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Fallece el cronista de Cananea José Arturo Rodríguez Agüero (q.e.p.d.)

Por domingo 27 de mayo de 2012 Sin Comentarios

“…tengo conocimiento de la revolución desde que tuve uso de razón…”

Por Marco A. Orozco Zuarth*

Como en muchas otras ocasiones, el lunes 14 de mayo de 2012, recibí un correo más de mi amigo y colega José Luis Barragán Martínez, administrador de proyectos del Centro de Estatal de Desarrollo Municipal del Estado de Sonora y Secretario Técnico de la Asociación de Cronistas Sonorenses, A.C.. Generalmente me envía información de las actividades que realizan los colegas y de los logros obtenidos en la promoción y difusión de nuestro oficio. Son noticias agradables con las cuales se comparte la alegría y satisfacción. Pero el correo de hoy es triste, portador de la noticia del sensible fallecimiento de don Arturo Rodríguez Agüero, Cronista de Cananea, Sonora.

“A las 13:30 horas de este sábado 12 de mayo en su domicilio particular, al lado de su esposa Adelina, sus siete hijos y familiares cercanos a los 87 años de edad, dejó de existir DON ARTURO RODRIGUEZ AGÜERO después de padecer delicado padecimiento que a la ciencia médica le resultó imposible combatir”, informó Gerardo R. García Díaz en Sólo Noticias.

Al recibir la noticia recordé los momentos tan interesantes en los que convivimos y platicamos en la ciudad de Victoria de Durango los días del 28 al 31 de julio del año pasado durante el XXXIV Congreso de la Asociación Nacional de Cronistas de Ciudades Mexicanas, en donde le hice una breve entrevista y que en esta ocasión la publico para honrar su memoria.

La obra del cronista es solitaria, ardua, difícil, requiere de mucho temple y disciplina; a veces es muy ingrata, las autoridades y la misma sociedad no la valora. Todo esto suele suceder, sin embargo lo que no sucede es que se olvide. En efecto, la vida y obra del cronista trasciende a los años, vive entre nosotros y en la memoria colectiva de los pueblos. La obra de don Arturo trascendió a su amada Cananea, a su Sonora querida, llegó hasta Chiapas, a dónde empieza la patria. Recordemos sus palabras.

Don Arturo Rodríguez, conocido como “el oso” me contó que sus padres no participaron en la famosa huelga del primero de junio de 1906, precursora de la revolución, pero se incorporaron a ella después.

Marco A. Orozco Zuarth (MAOZ): Cuénteme don Arturo sus recuerdos de la revolución.

Arturo Rodríguez Agüero (ARA): “…tengo conocimiento de la revolución desde que tuve uso de razón porque mi padre y mi madre fueron revolucionarios. Mi padre adoraba a Villa y mi madre era constitucionalista; los dos veteranos; pero el coraje de mi padre era que mi madre si tenía condecoraciones y reconocimientos y él no tenía nada y le decía a mí una bala me dieron en una rodilla y a ti te dieron los reconocimientos”.

“Porque ahí anduvo después de que Maytorena fusiló a su único hermano que era oficial de Calles, lo cogieron preso en Magdalena, Sonora porque andaba quemando puentes para el ferrocarril que iba al ataque de Nogales. Dio orden Maytorena que donde lo cogieran lo tronaran. Así lo cogieron prisionero se lo llevaron a Hermosillo no permitió Maytorena que saliera libre ni soltarlo. Lo fusilaron en 1914 a raíz de eso mi madre ya se había metido a la revolución precisamente para defender los derechos de la gente pobre y todos eso”.

(MAOZ): ¿Cómo se incorporó su padre a la revolución?

(ARA): “Mi padre era de Jalisco, se viene a la revolución en 1913 porque Diéguez era su amigo, él era de Ameca muy cerquita del pueblo de mi papá que fue Mixtlán. Cuando Diéguez se viene, le pidió a mi padre de favor que se trajera su familia, dos hermanas y dos hijos y se embarcó a Guaymas, en un barco militar, llegó a Manzanillo con los familiares de Diéguez. Poco tiempo después se enlistó como voluntario del lado de Villa y así se vuelve enemigo de Diéguez. Le tocaron una serie de combates en Guadalajara, Sayula, el Bajío, Michoacán, los combates de Celaya y precisamente yo fui conociendo esa historia del labio de esos dos, la revolución siguió en la casa de ellos hasta que murieron a la edad de 93 años.

De esto precisamente trató mi trabajo que presenté aquí en el congreso, titulado: Capitán José Arturo Rodríguez Robles “Dorado de Villa” y con anécdotas de mi madre doña Ernestina Agüero”

(MAOZ): ¿Para usted qué es la crónica?

(ARA): “La crónica tiene que ser apegada a la veracidad, a investigar y no comentar como dijo Jorge Luis Borgues en una entrevista, -era un gran historiador- y él dijo los historiadores somos mitólogos. Mi padre tenía su biblioteca y los amigos le decían <oyes tienen libros a favor de Villa y tienes libros contrarios a la campaña de Villa> De eso se trata precisamente, hay que conocer de los dos -decía- para sacar conclusiones.

Mi padre, cuando llegó con el libro de Obregón 8000 kilómetros en campaña y lo empezó a leer daba unos gritos de coraje, decía <en tal parte no nos pegaron nosotros les pegamos a ellos> y discutía con amigos platicando toda la narrativa que él vivió. Entonces pues yo opino que las crónicas deben ser el resultado de tener la mayor investigación de los hechos para poder darlo a conocer en la forma más verídica posible”.

(MAOZ): ¿Por qué es usted cronista?

(ARA): “Soy cronista a raíz de la muerte de mi padre en 1985. A mí la historia y la crónica no me llamaba la atención, pero cuando ya estaba en su casa y entré a su hemeroteca y biblioteca, y a su museo de objetos, ahí me piqué y me interesé. Más aun conociendo como en la actualidad los jóvenes de estas nuevas generaciones que desconocen todo lo que es la historia de su pueblo, pues me di a la tarea de difundirla. El caso de Cananea por ejemplo es una ciudad que tiene una historia fabulosa desde los primeros pobladores de la región de hace 4000 a 5000 años. Cuando tenemos en esa parte de ahí zona de fósiles de mamut, zona de fósiles de dinosaurios, tribus que habitaron la llegada del primer español que había ido a la conquista. En fin una historia muy rica que hay que conocer”. (MAOZ): Para usted ¿Cómo se escribe una crónica?

(ARA): “En primer lugar se busca un tema que interese y se empieza a conocerlo, a estudiarlo y analizarlo, confrontarlo. Es una tarea de mucha responsabilidad”.

(MAOZ): ¿Qué planes tiene dentro de sus actividades como cronista?

(ARA): “Ahorita los jóvenes ya no saben escribir, no tienen ortografía, no investigan, Precisamente por eso motivo estamos armando en Cananea un grupo de gentes adultas jubiladas para, qué voluntariamente, empezar a trabajar es las escuelas primarias, con el fin de inducir a los niños en el gusto por la historia”.

Al punto de que llegamos al hotel donde nos hospedamos terminó la entrevista, nos despedimos con un abrazo y con la intención de vernos en el siguiente congreso de Sinaloa. Estaba muy emocionado de haber participado en el congreso de Durango y con muchas ganas de asistir a Sinaloa. Desafortunadamente ya no pudo llegar; pero lo recordaremos siempre con ese entusiasmo y amabilidad. Descance en paz, mis más sinceras condolencias para sus familiares, al pueblo de Cananea y a mis colegas cronista sonorenses.

*Cronista de Chiapas.

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