Por Arcadio Madera Sarmiento*
Sinaloa, tierra bañada por las prodigiosas aguas de sus once ríos, que la convierten en una entidad que ocupa uno de los primeros lugares a nivel nacional en la producción de diferentes productos agrícolas, es también la tierra de donde han salido grandes artistas, como Pedro Infante, Lola Beltrán, Luis Pérez Meza, José Ángel Espinoza Ferrusquilla, etcétera.
Además —algo muy importante, que es precisamente de esta tierra—, la música de banda, la música de tambora, que cuando se escuchan sus notas el cuerpo se estremece, el corazón palpita más rápido, se desborda la alegría, más aún cuando se combinan con ese producto resultado de la fermentación de centeno o cebada. Olvídese de todo, con estos brebajes. Como dice la canción de José Alfredo Jiménez: aquí hasta un pobre se siente millonario… ¿Verdad?
Amigos lectores de este su periódico…, el tema que nos trae en esta ocasión trata sobre un personaje está muy a propósito de la música sinaloense. Esta persona ha quedado prácticamente en el olvido, muy a pesar de que aportó mucho en todo lo relacionado con las bandas musicales. Nos referimos a don Epifanio Páez Elizondo, más conocido en el ambiente musical como El texano de Tepuxta, compositor de la canción “Cinco de chicle”. Nació un 12 de enero de 1917 en Tepuxta, Concordia, Sinaloa y murió el 23 de enero de 1980, a la edad de 63 años. Fue hijo de José Páez y Ángela Elizondo y fueron sus hermanos José, Esteban, Hilario, Alejandro y Susana. Contrajo matrimonio con Francisca Ibarra, con quien procreó cuatro hijos: Irene, Aurora, Consuelo y Miguel Ángel.
¿Por qué El Texano? Su apodo viene desde su infancia, debido a que él usaba una texana que le regaló su hermano mayor, quien estudiaba en el puerto y la usaba para protegerse del sol en el huerto de sandías propiedad de su papá. Un señor le preguntaba por el precio de la sandia y no escuchaba. “Hey, texano, el de la texana”. Los niños, que se encontraban en el lugar, después le dieron carrilla diciéndole “texano”. De esta forma nació el mote de “El Texano” para siempre, amigos, sobre todo en el ámbito de la música de banda.
De acuerdo a la información de su familia, El Texano inició en la música desde antes de los 15 años de edad, sin tener educación. Él aprendió de su padre, quien fuera músico también y la relación que estableció con familiares y personas que tenían conocimiento de la música, como en el caso del maestro Manuel Páez, vecino del poblado El Recodo, quien fuera egresado de la banda sinfónica militar de la Revolución Mexicana de1910 y maestro de infinidad de jóvenes estudiantes de música de la región del Rio Presidio en su época. De este señor aprendió todo lo que él sabía, incluso a leer y escribir notas musicales, además de los instrumentos que conforman una banda. El Texano se distinguía especialmente por la forma de tocar el trombón.
La primera banda que organizó e impulsó allá por los años de 1938-1940, fue la Banda Musical Sinaloense de Tepuxta, Concordia, misma que existía en su pueblo con integrantes de ahí mismo, casi todos mayores de edad que él, la cual fue muy reconocida en toda la región por su participación exitosa en fiestas y competencias de bandas musicales que había en la Villa de San Sebastián (hoy Concordia, Sinaloa). En ese entonces era la primera banda musical en toda la región, pionera con cantantes, en la cual cantaban, desde luego, formando un dueto El Texano y su hermano Esteban, quienes después de un tiempo alcanzaron fama. La banda se caracterizó como una de las mejores y más completas por sus cantantes, ya que no había una en todo el estado de Sinaloa con estas características, porque no se usaban cantantes, mérito que se lo ganó a pulso lo cual fue muy reconocido por los grandes conocedores de música. La banda llegó a tocar a gobernadores, según se muestra en material fotográfico, quienes por su fama solicitaban sus servicios.
La banda la formó con grandes elementos como Esteban, Josecito Páez Elizondo, Procopio Sánchez, Régulo García, Hilario Páez, Vidal Ríos, Jesús Páez Osuna, Valentín Ibarra, Santiago Espinoza, Felipe, Martiniano, Juan, Nepomuceno Ibarra y Trinidad Ríos entre otros, dejando una huella imborrable en su pueblo y en los elementos que todavía viven.
