Por Sofia Mireles Gavito*
El término CULTURA tiene dos significados fundamentales. El primero es más antiguo y significa la formación del hombre, su mejoramiento y perfeccionamiento. El segundo significado indica el producto de esta formación, esto es, el conjunto de los modos de vivir y de pensar cultivados, civilizados a los que se suele dar también el nombre de CIVILIZACION. El paso del primero al segundo se produce en el siglo XVIII por obra de la filosofía iluminista.
En el primer significado, el que se refiere a la persona humana singular en su formación, la palabra corresponde aún actualmente a lo que los griegos denominaban “paideia” y los romanos, humanitas: la educación del hombre como tal, esto es, la educación debida a las buenas artes que son propias sólo del hombre. Las buenas artes son: la poesía, la filosofía, etc. En este sentido la cultura para los griegos es la búsqueda y la realización que el hombre hace de sí. Según los griegos el hombre no puede realizarse como tal sino a través del conocimiento de sí mismo y de su mundo y, por lo tanto, mediante la búsqueda de la verdad en todos los dominios que le interesan. La cultura existe como fin o un ideal, una forma que los hombres deben tratar de conquistar y de encarnar en sí mismos.
El problema fundamental de la cultura contemporánea es: conciliar las exigencias de la especialización con la de una formación humana total o por lo menos suficientemente equilibrada. Para responder a este problema se discute actualmente en torno a la noción de una cultura general que debería acompañar a todos los grados y formas de la educación, hasta la más especializada. Esta cultura general debe de suscitar interés, contribuir a enriquecer la personalidad del individuo y su capacidad de comunicación con los demás.
La cultura debe ser abierta, es decir, que no encierre al hombre en un ámbito de ideas o creencias limitado. El hombre culto es, el hombre de espíritu abierto y libre que sabe comprender las ideas y las creencias de los demás, aún cuando no pueda aceptarlas ni reconocerles validez. Una cultura viva y formadora debe estar abierta al porvenir, pero anclada en el pasado.
En el segundo significado, cultura es utilizada actualmente por sociólogos y antropólogos, para señalar el conjunto de modos de vida creados, aprendidos y transmitidos por una generación a otra. En este sentido, la cultura no es la formación de un individuo en su humanidad, sino la formación colectiva y anónima de un grupo social en las instituciones que lo definen; sin referencia al sistema de valores al que orientan estos modos de vida. Cultura, en otras palabras, es un término mediante el cual se puede designar tanto la civilización más evolucionada como las formas de vida social más toscas y primitivas. El término es adoptado habitualmente, con este significado neutro, por filósofos, sociólogos y antropólogos contemporáneos. Teniendo la ventaja de no conceder privilegio alguno a un modo de vida con referencia a otro. En efecto, para un antropólogo, una manera rústica de cocinar un alimento es un producto cultural lo mismo que una sonata de Beethoven.
DEFINICION DE CIVILIZACION.- El término civilización aparece en Francia en el siglo XVIII. Fue fabricado a partir de las palabras civilizado y civilizar. Aparece en el año de 1752 bajo la pluma de Turgot.
Civilización se opone a barbarie. Por un lado están los pueblos civilizados; por otro, los pueblos salvajes, primitivos o bárbaros. En el uso común, este término designa las formas más altas de la vida de un pueblo y, por lo tanto, la religión, el arte, la ciencia, etc., que se consideran como señales particularmente claras del grado de formación espiritual lograda por ese pueblo.
Toynbee opone civilización a sociedad primitiva. Toynbee enumera 21 civilizaciones: la occidental, la ortodoxa bizantina, la ortodoxa rusa, la iránica, la arábica( éstas dos ahora unidas en la islámica), la hindú, la del lejano oriente chino, la del lejano oriente coreano-japonés, la helénica, la siríaca, la índica, la sínica, la minoica, la sumérica, la hitita, la babilónica, la egipcíaca, la andina, la mejicana, la yucateca y la maya. El número de sociedades primitivas conocidas hasta 1915 son 650. Las sociedades primitivas están restringidas en cuanto al número de sus miembros y a su extensión geográfica, y tienen una vida breve, a menudo violentamente truncada. Las civilizaciones son extensas y perdurables.
La diferencia entre civilización y sociedades primitivas no es la presencia de instituciones, ni la división del trabajo. Una diferencia esencial es la dirección tomada por la imitación. Determinante en las sociedades primitivas como en las civilizaciones. En las sociedades primitivas por lo que sabemos, la mímesis se dirige hacia la generación más vieja y hacia los antecesores muertos que se hallan, invisibles, a la espalda de generación más vieja de los vivos, reforzando su prestigio. En una sociedad cuyo mímesis se dirige hacia el pasado, gobierna la costumbre y la sociedad permanece estática.
Por otra parte, en las sociedades en proceso de civilización, la mímesis se dirige hacia personalidades creadoras que logran una adhesión porque son precursores. En tales sociedades se rompe la costumbre, y la sociedad se pone en movimiento dinámico siguiendo un proceso de cambio y crecimiento.
Yin – estático,
Yang – dinámico.
Se ha dicho que el factor que ha dado impulso al salto de las sociedades primitivas a la civilización es las invasiones de las razas arias a Europa, o también los cambios de clima. Según el historiador Toynbee ninguno de los dos es el factor determinante para el paso del yin al yang, sino que es la interacción de la raza, el contorno y los impulsos psicológicos de los hombres en el momento en que la sociedad primitiva se encuentra en un estado perfecto de yin. Ejemplo: después del fin de la era glacial, se desecan las tierras y el hombre tiene que modificarse él y su entorno para sobrevivir en las márgenes del Nilo y del Éufrates.
La historia no evoluciona en forma continua, sino con intermitencias, y de tal modo que lo pasado no se destruye, sino que se conserva y perpetúa en lo nuevo.
*Cronista de Tonala, Chiapas.