Estatal

El decreto emancipador del municipio de Salvador Alvarado

Por domingo 4 de marzo de 2012 Sin Comentarios

Por Gilberto López Alanís*

Para los guamuchilenses separarse del municipio de Mocorito fue una expresión de independencia acotada al ámbito municipal, motivada por la perspectiva de un crecimiento poblacional y desarrollo comercial que ya había trastocado el añoso aparato municipal de Mocorito, aparte por el surgimiento de una clase política local que reclamaba su lugar en la vida social de Sinaloa.

Para valorar lo expresado y después de observar la documentalia de Sinaloa, encontramos que existen expresiones libertarias plasmadas en textos institucionales, que se convierten en documentos libertarios, esos que todos mencionan y pocos consultan, a la par existen también discursos fundacionales, los cuales persisten en el imaginario popular.

Presentamos aquí dos ejemplos de lo anteriormente expresado. En el libro S. V. 1. 126 de la serie Periódico Oficial El Estado de Sinaloa, T. LIV. 2ª época del 6 de marzo de 1962, Nº 27, se encuentra el Decreto Nº 280 que fundamenta la creación de la municipalidad de “Salvador Alvarado”, un original se encuentra en el Archivo Histórico General del Estado de Sinaloa.

Nos sirve este documento para recrear esta significada conmemoración del 50 Aniversario del municipio evoreño que tuvo su máxima expresión cívica el día 27 de febrero de este 2012, en el teatro “27 de febrero”, a un costado del palacio municipal.

Llama la atención de que en el citado ejemplar del Periódico Oficial, aparezcan personajes sustantivos de un tiempo político que marcó una época, tal es el caso de Amalia Millán Maldonado, que a la sazón se desempeñaba como diputada por el municipio de San Ignacio, junto con Francisco Alarcón Fregoso como presidente y secretario del Congreso del Estado de Sinaloa, en su XLIII Legislatura, que fueron los que citaron a la histórica sesión del 27 de febrero y que los diputados Lic. Enrique Ibarra Delgado, Margarito Lugo Ibarra y Joaquín López H., fueran los que desahogaran la sesión donde se aprobó el decreto Nº 280.

Todavía el Lic. Clemente Vizcarra Franco, firmaba como oficial mayor en funciones de secretario general de gobierno, en el gabinete del Gral. Gabriel Leyva Velázquez y el Lic. Alejandro Barrantes, apareció como encargado del despacho del C. Gobernador.

El nuevo municipio recibió la aprobación de las muncipalidades de El Fuerte, Ahome, Guasave, Mocorito, Badiraguato, Cosalá, Mazatlán, Concordia, Rosario y Escuinapa. Como los municipios de Choix, Sinaloa, Angostura, Culiacán, Elota y San Ignacio, no se pronunciaron, por lo que se tomo como afirmativa, procediéndose a decretar la creación del municipio Nº 17.

El territorio de dicha jurisdicción municipal se integró con el comprendido en la sindicatura de Guamúchil, del municipio de Mocorito.

Se dejó sentado que la vida municipal comenzaría a partir del 1º de enero de 1963. Mientras tanto, ¿quién se encargó de preparar la transición de los bienes y propiedades del nuevo municipio, en los nueve meses restantes?

Lo que sí sabemos es que la profesora y diputada Aurora Arrayales, como presidenta del Congreso del Estado de Sinaloa, tomó protesta al primer ayuntamiento constitutivo del municipio de Salvador Alvarado el 27 de diciembre de 1962, que presidió el C. Alberto Vega Chávez, por designación del C. Gobernador Leopoldo Sánchez Celis.

Investidos de su aura municipal los regidores, Sergio Félix Castro, Baldomero López Arias, Genaro Salazar Cuéllar, Ruperto Araujo Castro, José Flores Soto y Ramona Acosta Camacho, junto con los diputados Enrique Sánchez Riveros, Jesús Osuna Urtusuástegui y Pablo Moreno Mendoza, con la presencia de numeroso público de ciudadanos guamuchilenses se oyeron las palabras de “Veguita”, el anotador del primer juego de beisbol de la Liga de la Costa del Pacífico, quien después del protocolo de salutación a las autoridades se fue a fondo:

“Compañeros regidores: Con la más profunda emoción de sinaloenses y de ciudadanos estamos con todos ustedes en esta hora crucial de destinos comunes, para entregarles nuestros mejores deseos y nuestros mejores propósitos por un año de venturosos éxitos personales y un mejor acomodo en nuestros intentos de hacer de esta región de nuestra querida patria, un ejemplo de unidad y un espejo claro de civismo integralmente revolucionario”.