En el año de 1954, de acuerdo a información de sus familiares, El Texano salió de la banda de su pueblo, invitado por don Cruz Lizárraga para que le ayudara en el proyecto de fundar, apoyar e impulsar una banda, con su talento, como maestro de música y director, logrando su cometido al crear lo que hoy conocemos como una de las grandes bandas de música, La Banda El Recodo de don Cruz Lizárraga. El TEXANO dejó una huella muy importante en esta banda, de lo cual tuvieron conocimiento los hijos de don Cruz.
Salió de la banda de El Recodo y se incorporó a la Banda La Mazatleca, en la cual actuó como músico y director, dándole un gran prestigio y fama con una de sus canciones Pachanga, con lo que dejó una huella más.
Luego se pasó a la Banda Los Escamillas, igual que en las anteriores: como músico y director, por dos años más, consiguiendo también mucho éxito.
Pasó a la Banda del Limón también como director y músico y el éxito no se hizo esperar. Grabó con ellos grabó a dueto con su hermano Esteban canciones famosas como “Maldito Vicio” y ”La Cruda”, con lo cual nuevamente dejó una huella mas.
De acuerdo a datos muy precisos, fue muy solicitado debido a su talento como guionista por artistas de la talla de Luis Pérez Meza, Antonio Aguilar, Lola Beltrán, Amalia Mendoza, Chuy Reyes, Cornelio Reyna, Chico Herrera y José Ángel Espinoza “Ferrusquilla”. Él se encargaba de hacer los guiones musicales para las grabaciones de sus discos.
De acuerdo a lo antes señalado, esto quiere decir que prácticamente fue fundador de la mayoría de las bandas de la región, lo buscaban para que les diera estudios para salir adelante.
Finalmente, el cariño y amor a su pueblo, a su familia lo hicieron regresar a Tepuxta (pero vivía en Mazatlán) a rescatar y dar impulso a su banda, que había abandonado y que ahora la reformó con nuevos jóvenes, poniendo de nuevo nombre a la que llamó “Banda de Música Sinaloense Hermanos Texanos de Tepuxta, Concordia, Sinaloa”, en honor a su apodo hasta el día de su muerte.
A partir de 1980 existe todavía su banda, aunque ha cambiado un poco el nombre, el cual quedó como “Banda Sinaloense los Texanos de Tepuxta, Concordia, Sinaloa”. Se consideró el apodo de nuestro personaje, muy aclientado, que les dejó de herencia, tan es así que en la actualidad no les ha faltado el trabajo. Entonces, dejó en ellos su más grande huella y sus mejores legados, por mencionar su famosa melodía “Cinco de Chicle”, “Castigo”, y “La pachanga”, entre otras melodías y las canciones cantadas con su hermano Esteban y su sobrino Segundo Salazar: “Telégrafo del Alma”, “Adiós, Adiós”, “Trigueña de mis Amores”, “Me Caíste del Cielo” y varias más. Por cierto, existe material grabado.
Anécdotas sobre algunas de sus melodías
Resulta que corría el año de 1953 cuando El Texano se encontraba componiendo algunas de sus canciones que le dieron fama, como la de “Cinco de chicle”, a la cual no hallaba como ponerle, cuando llegó una de sus hijas a pedirle cinco centavos para comprar chicle, cuando estaba en compañía de su compadre Layo, quien le recomendó que así le pusiera, como le había dicho la niña y así se quedó: “Cinco de chicle” sin imaginarse la fama que alcanzaría esta melodía en el gusto de la gente sinaloense que se hizo una canción carnavalera por siempre.
Hay un dato curioso: resulta que la de Los Texanos fue la primera banda que tocó en el programa “Siempre en Domingo”, que conducía don Raúl Velasco.
Dejó un legado de música amistosa en todas y cada una de las personas que lo conocieron y un recuerdo imborrable en su gente, su pueblo natal, en Mazatlán, en su estado, su familia y en la historia de las bandas de música sinaloense.
Es lamentable que este personaje se encuentre en el olvido y es tiempo de que por su trayectoria y su mérito sea rescatada su memoria y salga a la luz para orgullo de su pueblo natal, de su familia y de todo el estado de Sinaloa. Sería muy plausible que se pusiera su nombre a una calle y que figure su estrella junto a los demás músicos que ya la tienen aquí, en el paseo costero de Mazatlán.
*Cronista de Huejuquilla el Alto, Jalisco.