Por José María Sosa González*
PARA EL MAESTRO TELEGRAFISTA
En el centenario de tu nacimiento y en este día del telegrafista te recuerdo con gratitud y gran afecto, ojalá la fiesta sea con muchos artistas y se prolongue desde el 10 hasta el 14.
Zumbando por el moderno viento los hilos telegráficos que en ellos de hombre te forjaste a la juventud de tu pueblo el código Morse le enseñaste.
En esta fecha memorable, allá en las alturas, tu festejo has de tener acompañado por los poemas de Leduc, las notas y voces de los Barzones, las piezas musicales de los Rubio de Mocorito y el requinto de Michel.
Quien quiera que te haya conocido por tu sencilla exquisitez escuchabas a Toña La Negra y a Lara también.
Un reconocimiento a tu obra, mas de los que ya has tenido como servidor público, por el deber cumplido.
Incansable luchador, por la vida tú enseñaste con tu ejemplo valedor, a tu grupo de estudiantes.
En esta celebración, allá en el cielo te encontrarás con tus compadres y amigos Raúl Roa, Aurelio Sosa y Chuy Ayala y no precisamente para leer la Atalaya.
Lo que tu manifestabas, que poseías un furgón de dólares seguro lo imaginaste, pero lo que sí es real, son las obras que dejaste.
*Telegrafista y abogado.