Nacional

La Cueva de los Sueños Olvidados

Por domingo 26 de febrero de 2012 Sin Comentarios

Por Alberto Ángel El Cuervo*

El regreso… Siempre nostálgico… Siempre con el recuerdo en el costado izquierdo… Tenía todo preparado para enfrentar el viaje… Doce horas, habían anunciado al abordar… ¡Doce horas en un asiento que no se reclina casi, hasta la última fila del avión… La buena noticia era que mi asiento estaba en el pasillo… La mala era que en el mostrador anunciaban que como el vuelo iba a toda su capacidad, tendrían que documentar maletas extras de mano… De ese modo, sólo me quedaba esperar que de compañero de asiento, no me tocara alguien de gran tamaño o volumen para viajar lo más descansado posible… El flujo de pasajeros entrando era verdaderamente interminable… Después de despojarme de abrigo y suéteres, y ponerlos junto con la maleta de mano en la parte de arriba, acomodé dos libros, dos cuadernos, un estuche con mi portaminas, goma y algunos estilógrafos para dibujar en mi cuaderno hecho a mano por artistas venecianos de la encuadernación antigua… Y donde escribiría también a lo largo del viaje… A punto de sentarme, recordé que me habían puesto mi hijo y mi nuera una bolsita de red con pequeños quesos de los rojos, redondos… Y unos pastelillos de los llamados “brownies”… Volviendo a bajar mi maleta, los saqué, volví la maleta a su lugar y las botanas en la bolsa del asiento frente a mí… Los dos asientos de mi izquierda, permanecían sin ocuparse… Cada vez que un nuevo pasajero caminaba hacia atrás, pensaba que seguramente era el pasajero de al lado… pero una y otra vez, se quedaban en las filas de adelante… Por fin, en un español que ni la propia azafata entendía, la voz dijo: “señoiras y señoros, las puertes del aion se van a cerarse ahora… Tos los paratos eltronicos…” Me acomodé pensando en que sería verdaderamente cómodo el viaje al poder incluso levantar las piernas sobre los asientos vacíos… Sin poder ocultar mi regocijo, me puse a revisar la pantalla que el respaldo del asiento tiene ofreciendo películas, juegos, documentales y programas varios de televisión… Una película, se antojaba mágica con sólo leer el título: “La Cueva de los Sueños Olvidados”… De inmediato la seleccioné y me di cuenta que era más bien un documental… Un documental francés… 18 de diciembre de 1994… El trío de espelólogos compuesto por Eliette Brunel, Christian Hillaire y Jean Marie Chauvet al frente, se descubrió en Francia la Cueva de Chauvet-Pont-D’arc en el departamento de Ardeche al sur del país… Fascinante… Verdaderamente fascinante desde la entrada diminuta por la que tienen que arrastrarse los investigadores para poder llegar al enorme espacio donde la cueva muestra las pinturas rupestres más antiguas de que se tenga conocimiento hoy en día. Las imágenes que se observan dentro de la Cueva de Chauvet, con toda seguridad son motivo de envidia del artista plástico que se nombre… Es inconcebiblemente impactante la belleza, la maestría, el virtuosismo que las pinturas de la llamada cueva de los sueños olvidados muestra… Se ha sucitado un poco de polémica en cuanto a la datación de las pinturas de la cueva, pero de cualquier manera siguen siendo las más antiguas y definitivamente unas de las más bellas e interesantes en cuando a logro en trazo, perspectiva y estética… La época conocida por los científicos como paleolítico superior, se subdivide en varios períodos, dos de los cuales se han datado para la presencia del hombre en la Cueva de Chauvet: El “Auriñaciense” de 30,000 a 32,000 años A. C. y el “Gravetiense” entre el 27,000 y 25,000 años A. C. No solamente se encuentran en la cueva las pinturas magistrales realizadas en ese entonces, también hay restos de animales ya extinguidos, cenizas de fogatas, manchas de humo que dejaban las antorchas que iluminaban la cueva, huellas de osos de las cavernas y la huella de los pies de un niño, mismas que se consideran las más antiguas huellas de los humanos que puedan datarse con precisión… Volviendo a las pinturas, se han identificado en los muros de la gigantesca cueva, cuando menos 13 distintas especies de animales en diferentes actitudes… Hay también una sección donde podemos ver manos… Siluetas de manos pintadas con la técnica del soplado de pigmento… Esto es, el hombre de la Cueva de Chauvet, puso la mano en la pared de la cueva y sopló un pigmento de color ocre para que alrededor de los dedos y la palma, quedara pintado dejando la huella en el color natural de la pared… Un evento notable, es la conciencia del artista del paleolítico que se muestra en esa cueva… Me refiero a la “preparación” de la pared para la realización de la obra… Normalmente, algo que nos preocupa a todos los artistas plásticos, es la llamada imprimación o preparación del lienzo, de la tela… O de cualquier superficie donde vayamos a pintar… De una preparación adecuada depende en gran parte la permanencia de la obra a lo largo de los años y contribuye a la calidad en general de la misma. Y los artistas de Pont D’Arc, lugar donde se sitúa la cueva, prepararon acuciosamente las paredes para que ninguna sustancia ajena ni imperfección alguna pudieran afectar la calidad artística de su obra… Asombroso… Como dato curioso, con toda la tecnología actual, con todo el conocimiento científico del hombre contemporáneo, las pinturas al óleo (por ejemplo) de mayor calidad, sólo se atreven a garantizar una duración de los colores en condiciones especiales de alrededor 500 años… Y después de 30,000, las pinturas de la Cueva de Chauvet, aparecen majestuosas como si hubieran sido pintadas hace unos días… Las pinturas en cuestión, utilizan varios conceptos o técnicas “modernas” de la actualidad, así, tenemos que en el trazo se plasma el movimiento, la perspectiva, el volumen, etc., de una manera asombrosa y bella… De este modo, las figuras de algunos animales, fueron complementadas en algunos de sus contornos, tallando la roca para que al darles la luz del ángulo previsto, el volumen se viera aumentado en su percepción… Las pinturas, han sido consideradas por los expertos en arte y cultura de la prehistoria, como obras que tienen un carácter chamánico, mágico, religioso… Esto se ve apoyado por el hecho de que entre ellas hay figuras de hongos utilizados en dichos rituales… Sea como sea, el imaginar que alguien, hace 30,000 años pudo pintar estas majestuosas obras de arte, conmueve profundamente y provoca que los artistas actuales nos veamos envueltos entre la envidia y el asombro y admiración por el arte de “La Cueva de los Sueños Olvidados”… Finalmente, mi atención durante todo el viaje, se centró en ello… Unos apuntes en trazos y palabras en el nuevo cuaderno… Un tiempo de reflexión… Y toda la botana consumida a lo largo de doce horas, enmarcaron mi regreso a este lado del mar…

*Cantante, compositor y escritor.

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