse de un tercer medio: la pantomima. Según esto, la danza es un arte dramático. Pero vemos que la pantomima, como puros patrones de movimiento, es material para la danza, pero en sí la danza es algo más.
Según otros, la danza es un arte impuro, por ser algo entre la escultura y la música; dicen por lo tanto que es un arte menor. Se observa también que la danza es una descarga libre, sea de exceso de enrgía o de excitación emotiva. Es decir, que el bailarín usa el baile como una forma de catarsis para su excitación emotiva.
¿Qué es, pues, la danza? La danza no es un arte impuro y menor, sino que es un arte independiente como la música, la literatura o la pintura. La danza es movimiento gestual, es un movimiento que se convierte en una forma simbólica libre, que puede utilizarse para transmitir ideas de emoción, de conciencia, o puede combinarse a otros gestos para expresar otras tensiones físicas y mentales.
La danza, en su forma primigenia, estaba relacionada con la magia, la brujería, el culto y la plegaría; era una danza religiosa, que buscaba transportar a los danzantes al reino de lo sagrado. Con el tiempo, esto se fue perdiendo al irse secularizando. Es decir, se despojó de lo sagrado y se convirtió en algo social, en un juego, algo que se baila por placer.
La forma de danza más antigua es la danza en círculo. Esta danza realiza un oficio sagrado, centrado en torno al altar, a un tótem, el fuego, el oso sacrificado, o el jefe muerto que ha de ser consagrado. En el círculo mágico todos los poderes demoníacos están libres. El mundo mundano queda excluido y, con él, las restricciones y el decoro que le pertenecen. Todas las actividades vitales y decisivas han sido santificadas la danza: el nacimiento, la pubertad, el matrimonio y la muerte – la siembra, y la cosecha, la cacería, la batalla, la victoria-, las estaciones del año, las reuniones, la inauguración de una casa.
*Cronista de Tonala, Chiapas.
