-Canción para ser musitada al oído de Dios- Por Juan Cervera Sanchís* Artículos relacionados Alberto Ángel “El Cuervo” Una ciudad sin edad Editorial: N° 78 A propósito de noviembre y el corrido “La Casa del arrayán”: La imaginación hiperbólica ... Rodrigo Ruiz De cuando decidí no importunar a Octavio Paz Estado de bienestar o fábrica de apariencias