La novela negra en México se ha convertido en un recurso literario que refleja la realidad del país, al igual que ha ocurrido en otros países. La novela negra o policiaca ha hecho aportes muy interesantes que, como todos los títulos del género, se han convertido en un reflejo de la situación de nuestro territorio.
En reciente reunión convocada por el Instituto Nacional de Bellas Artes, especialistas comentaron que la novela policiaca es el mejor espejo de las culturas del mundo y si se está interesado en conocer las condiciones sociales reales de los países que le dan vida, hay que acercarse a los escritores de este género.
Como ejemplos de este estilo literario, se señaló que la primera novela negra de la historia es Crimen y Castigo, del ruso Dostoievski y una de las obras más exitosas es la del escritor Mario Puzo, pues su obra El Padrino logra llegar a las entrañas mismas del origen de la criminalidad en su país, con lo cual convirtió a este libro en un reflejo y una crítica de todos los ámbitos involucrados.
Lo más interesante del género es su capacidad para establecer un vínculo cercano con la realidad, con el momento histórico en que se desarrolla, lo cual es un aspecto que lo hace vigente y le otorga profundidad y sentido.
Además, se señaló que el humor es un elemento que caracteriza a la novela negra mexicana, que encuentra en Paco Ignacio Taibo II a uno de sus mayores representantes, quien incluye en sus textos referencias irónicas a las condiciones sociales del país.
Entre sus promotores existe una nueva generación de autores comprometidos con el género, que no les preocupa ser catalogados como escritores de ciencia ficción, terror o policiaco y han creado obras innovadoras para el contexto nacional, con temas y perspectivas poco vistas, con lo cual se demuestra la eficacia de la novela negra.
