Por Alberto Angel “El Cuervo”*
No recordaba cuando había sido la última vez que había visitado Morelia… No lo recuerdo aun… Tal vez fue aquella vez de niño cuando mi madre angustiadísima una vez más por mi afán de conocer sitios que por alguna razón me resultaban mágicos, rezaba sin cesar mientras el pequeñísimo bote que nos llevaba a la isla de Janitzio seguía haciendo agua y el ayudante del capitán, achicaba con una lata de sardinas… Por fin, llegamos sanos y salvos… Y mientras mis padres y mis hermanos calmaban el hambre en un puesto de comida típica, yo me fui de escapada a explorar… De regreso, no pudimos tomar el bote porque en la estatua gigantesca de Morelos que corona la isla en la parte más alta, extasiado por los murales internos, no sentí pasar el tiempo y mientras mi padre subió toda la isla para buscarme, el último bote de regreso a Patzcuaro ya había partido… Mi salvación de la guillotina se dio gracias a dos turistas franceses que habían contratado un bote particular y compartieron con la familia el viaje de regreso… Desde luego, eso no me salvo de la retahíla de reproches, regaños y demás desde Patzcuaro hasta Morelia… Ya para entonces, nadie me dirigía la palabra, lo que yo aproveche para dejarme llevar por la ensoñación… Como siempre… “La ciudad de Valladolid, hoy Morelia, fue fundada por mandato del primer Virrey de la Nueva España, Don Antonio de Mendoza y Pacheco…” y mi Maestro Carmito, inolvidable educador de primer ano, parecía haber vivido aquellos tiempos tanto por la forma en que lo decía como por las acentuadas e incontables arrugas que narraban historias sin fin en cada surco de su rostro… “Ah, pero Morelia no sólo es una ciudad, no… Morelia es una Arquidiócesis que fue erigida por bula illius fulciti praesidio del papa Paulo III el 8 de Agosto de 1536 y ejecutada por Vasco de Quiroga en la iglesia de San Francisco Tzintzuntzán el 6 de Agosto de 1538…” Era increíble la memoria y la preparación de aquel verdadero apóstol de la educación… Claro que en aquella época, era común encontrar sobre todo en los pueblos, esas manifestaciones de entrega a su vocación en los maestros, sobre todo los de educación primaria… Fascinado, admiraba el paisaje urbano majestuoso de Morelia y al mismo tiempo tenia la ilusión de escuchar o conocer el lugar donde ensayaban los afamadísimos “Niños Cantores de Morelia”… Mi Maestro de canto, el Padre Juan Manzo, que dirigía el coro de “Niños Cantores de México” donde fui solista primera voz, hablaba maravillas de ellos, así que esa era una de las razones mágicas que envolvían mis ocho años de edad al entrar a la bella ciudad michoacana… Valle de Guayangareo, ese fue el nombre con que se conoció a la región desde tiempos inmemoriales y fue desde el siglo VII cuando sus primeros pobladores dejaron vestigios… Primero los teotihuacanos, después por los matlatzincas para que posteriormente los Purépechas, se establecieran por esas regiones siendo, según dicen algunos historiadores, los únicos que se resistieron al impero mexica. Para algunas personas es falso y hasta les resulta ofensivo referirse a los michoacanos como pueblo tarasco. Hay gente que piensa que fueron los españoles quienes dieron ese nombre a los purépechas, bajo el argumento de que cuando los españoles llegaron a la región que se conocía como Mechuacan, que significa lugar entre lagos, los recibieron con agrado ya que eran los vencedores de los aztecas, pueblo al que combatían, por lo tanto los vieron como sus aliados y les brindaron sus mujeres y al despedirse de ellos les decían Jurhakiria tarase, es decir, adiós cuñado… Supuestamente de ahí los españoles comenzaron a decirles tarascos y para algunos es ofensivo porque significaría que regalan a sus hermanas… Pero los mismos historiadores mencionan otras cosas. Por ejemplo: José Corona Núñez nos dice que el nombre de Tarascos proviene del dios engendrador Tharas y el mismo cita a Sahagún: “Su Dios que tenían se llamaba Taras, del cual, tomando su nombre de los michoacanos, también se dice tarasca; y este Taras, en lengua mexica se dice Mixcoatl…” De la misma manera, Pedro Ponce de León, nos dice: “Huitzilopochtli, igual a Taras, dios de los Mechuaca”… Por otro lado, el nombre de Purépecha, según otros estudiosos de la materia (y hablo de la opinión oficial u oficialista), P’orhépecheo o Purhépecherhu (lugar donde viven los purhé) es el apelativo con que se nombran a sí mismos los habitantes de la zona montañosa de Michoacán y purhé significa gente o persona. La lengua purépecha, se ha clasificado por los filólogos contemporáneos, como un idioma único que no ha podido relacionarse con ninguna otra lengua del continente no obstante que algunos historiadores han intentado en vano decir que su origen tiene relación con algunos pueblos indígenas sudamericanos… Tariácuri fue el nombre de quién debe ser considerado como el más ilustre gobernante de los pueblos de Mechoacán… fue precisamente Tariacuri, quien consolido al pueblo purépecha como un imperio tan poderoso que fue el único a quien los aztecas no pudieron sojuzgar…
—Por supuesto que se quien es… Es más, su hijo también se llama así, el tariacuri, pero el primer tariacuri fue su papa, Juan Mendoza y de ahí su hermana Amalia se puso también la tariacuri ¡Como no voy a saber, no amueles!
