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Cultura e Investigación Científica

Por domingo 26 de agosto de 2012 Un comentario

Por Fidencio López Beltrán*

La cultura como un proceso de socialización-transmisión de valores y de bienes sociales y humanos que se expresan en diferentes formas del vivir cotidiano, deberá contribuir a generar ciudadanos creativos, respetuosos de las leyes y del orden en general, pero sobre todo con alta estima social al valor de la calidad de vida. Por ello la ciencia, conjuntamente con la educación, están en la cúspide de esos deseos o pretensiones superlativas de la cultura moderna de la sociedad actual.

La ciencia, como muchas otras actividades tan sobresalientes como las bellas artes y el deporte, es parte trascendente de todo lo que es cultura. Desde esta mirada la ciencia está anclada a la cultura y la cultura objetiviza a la ciencia; así la ciencia se convierte en práctica social y por tanto, en práctica de la cultura misma.

Así, la ciencia se concibe como algo más que la simple producción de conocimientos, independientemente que se realice en los laboratorios o en los campos naturales en los que se investigan los diferentes fenómenos y sus significados. La ciencia, además de generar conocimientos, los aplica; ello no implica dejar de reconocer la trascendencia de la ciencia básica que como bien sabemos no tiene como fin inmediato su aplicación a la solución de los problemas sociales; por ello en los círculos académicos y universitarios, suele hablarse de generación y aplicación de conocimientos, sean articulados o no a la tecnología.

Si la ciencia fuera solamente un asunto de dominio cognitivo, dudaríamos de su naturaleza social, pues bien sabemos que es antes que todo un asunto social e históricocultural. Los procesos de construcción de conocimientos se basan en las relaciones que establecen los científicos con personas (otros colegas, maestros o comunidades científicas), organismos-agencias de investigación, modos, medios y recursos de todo tipo (dinero, dispositivos), de ahí que sea un asunto social y cultural, luego, un asunto de dominios y/o competencias individuales. A manera de ejemplo, ciertamente prevalece el prejuicio de que el Psicoanálisis no es ciencia, pero todo mundo estaría de acuerdo en que si es cultura, y adicionalmente, es posible imaginar, a pesar de los malestares de la cultura moderna, que el Psicoanálisis sea o no científico, es un buen antídoto contra esos males y sobre todo contra natura.

La investigación científica es ya una práctica social y por tanto es un producto cultural, aunque su naturaleza teórica y epistemológica, no comulgue con la idea de que es simple transmisión-reproducción de la cultura. El hecho de que los científicos profundicen en los fenómenos, sea en un átomo, en una célula o en un astro, no impiden que los que estudian la mente o la conducta humana (incluyendo la del científico) también sean científicos, aunque esas prácticas sociales para algunas miradas puedan ser tipificadas como accesorias, por ser sociales (basadas en sus significados) y aquellas que son reales (producidas empíricamente o no en laboratorios) sean consideradas como científicas.

Todos los conocimientos son productos sociales; es decir, un escrito (ensayo o reporte de investigación), un dispositivo como el microscopio o un producto químico, son elementos importantes para producir conocimientos que el ser humano ha construido a lo largo de su historia.

Aún cuando ciertos puntos de vista en la ciencia misma, pueden y suelen hacer distinciones de las prácticas científicas reales y accesorias, al final esa distinción, al menos para Psicología de la cultura, se resuelve en lo social, el ser humano por esencia es social y el científico lo es y además también es humano. Cabe decir, que a veces la actitud científica (o la de cierto científico), desde el sentido común, nos parece tan “rara” o tan singular, por no decir excéntrica, que hay quienes llegan a mitificar al científico como alguien que no parece de “carne y hueso” y si es que ese científico es tan sabio que además, parece serlo, se olvidan que esa persona, es humana y es también producto social y cultural.

Ahora bien, sea para disipar una duda y reconstruir nuevas dudas, sostenemos que el científico, ni es científico por su individualismo, aún cuando su egocentrismo intelectual sea lo que a veces más le distingue, ni es por la “suerte” de ser tan inteligente, que su atributo personal lo hizo tal, es científico por ser un producto social, pues sus trabajos o logros en su campo así lo demuestran.

Por lo tanto, contextualicemos al científico y a la investigación científica como algo terrenal y alcanzable, por ser de naturaleza social y por tanto cultural, pues lo importante ahora es reconocer que como lo afirma Pablo Kreimer: “no es que la cultura afecte la investigación científica, sino que la investigación científica es una práctica cultural más”, a la que por cierto, muchos y muchos más, debiéramos unirnos (aún en las discrepancias) para empujar una cultura y una investigación científica, cuyo centro de atención sea una mejor calidad de vida para todos.

*Doctor en Pedagogía/UNAM. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores.

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Un Comentario

  • MC Dalia Delgado dice:

    Que tal doctor Fidencio
    Un gusto leerte y reflexionar respecto a tus palabras.
    Considero que la cientificidad ha ido cobrando el rumbo de quienes la han formado y tienen el poder de decidir sobre ella, revistiéndola así de su esencia como seres humanos. De lo que si logro percatarme en mi experiencia es del hecho que, a la ciencia se le ha revestido de insensibilidad, frialdad, formalidad, poca flexibilidad, de obsesividad, etc. Más no es algo totalmente determinado. Quienes se han quedado en esa concepción de ciencia son aquellos en quienes su estructura de personalidad se ha adecuado a esta descripción, y que además han encontrado una forma de protegerse a vivir ciertas experiencias como seres humanos, situándose así en una similitud con la vida de un Dios y sintiéndose ajenos a muchas cosas.
    Pero habrá quienes cuenten con otros rasgos de personalidad y del reconocimiento y aceptación que como humanos nada es ajeno a ellos y le den otra concepción y vida a la ciencia.
    Finalmente estas cosas que te planteo serían como lo que comentas respecto a si el psicoanálisis es considerado como ciencia o no. Hasta el momento si la ciencia ha creído y sostiene que el átomo existe pero no ha sido capaz de hacer que lo podamos ver o tocar, ¿bajo qué criterios o poder se ha asumido en descalificar al psicoanálisis como ciencia?
    Saludos cordiales y quedo de ti.

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