Por Mario Arturo Ramos*
El veintidós de agosto de 1862 en Saint Germain –Laye, Francia- nació el pianista, compositor, director de orquesta: Claude Debussy, innovador y creador de obras musicales que plantean una ruptura con la tradicional música de salas de concierto y dan forma a un nuevo estilo sonoro que camina al lado del Impresionismo pictórico y literario impulsado por los pintores Degas, Monet, Cézanne, Renoir, Pissarro, etc., que siguieron la ruta trazada por su colega Éduard Manet, quien en 1863 con su cuadro “El almuerso campestre” y, en 1865 con “Olimpia” manifestó su rechazó de manera contundente al acartonamiento idealizado y convencional de la realidad que invadía la temática del arte pictórico en esos años. Debussy a quien le celebramos 150 años de música, es el iniciador del Impresionismo Musical; Adolfo Salazar dice sobre el artista francés: “El llamado “impresionismo” en la música de Debussy y sus continuadores consiste en el desarrollo normal de la aceptación estética de la disonancia y, como consecuencia, la ampliación del sentido tonal. No solamente como textura de la trama sonora, sino como efectos valederos por si y por la peculiar sensación de belleza o atractivo que producen.”
El celebrado nos dejó como legado su historia y concepción estética que es crónica de una trayectoria impresionante. Sus inicios musicales fueron con la discípula de Federico Chopin, la señora Mantel: a los once años ingresó al Conservatorio de Paris donde asistió a las cátedras de los célebres Marmontel (piano), Durand (armonía), Guiraud (composición); es a esta temprana edad que Claude muestra el temperamento que lo va a llevar por los caminos de la innovación y perfeccionamiento. M. Davalillo escribió: “El sistema armónico del compositor (Debussy) se significó por su gran independencia. En él se ven como en el antiguo Organum -siglo IX- transformado después en el Discante –siglos XII y XIII, series de cuartetos, quintas y octavas. Empleó también con singular acierto, apoyaturas sin resolución, acordes de séptimas, sin preparar ni resolver, así como en la melodía sucesiones de segunda mayores, combinando, a veces, estos nuevos procedimientos con los modos griegos y orientales.”
Su primer período se ubica entre 1880, año que realiza una gira como pianista de la baronesa Nadeida de Meck,- que protegía económicamente a Tchaikovsky- por Suiza, Europa oriental, Rusia e Italia, en este último país se encuentra con su admirado Richard Wagner, la reunión reafirma la influencia que tendrá en su labor el aliento trágico de Richard , el lirismo de Manssenet, las lecturas a la poesía de Mallarme, la expresividad de Mussorgski y el anticonformismo de Saite, en la realización de su tarea de compositor. El período terminó al cumplir 22 años, edad en la que recibió el “Primer Gran premio de composición de Roma” por: “Le infant prodigue”, el galardón tuvo como significado ser un reconocimiento a un creador que se caracterizó por la preminencia del piano como objeto principal en su obra, un ser que dedicó al instrumento parte de su producción, dotándolo de nueva capacidad de expresión íntima con pensamientos vagos, sugerentes, indeterminados, bellos, convirtiendo las manos de sus ejecutantes en una extensión del teclado. Claude prefirió sobre las normas establecidas y las construcciones musicales instauradas por los virtuosos del reciente pasado a las caricias que son producidas por figuras sonoras que escapan del papel pautado y se instalan en el talento de músico e instrumento.. El segundo segmento comienza con: “Preludio a la siesta de un fauno”-1894- posiblemente su composición de mayor fama, la etapa es prolífica y da vida a tres Nocturnos, en 1902 a “Pelléas de Mélisande”, obras que debemos sumar a su repertorio:” Imágenes”, “Estampas Arabescas”, “Reviere”, “Claro de Luna”, “Children¨s Córner”, “La mer”,” Fantasía para piano y orquesta”, “Cinco poemas de Baudelaire”, “ Suite begamasque”.De 1903 a 1918 año de su fallecimiento en París-25/ marzo- se presentó en los grandes escenarios recibiendo aplausos y homenajes a ser considerado un innovador nato de la música. La influencia de Debussy en México es notable, Gabriel Pareyón señala:” En México, los últimos seguidores del romanticismo abandonaron este viejo modelo y se aproximaron a la nueva escuela francesa. Este 2012 por todo el mundo se celebran los 150 años del impresionista musical con conciertos, conferencias, ediciones de su música etc., nosotros sólo recordamos que el impresionismo musical traduce una determinada experiencia mediante la selección subjetiva de uno de sus componentes y que Claude Debussy es el genio que lo creó.
1.-“La música orquestal en el siglo XX”. Adolfo Salazar. FCE. 1967
*Investigador y autor.