—Pues no, en realidad no es así jajajajaja… Juan Mendoza, buen amigo y gran intérprete de nuestra música tradicional, adopto el nombre precisamente como homenaje a ese célebre personaje purépecha…
—Pues será el sereno, ya no sabe uno con que cosas le vas a salir, pero la verdad es que cuando dices tariácuri, piensa uno en ellos dos y aquel gritito de ¡Echale echale echaleeeeeee…! Que era típico de Juan y ni que decir de Amalia ¡Ufff!, que manera de hacerte vibrar cuando el mariachi le acompañaba “Échame a Mi la Culpa”…
Y reflexionando acerca de la razón de que sea Morelia la sede de el “Festival del Mariachi y Tradiciones Mexicanas”, justamente pensaba que mi compadre el chircarcas tiene razón, cuando uno escucha un mariachi cantar: !Échame a mí la culpaaaaa, de loooooo que pasaaaa… Cúbrete tú la espaldaa cooon mi doloooor… ¡Que alláaaaa en el otro mundo en vez de infierno encuentres gloria y que una nube de tu memoria me boooorre aaaa míiiiiii…! Resulta imposible no hablar de Amalia Mendoza la Tariácuri… Pero por esto mismo, se hace necesario recuperar nuestras tradiciones y nuestra cultura y en este caso insistir en quien fue TARIACURI, el célebre rey que dio grandeza al pueblo purépecha… Ahí queda la propuesta de aunar al festival, el nombre de Tariacuri, honrando así al rey purépecha y a esos grandes intérpretes de la música tradicional de México oriundos de Michoacán: Los Tariacuri… Amanecía casi, el día 30 de septiembre después de haber disfrutado hasta lo indecible con el maravilloso publico que lleno el teatro Morelos en la noche de gala del Festival del Mariachi y Tradiciones Mexicanas 2012, y en el camino de regreso al hotel, aun envuelto en la euforia de la comunicación emocional con el auditorio por medio de mi canto, recordaba aquella mi infancia maravillado una vez más con la magia de Morelia, patrimonio de la humanidad… Y en ese momento, pasábamos justo frente al convento de San Agustín, donde se cuenta que Doña Juana María de Morelos, tuvo que pedir auxilio a las monjas para que José María Morelos y Pavón, naciera justo en las puertas del convento… Por supuesto, el nombre de Morelia es en homenaje a este prócer de nuestra historia… Pero la magia no terminaba, una llamada de Agustín Rebollar, organizador de estos 15 festivales del mariachi, me despierta para ir a comer… Entre la plática que recuerda la participación de mis queridos amigos como ese extraordinario cantante José Cárdenas con quien tuve el honor de hacer un par de duetos donde quedo de manifiesto su gran voz y su gran calidad, María Elena Leal, Julia Palma, queridas amigas cautivando al público, la intervención de mi tocayito Humberto Beto Estrada y su merecido reconocimiento… Los extraordinarios mariachis participantes tales como “El América de Jesús Rodríguez de Hijar”, Los Ordaz y Las Morenas… Compartiendo todas esas reflexiones con mi querido amigo Martin Urieta, otro de los homenajeados, nos encontramos con que hay en el restaurante San Miguelito, se tiene un apartado que llaman El Rincón de Las Solteronas, decorado por más de 500 imágenes de San Antonio todas de cabeza… Resulta interesantísimo observar el flujo constante de las damitas realizando 12 vueltas alrededor del San Antonio mayor y después de dejar doce monedas, escribir una carta con la petición de novio… Por fin, después de deleitarme con un delicioso pastel de elote, regreso a la Ciudad de México, con esa mezcla de euforia y nostalgia que dejan los eventos bellos vividos por Morelia, Morelos y Mariachi…
Con el sabor de nuestra historia enredado en el canto… Y el recuerdo imborrable de la Plaza de las tres culturas…
*Cantante, compositor y escritor.
Admirable la habilidad de transportarnos a sus recuerdos infantiles, llenos de anécdotas y hacernos sentir ser parte de ella, y compartir su emoción con el público a través de ese bello don otorgado por el cielo, su canto. Nos enseña la historia de Michoacán y sus héroes, Felicidades…
Hay que ser originales hasta en la copia de comentarios. Copiado en 95% del muro del FB de Alberto. Que pena.
Me fascina la habilidad de Alberto Angel El Cuervo de transportarnos a sus recuerdos infantiles, llenos de anécdotas jocosas, adentrarnos en sus investigaciones acerca de la historia de Michoacán y sus héroes, y compartirnos sus emociones últimas de la comunicación con el público a través de su canto. Siempre es una sorpresa su colaboración semanal, aunque nos hizo ayunar la semana pasada. Que no se repita. Un beso.