Por J. León Rodríguez Zúñiga*
En 1574, ya es reconocido Charcas, S. L. P., como centro minero y posteriormente de 1590 a 1597, existían en Charcas; centro de distribución de chichimecas, a los cuales llevaban a vivir en congregaciones.
Para el 22 de mayo de 1717, don Manuel Fernández de Acuña, capitán de caballos corazas, vecino que fue del Real y minas de San Pedro de Guadalcazar, S. L. P. dueño de haciendas en su jurisdicción, y de ganados mayores y menores, en que consta haber vendido al Sr. Maestro de campo don José de la Fuente Caballero, que fue de la orden de Santiago, gentil hombre de la Cámara de su Majestad, Márquez de Villa Puente, vecino de la Cd. de México, cincuenta sitios de tierra para ganados mayores y menores, con todos sus usos, aguas, pastos, abrevaderos, montes, entradas y salidas, costumbres, derechos y servidumbres; los diez sitios de ellos para dichos ganados mayores y menores, nombrados de San Juan de la Marihuana; los cuatro en la cañada que coge desde el Puerto de Piñones, hasta salir por toda la cañada del camino que baja del Mamaleón y va para el Río Blanco, que tiene por centro el ojo de agua que mira al sur, y a la sierra de Mamaleón, tierras del dicho señor Márquez de Villa Puente, quien las poseyó por suyas propias. Y donde el ojo de agua, están unas peñas blancas, al pie de la sierra de la parte del norte, por las partes de las minas del Río Blanco, y los dichos cuatro sitios corren en la cañada de oriente a poniente y cogen el camino que viene de Palmillas, hasta llegar a un puerto a donde hace otro valle montuoso; y en dicho valle están otros cuatro sitios, hasta llegar a otros puerto que divide las tierras que llaman el Llano del Viejo, donde se juntan dos caminos; el uno que viene de San Juan de la Miquihuana, y el otro que viene del Pantano de Mamaleón.
Debo aclarar, que los 50 sitios de tierra para ganado mayor y menor, incluían, el puerto de los Ahorcados, el Valle de las Palmillas, San Diego, San Lorenzo, Santa Rosa, El Ligvión, El Monte Alberne, el llano que llaman de la nueva conversión de San Juan Bautista de Jaumave.
Cuatro años más tarde, el 27 de junio de 1736; el padre Juan Francisco de Tampez, de la sagrada compañía de Jesús, procurador de las misiones de Californias, en nombre de ellas, y en virtud de licencia del reverendo padre Antonio de Peralta, de la sagrada compañía de Jesús, vendió al licenciado don Francisco Maldonado Zapata, presbítero (sacerdote) los 50 sitios de ganado mayor y menor (agostadero) en $8,000.00 (ocho mil pesos).
De 1736 a 1747, los 50 sitios de agostadero pertenecieron a don Francisco Maldonado Zapata, claro está que nuestro territorio fue propiedad del licenciado Maldonado, pero sucedió algo muy raro en nuestros días. Resulta que el licenciado no pagó los 8 mil pesos y entonces don Juan Francisco de Tampez, no entregó la escritura al presbítero comprador he hizo trato de compraventa con la sagrada provincia de San Alberto de S. L. P. quienes pagaron la cantidad mencionada en forma inmediata de la cual era su administrador, fray Pedro de la Madre de Dios, de la orden de los carmelitas descalzos, con sede en la Ciudad de Puebla de los Ángeles.
Recordemos que para el año de 1745, don Antonio Garay, vecino de Charcas, S. L .P.; hombre importante en aquel Real ya tenía conocimiento de la existencia de los clavos de minerales que había en un lugar llamado el “Pantano de Mamaleón” o “Paraje del Pantano”, en el territorio de los 50 sitios de ganado mayor y menor, propiedad de la sagrada provincia de San Alberto de S. L. P.
Con las reservas y cuidados necesarios, envió en 1746 a Don Nicolás Jacinto de Salazar, su administrador para que abriera las minas que existían en los alrededores del Paraje del Pantano, a las cuales impuso el nombre: Santa Ana, Las Ánimas y La Asunción. Los metales que sacaron se llevaron a Charcas, donde se fundieron y comprobaron que daban “plata”. Por motivos propios del Sr. Garay, no pudieron regresar a seguir sacando metales, por ello abandonaron durante un año y meses las bocaminas abiertas.
En 1748, regresó el Sr. Nicolás Jacinto de Salazar, don Nicolás Antonio del Castillo, Patricio Pérez y otros 5 peones, sacaron 6 cargas de metales de las minas mencionadas, después se regresaron todos para Charcas, en aquel año de 1748 el Paraje del Pantano estaba habitado por los indios pisones, lugareños, nativos. Los indios pisones fueron descritos por fray Juan Bautista de Mollinedo, como gente que andaba totalmente desnuda, en su carta enviada al Rey el 10 de mayo de 1616.
Después de haberse probado las seis cargas de metales, hallaron una vez mas que daban “plata”. Con este interés don Nicolás Jacinto de Salazar, dispuso, valerse del señor coronel José de Escandón, para que le permitiera establecer población en el paraje del Pantano.
Don Nicolás Jacinto de Salazar, era originario de Matehuala, S. L. P., al autorizar don José de Escandón, el establecimiento de la población; se vinieron a este lugar don Nicolás Antonio del Castillo y sus hermanos Ignacio y José Manuel; con esposas, hijos y sirvientes, estableciéndose en el Rincón del Pantano, el 19 de febrero de 1749.
Unos meses después, se cambiaron de lugar para establecerse en lo que ahora es la Villa de Bustamante, dando la fecha de fundación, el 26 de mayo de 1749, por don José de Escandón, con el nombre de “Real de los Infantes”, siendo su primer capitán Francisco Lázaro de Salazar por orden de don José de Escandón y Helguera.
Es importante mencionar, que los primeros pobladores vinieron de Charcas y Matehuala, S. L. P. Por ello es de suma importancia conocer los nombres de los primeros personajes que llegaron a fundar nuestro pueblo.
Se componen sus pobladores y vecindario de 30 familias, con 201 personas, las cuales tienen por bienes 519 bestias caballares, 81 mulas, 52 yuntas, 3,799 cabezas de ganado menor y 256 de ganado vacuno, con 26 burras y burros y 92 caballos de servicio y uso.
*Cronista de Mineral de Bustamante*