El habilidoso primer regidor siguió en su discurso.

“Iniciamos en colaboración de todos los integrantes del nuevo municipio de Salvador Alvarado, una etapa de trabajo en la cual se engloba una gran responsabilidad histórica: la de encauzar, fortalecer y proteger -defendiéndola- a esta célula municipal en la cual enraízan nuestros más caros anhelos, en donde florecen nuestras más limpias ilusiones y en cuyo parto, difícil de por sí, afloraron desgraciadamente las más encontradas situaciones, con las más enconadas de las pasiones”.

“Veguita” el discreto promotor municipal que supo colarse a las confianzas de Sánchez Celis, ya trotando en las lides de la historia siguió: “La historia de una lucha por la emancipación de este girón de tierra sinaloense es ya materia de trabajo para los encargados de tales tareas. El resultado es punto de partida para todos nosotros. Los días turbulentos y las oscuras noches, a la manera de Jan Valtin, quedaron atrás.”

Su discurso cobra actualidad, pero lo matiza con la cortesía del subalterno:

“Un nuevo sentido de la vida se abre entre nosotros. Una nueva concepción de la política en función del pueblo está a la vista. Afortunadamente en Sinaloa el mensaje patriótico de luchar por México a cada instante, que es esencia y propósito medular del señor presidente de la República, licenciado Adolfo López Mateos, habrá de ser proyectado con mayor pujanza por el señor gobernador del estado, don Leopoldo Sánchez Celis, de cuya firmeza revolucionaria y gran cariño por Sinaloa nadie podrá dudar, en la misma dirección habremos de orientar nuestros pasos”.

Se definió esencialmente en lo siguiente:

“Sobre los obstáculos que necesariamente habrán de presentarse estará nuestro entusiasmo y nuestra modesta capacidad para franquearlos, habremos de procurar en todo momento un gobierno de corte netamente popular, sin privilegios, sin desviaciones, sin inclinaciones específicas hacia grupos o facciones. Un gobierno que satisfaga dentro de los linderos de la razón, sean del tipo que fueren. La ley será nuestra norma, la Revolución nuestro credo.”

No estaba en campaña sin embargo con pragmatismo algo prometió:

“No intentaremos, lo prometo solemnemente, posturas demagógicas; no haremos para ustedes un programa de palabras que si bien halagan el oído, siembran la duda en la mente. Actuaremos con sentido táctico pero realista. Nada haremos en la sombra. Lo haremos todo a la luz del día, a la vista de todos. De la misma manera justipreciaremos en lo que significa, el esfuerzo, el entusiasmo, la disciplina y la voluntad de servir a la comunidad de nuestro municipio de Salvador Alvarado, de cada uno de los integrantes de la misma porque tenemos entendido que nada podrá llevar a cabo el H. Ayuntamiento Constituyente que hoy inicia funciones, si esos atributos le son escatimados. Tenemos fé, creemos en ellos, porque conocemos profundamente la categoría moral, patriótica y revolucionaria de todos ustedes, plasmada en esta ciudad que desde hoy se convierte en la capital de todas nuestras esperanzas.”

Se definió como revolucionario: “El honor que el destino me ha deparado de organizar y poner en marcha la maquinaria de este naciente municipio es el mejor pago a nuestros esfuerzos dentro de las filas de la Revolución Mexicana durante más de 20 años”.

Termina este discurso con la satisfacción personal de haber llegado a la presidencia municipal: “Servir con lealtad a un régimen estatal que inicia sus actividades en un magnífico ambiente de unidad, es un honor más, contar con la amistad y colaboración de todos ustedes en la magna tarea de superación ciudadana será una meta de notable satisfacción personal.

Muchas gracias”.

Alberto Vega Chávez, al que pocos concedían la posibilidad de llegar a la presidencia municipal, desde un aparente alejamiento, vio los acontecimientos de la lucha emancipadora, guardando una distancia preventiva que a la postre, mostró su eficacia.

*Director General del Archivo Histórico del Estado de Sinaloa.

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