Por Sofia Mireles Gavito*
La novela de terror, llamada también gótica, surgió en el siglo XVIII en Inglaterra con la novela “El Castillo de Otranto” de Horace Walpole en 1764.
Este tipo de narrativa rompe con los criterios realistas y busca un equilibrio entre lo maravilloso y lo verosímil. Posee ciertas características como: presencia de castillos pintorescos, edificados en la edad media, con profusión de pasillos secretos, lugares tenebrosos, de algunas cavernas o tumbas centenarias aptas para visitas nocturnas y de uno que otro fantasma; la introducción de un paisaje romántico o cargado de presagios, con abundancia de plenilunios, nubarrones e imprevistas rachas de viento que oportunamente privan al atribulado protagonista de toda iluminación; y la intervención de un personaje central cuyos rasgos corresponden al antihéroe demoníaco que trata( y a menudo lo logra) la destrucción de la heroína virtuosa.
Además, la novela de terror utiliza episodios de incesto, desenfreno y locura, a ello se agrega la crueldad que el antihéroe ejerce sobre la víctima. Todo esto provocando una atmósfera terrorífica.
Escritores de novela gótica son: Clara Reeve, Ann Radcliffe (1764-1823) cuyas obras más importantes son: Los Misterios de Udolfo y El Italiano; Matthew G. Lewis (1775-1818) su obra “El Monje”; Mrs.Shelley (1797-1851) su obra es el famoso Franskenstein; Roberto Manturin (1782-1824), cuya obra es Melmoth el Wandeder. Se incluyen también William Beckford (Vathek); William Godwin (Caleb Williams); Poe, Dickens, Wilkie Collins, Stevenson, Bran Stoker (Drácula), Gustav Meyrink (El Golem) y Daphne du Maurier( Rebeca), ésta última obra la llevó al cine, Hitchcock.
A pesar de las exageraciones y la inverosimilitud de algunos episodios, esta narrativa ha tenido éxito y enorme popularidad desde que surgió hasta nuestros días. En la actualidad ha servido de base para hacer películas de terror que tienen gran impacto entre el público.
La narrativa gótica despierta en los lectores su 
imaginación en lo demoníaco, en el lado obscuro de la humanidad, explotando el miedo y el terror que se tiene a lo sobrenatural. Podríamos decir que también sirve de evasión, muchos de los lectores buscan en las novelas sensaciones fuertes para salirse de la realidad cotidiana que los envuelve e imaginarse situaciones escalofriantes que quisieran vivir en su imaginación. Este tipo de novela tiene relación, a veces, con las novelas de ciencia ficción y las de misterio; más hay diferencias en cada estilo. La novela de ficción tiene bases en la ciencia y su imaginación se aboca al futuro y la novela gótica no. Generalmente la novela gótica se basa en leyendas sangrientas: de muertos o castigos eternos.
Con respecto a la novela de misterio, éste busca la solución a un asesinato o robo a través de deducciones, de personas con ciertos poderes o detectives que resuelven milagrosamente el misterio, ejemplo: las novelas de Agatha Christie y las de Arthur Conan Doyle.
*Cronista de Tonalá, Chiapas.
