Por Mario Arturo Ramos*
Por tercera vez, Londres, la capital de Inglaterra, es sede de la Olimpiada. Los mejores deportistas del mundo se reúnen bajo las campanadas del Big Ben, en los cuartos Juegos del tercer milenio para competir en busca de la gloria, como aquella vez -los estudiosos ubican en 776 A. C.,- cuando en un estadio de la ciudad de Élide, cerca de el Santuario de Olimpia, en el Peloponeso, se celebró para honrar a Zeus una carrera en una pista de 185 a 190 metros, resultando triunfador el velocista Corobeo de Élide. Con el paso del tiempo se fueron agregando más pruebas atléticas, como el Maratón que se corrió por primera vez en 490 años A.C., por el soldado Filipides, quien recorrió cuarenta kilómetros aproximadamente para llevar noticias de la batalla con la que se nombra a la carrera de resistencia reina por excelencia. La celebración que se lleva a cabo cada cuatro años, en sus orígenes estuvo fusionada con las artes y la cultura recibiendo y retroalimentándose de música, poesía, danza, arquitectura, teatro, etc., para convertirse en la Fiesta del deporte y la paz.
“El olimpismo es una filosofía de la vida, que exalta y combina en un conjunto armónico las cualidades del cuerpo, la voluntad y el espíritu. Al asociar el deporte con la cultura y formación. El olimpismo se propone crear un estilo de vida basado en la alegría, el esfuerzo, el valor educativo del buen ejemplo y el respeto por los principios éticos fundamentales universales.” La Carta Olímpica.
En 1896, en la ciudad de Atenas, Pierre de Coubertin -1863/ 1937- logró que el sueño se hiciera realidad al recuperar los Juegos para grandeza de la historia de a humanidad. Las Olimpiadas que habían caído en descredito a raíz de la in vasión a Grecia por los romanos y que más tarde fueran prohibidas en 392 D. C., por decreto del Emperador Teodosio, quien consideró” inmoral el culto al físico” renacían en la mitológica capital de los griegos a pesar del considerable tiempo-14 siglos- en que los gobernantes imperiales que sucedieron a Teodosio continuaron con esta ley y fue hasta 1896, que la misión del pedagogo y pensador francés Coubertin, se vio materializada al declararse inaugurados los Juegos de Atenas. Muchos años han pasado y los países que se han vestido de gala para sede olímpica son: París, 1900; Saint Louis EE UU, 1904; Londres 1908; Estocolmo, 1912; 1916 se suspendió; Amberes, 1920; París, 1924; Ámsterdam, 1928; Los Ángeles EE. UU, 1932; Berlín, 1936; 1940/1944 se suspendieron; Londres 1948; Helsinki, 1952; Melbourne, 1956; Roma, 1960; Tokio, 1964; Ciudad de México, 1968: Múnich, 1972, Montreal, 1976; Moscú, 1980: Los Ángeles, 1984; Seúl, 1988; Barcelona 1992; Atlanta EE.UU, 1996; Sídney, 2000; Atenas, 2004; Pekín, 2008 y Londres 2012, XXX Olimpiada, son ciudades donde se ha escuchado el Himno Olímpico que resuena con el orgullo y la maestría bien puestos en el corazón desde 1896 y del que queremos compartir un fragmento con ustedes:
Himno Olímpico Fragmento:
Espíritu inmortal de la antigüedad padre de lo verdadero, lo hermoso y lo bueno desciende, preséntate. Derrámanos tu luz sobre esta tierra y bajo este cielo que fue él testigo de tu imperecedera fama.
La magna competencia está en marcha, nuevos héroes (oínas) y perdedores (as) desfilaran ante los ojos de lo espectadores. Al final la máxima se volverá a imponer: “lo importante no es ganar sino competir”. Desde luego es importante destacar que junto al desafío deportivo están sucediendo en Londres una serie de actividades culturales que enmarcan y fusionan el deporte con el arte; Latinoamérica participa de en la Olimpiada poética que durante una semana reunió a 204 poetas de los países que compiten en la justa, México aportó a la poeta Rocío Cerón y, Chile creo una “Lluvia de poesía” arrojando desde un helicóptero, 100 mil antologías que compilan obras clásicas y nuevos aedas. Así transcurre Londres 2012, XXX Olimpiadas de los tiempos modernos, que la disfruten.
*Investigador y autor.