Por Adrián García Cortés*
“El hombre propone, Dios dispone, y llega el diablo y todo lo descompone”. Es un viejo proverbio que describe la vida cotidiana. Y así sucedió en la presentación del tercer libro “Así pasan los años” de Jorge del Rincón Bernal en Los Mochis, el pasado miércoles 23 de noviembre.
Se había previsto que el Gobernador Mario López Valdez presidiera el acto. Obvio, el entusiasmo de Jorge no tenía límite. Pero en el encuentro del comedor del Hotel Santa Anita, ocurrió lo inesperado.
Los crímenes afectan la comunidad con la cultura
Por la mañana de ese mismo día, en Culiacán y otros lugares del centro del estado, aparecieron 27 cadáveres, 16 de ellos calcinados, que pusieron en estado de urgencia a todo el gabinete de Seguridad. Preciso era que el Gobernador lo condujera, por lo que hubo de suspender toda actividad diferente para regresar a Culiacán y tomar las medidas que fuesen necesarias. Los invitados a la presentación del libro podrían esperar.
Pero, además, el autor había olvidado llevar los libros, de manera que se hizo una presentación, en el salón emblemático del antiguo Centro Escolar del Noroeste, hoy Centro Municipal de Cultura, emotiva, memorística y de intercambios laudatorios, pero sin libros. Afortunadamente, al final de la presentación, llegaron los libros procedentes de Culiacán y, como suele suceder en cuadrilátero del boxeo, al autor “lo salvó la campana”.
Las obras de Jorge, una colección inusual
De todas maneras, la obra, impresa en abril de 2010, hasta ahora pudo llegar a la ciudad cañera, tras un periplo de varias estancias, y manifestarse como una de las mejores producciones del político empresario que supo darle a sus escritos un sabor y un color como si fuese una expresión de “Las Mil y Una Noches” de la literatura oriental. Dos libros anteriores: “Del Rincón político al político del Rincón” fue el primero en 2005, como una crónica de 25 años en la mesa del debate público seleccionada de publicaciones periodísticas.
El segundo, “No solo de PAN…”, fue una compilación de escritos en torno a la actividad política del autor en el Partido Acción Nacional, prologada por Enrique Terrazas y editada por Miguel Ángel Porrúa en 2007, con el patrocinio de la Fundación Rafael Preciado Hernández, del propio partido. Había sugerido que el libro se titulara: “No sólo del PAN, también del pan”: con mayúscula el partido político de su preferencia; con minúscula el alimento de cada día. Pero el editor prefirió lo primero, dejando al segundo en la relegación.
Las tres obras fueron editadas y publicadas con amplia participación del que suscribe este Tropos; en la primera y esta tercera tuve el honor de hacer las introducciones. De la segunda me excusé por ser obra más orientada a respaldar la doctrina y los hechos del partido político de la predilección del autor. Queda pendiente una cuarta, cuyo título ya consagrado como Anales y Fastos, que resumiría el mundo y la vida de Jorge del Rincón; pero ésta es cuestión de que el autor acumule la decisión de “denudarse” ante el biógrafo para una narrativa amena que nada huela a “ficha” curricular muy usual en la política mexicana.
El México nuevo que aún espera su llegada
En la introducción para “Así pasan los años”, me permití hacer estas acotaciones:
“A través de todos estos escritos, seleccionados cuidadosamente por áreas temáticas, Jorge del Rincón Bernal va hilvanando un quehacer y un decir de cuanto en su vida personal pensó y argumentó, teniendo como mira la pretensión de un México nuevo que, como muchos de su generación, soñaron en la esperanza del cambio. Están aquí cual yelmo, adarga y espada para combatir mohos y extravíos sociales y evitar contagios de venalidades políticas.”
México nuevo con sello de esperanza; combate a mohos y extravíos, que si no se han cumplido como lo soñaron los pioneros de su generación, diríase ahora, según un pensador peninsular: “culpa es del tiempo, que no de España”. Aunque en México no hablamos del tiempo sino de las culpas de los demás, que no las nuestras por lo que pasa en nuestros días.
–”Son tales (los desatinos que se viven hoy), que por ellos el curioso impertinente podría enunciar el tiempo del México que ha vivido su autor: de una parte las bondades de un tierra privilegiada que hizo de sus habitantes el pueblo elegido para el disfrute superior; de la otra, con seguir la pista al contrario retado, conocer las debilidades que al mexicano atraparon para no gozar en plenitud de la tierra prometida”.
Vez y envés de la mujer hoy en día
De Vez y Envés escribí en su momento acerca de “Así pasan los años”. Dos ejemplos puse, particularmente dedicados a la mujer, en una especie de contracción con que a veces el autor suele perderse entre su infinita experiencia de la vida: En el Vez: “La mujer desde joven tiene dulces sueños de maternidad y mucho antes de concebir ya imagina los rostros, los cuerpos y aun el modo de ser de sus futuros vástagos, y cuando sabe que ha concebido se llena de gozo, y todo lo prepara para el alumbramiento, llegado el cual todos los sufrimientos y dolores se olvidan en el instante en el que el pedazo de su carne es extraído de sus entrañas, hecho un ser humano, con vida, con forma, con alma. Intuye entonces toda las trascendencia que tiene la maravillosa aventura de la creación universal de la que ella participa”.
En el Envés: “Uno de tantos valores que se han devaluado por el impacto de la constante revaluación tecnológica es el de la maternidad. Cuando leo las soluciones, que de tan simplistas se antojan brutales, sobre el control de la natalidad, como la castración masiva, la legalización del aborto o la imposición irrestricta de la píldora anticonceptiva, siento que se está tentando contra la vida misma”. Y eso que todavía en el Distrito Federal no se autorizaban los “matrimonios de conveniencia”, o sea el de los y las homosexuales.
El libro, en suma, consta de 384 páginas distribuidas en tres grandes segmentos: I Entorno Inmediato, II Reflejos del Mundo y III Política y Algo Más, en los que se han agrupado 16 capítulos con alrededor de 200 artículos publicados. No se requiere leerlos seguido; el lector podrá seleccionar los temas de su interés y sobre ellos bordar sus preferencias o rechazos, pero, eso sí, en un disfrute como lo hiciera el rey Shahrir oyendo a Sherezada.
*Cronista Secretario del Instituto La Crónica de Culiacán.