Por Mario Arturo Ramos*
Tradicionalmente el inicio de la primavera coincide con el aniversario del natalicio del Benemérito de las Américas. En los momentos históricos que vive México, el legado de Benito Juárez García es un formidable elemento que indica el rumbo que nunca debe perder la Patria. Antonio Uroz escribe sobre el hijo del matrimonio zapoteca formado por Brígida García y Marcelino Juárez: “Por eso cuando un hombre, una idea y un programa no sólo son símbolos, sino tienen vigencia después de su muerte, la historia se halla ante una personalidad gigantesca que impone su freno al devenir del tiempo. Tal es el caso de Juárez: su lección es símbolo, permanece viva como una doctrina que puede aplicarse hoy con la misma fuerza emancipadora del siglo XIX, cuando por primera vez se anunció.” 1.- La conmemoración cívica del pasado miércoles para honrar los doscientos seis años del nacimiento de un hombre que apuntala la mexicanidad, no debe perderse en la solemnidad y los discursos gastados que han ocupado los podios en escuelas y plazas públicas los 21 de marzo, ¡no¡ es necesario retomar la Doctrina Juarista como faro que ilumine el camino del pueblo de México en el tercer milenio.
“De la entrada de Juárez a la ciudad de México”.
Corrido -1867-(fragmentos) autor anónimo
El quince de julio
del año setenta y siete,
entró don Benito Juárez
triunfante a la capital.
Que vivan todos los libres,
viva la Patria heroica
¡que viva Benito Juárez
que vivan los buenos patriotas.
Es conocido que su lugar natal es San Pablo Guelatao, Oaxaca, que sus padres lo llevaron a la pila bautismal en la población de Santo Tomás, Ixtlán, Oax. para ponerle el nombre de Pablo Benito. Que cuando cumplió tres años de edad sus progenitores murieron y por este motivo se trasladó junto con sus hermanas Josefa y Rosa a la casa de sus abuelos: Pedro Juárez y Justa López; el repentino fallecimiento de los viejos ocasionó que un tío, dueño de un rebaño de ovejas lo aceptara a su lado ocupándolo como pastor ovejero; que en esta actividad comenzó a aprender el castellano y asistir a la escuela municipal. Cuenta la historia que cuando cumplió doce años, el adolescente zapoteca escapó de la casa del pariente por habérsele perdido una oveja, llegando a la ciudad de Oaxaca done encontró hospitalidad en la casa del ciudadano español, Antonio Maza a quien ayudaba con las tareas domesticas su hermana Josefa; que el Benemérito de las Américas al poco tiempo entró al servicio del fraile Antonio de Salanueva quien le ayudó a inscribirse en el seminario. A los 19 años terminó gramática latina; en 1827, filosofía escolástica y, en 1828, teología moral; un año después a punto de ordenarse sacerdote, se inscribió en el recién establecido Instituto de Ciencias y Artes en la carrera de leyes recibiéndose de abogado en enero de 1834. La formación ideológica de Juárez recibió un formidable impulso por el liberal Miguel Méndez, quien impulsó a un grupo de liberales oaxaqueños, esta preparación se vio reflejada años más tarde, cuando en Veracruz expidió las Leyes de Reforma que ordenaban: La nacionalización de todos los bienes muebles e inmuebles pertenecientes a la iglesia; la declaración de que el matrimonio es simplemente un contrato civil; la secularización de los cementerios; la supresión de varios días considerados fiestas religiosas; la implantación de la libertad de cultos. Todos sabemos que las autoridades religiosas aliadas con los antinacionales conservadores se opusieron a las leyes, desatando una feroz guerra contra los liberales que ensangrentó la nación y que como corolario trajo a fuerzas invasoras para apuntalar su proyecto oscurantista, traición que fue derrotada en Querétaro. Por eso en este marzo, la sabiduría popular dice que: “si Juárez viviera, de seguro de pena se muriera”.
El 18 de julio de 1872, a los 66 años, falleció en la ciudad de México, el presidente de la “Austeridad republicana”, Benito Juárez; de quien como señalé en líneas anteriores su legado hoy más que nunca se encuentra vigente y es necesario que México lo retome para encontrar el destino libre que nos pertenece.
1.-Hombres y mujeres de México. Antonio Uroz. Editorial Antonio Uroz, 1974.
*Investigador y autor.