Se cumplieron cien años del fallecimiento de Salustio Carrasco Núñez, y esta remembranza centenaria, busca confirmar que este abogado y poeta de origen sinaloense es uno de los autores del famoso Plan de Ayala, enarbolado por el Gral. Emiliano Zapata en 1911.
Se tenía la referencia sin comprobar que Salustio era de origen sinaloense y con motivo de la celebración en el mes de julio de este año, del XXV Congreso Nacional de Cronistas de Ciudades Mexicanas en el valle del Évora, el cronista morelense Carlos Lavín Figueroa solicitó información sobre la temática de tal evento.
Al desgranarse la plática, derivó hacia el origen de Salustio Carrasco y ante la afirmación del cronista sobre su filiación sinaloense, se inició la búsqueda del acta de nacimiento, en los repositorios del Archivo Histórico General del Estado de Sinaloa.
En efecto, en el libro de nacimientos de la oficialía Nº 9 del Registro Civil del Distrito de Mazatlán, del año de 1878 se localizó el acta Nº 68 donde se asienta el nacimiento de un niño nacido vivo al que le adjudicaron el nombre de Salustio Carrasco, nacido el 15 de febrero, hijo legítimo de Severo Carrasco Pérez y Francisca Núñes, el primero originario de Tabasco y la segunda de la villa de Cosalá.
Pero quien fue Salustio Carrasco, que en estos tiempos se le reconoce tan significada autoría de un plan revolucionario zapatista?
Según información del periodista Luis Luna, el Lic. Salustio Carrasco Núñez fue exaltado por “Carlos Lavín Figueroa, originario del estado de Morelos, en homenaje realizado el martes 14 de febrero (2012), por la revista Revolución en coordinación con la Secretaría de Desarrollo Social y el Consejo Ciudadano de Cultura Iguala A. C. en el panteón municipal; sitio en que se encuentra sepultado el abogado, poeta y escritor”.
Lavín Figueroa, retomó la información de Carlota Carrasco Miranda hija de Salustio Carrasco, y con información de otras fuentes puede afirmar la coautoría del famoso Plan del Ejército del Sur, que tanto impacto causó en las filas revolucionarias del país.
Como refuerzo a lo anterior retomo parte de la entrevista realizada por el político guerrerense Lic. Píndaro Uriostegui Miranda, al veterano de la Revolución Mexicana Amador Acevedo, publicada en “Testimonios del Proceso Revolucionario de México” del Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana, en 1987, y a la pregunta: ¿Cómo surgió el Plan de Ayala?, contestó de la siguiente manera:
“…platicando (con Maurilio Mejía, jefe del estado mayor de Zapata y sobrino del mismo)…me dijo: “mira, el Plan de Ayala vino de Guerrero, no lo hizo el profesor Otilio Montaño, lo trajo un señor Ramón Vicario de Quetzalapa…vino a ponerlo en manos de Zapata, pero al no encontrar a nadie me lo dio a mí y yo se lo entregué a Emiliano Zapata quien después de verlo, lo mandó a su compadre Otilio Montaño”. El documento iba oculto en el interior de un carrizo; cuando lo sacó Maurilio, Zapata le dijo que se lo leyera, gustándole de sobremanera; se entusiasmó mucho con ese documento, por eso se lo envió a Otilio, a quien le tenía mucha confianza. Salustio Carrasco de Iguala, Felipe Ávila de Tepecoacuilco y Félix Fuentes de Huitzuco, fueron los tres que redactaron el Plan de Ayala, lo hicieron en Guerrero y fue la causa de que Ambrosio Figueroa fusilara a Salustio Carrasco en Iguala… Otilio solo le quitó algunas cosas que no le gustaron. Te aclaro que la denominación de Ejercito Libertador del Sur ya venía en el Plan, por eso después fue adoptado por las fuerzas zapatistas”.
“Escasos días tenía el Presidente Francisco I. Madero en el poder y la proclamación del Plan de Ayala fue un reto al Presidente, una temeridad, un acto suicida para quienes lo redactaron y lanzaron. Este documento habría de cambiar radicalmente el concepto que se tenía de Zapata y de sus hombres, ya que aparte de marcar ideales agraristas entre otros, comprometía moralmente al caudillo para que sus tropas no cometieran excesos”, así se expresa el cronista Carlos Lavín Figueroa, en el Diario de Morelos, el 13 de enero de 2011.
Salustio Carrasco Núñez, fue muy respetado por Emiliano Zapata, por haber sido su maestro entre 1900 y 1901; su vida literaria fue muy conocida en la villa de Ayala. Escribió sonetos, versos y poesía de carácter político-social y un gran monólogo “Por la Justicia”. “El Gran Morelos”, fue recitado por él mismo en el “Teatro Carlos Pacheco” de Cuautla la noche del 29 de septiembre de 1900 e hizo arengas públicas de franca oposición al régimen porfirista. En junio 13 de 1911 en Iguala declamó ¡Pro Libertas! dedicado a Francisco I. Madero, en una velada en honor y en presencia del candidato a la presidencia. Después Zapata y Madero rompen relaciones, en septiembre de 1911. Carrasco arremete contra Madero, en octubre son las elecciones, en noviembre Madero toma posesión, el 28 se firma el Plan de Ayala, en diciembre 15 se publica y el 14 de febrero de 1912 fusilan a Salustio Carrasco, según cronología presentada por Lavín Figueroa.
El cronista concluye con lo siguiente: “Zapata y Carrasco apoyaron a Madero en su campaña presidencial. Cuando tomó posesión a Madero le enseñaron el Plan de Ayala antes de publicarse el 15 de diciembre (1911) expresando: “que lo publique para que la gente conozca a ese loco de Zapata”.
El Plan de Ayala sacudió al país, dio nuevo aliento a los revolucionarios de origen campesino y en Sinaloa influyó en dirigentes tan fuertes como el Gral. Juan M. Banderas, que se adhirió inmediatamente a sus postulados.
Sinaloa vivió el zapatismo y el Plan de Ayala dejó honda huella en la concepción de una Revolución que buscaba restituir las tierras a las comunidades indígenas, que se habían manifestado en el proceso armado.
Sirvan estas escasas pero notables referencias, para destacar la gran contribución de los sinaloenses en el proceso social de la Revolución Mexicana, de la cual tenemos que conocer más.
*Director del Archivo Histórico General del Estado de Sinaloa.