Por Joaquín López*
El lugar y fecha del nacimiento de Ángel Flores continúan siendo tan inciertos como su muerte. Don Antonio Nakayama dejó medio establecido que Flores nació en San Pedro, Navolato, el 2 de octubre de 1883. Agrega una duda al mencionar un supuesto documento que no indica quién encontró en el pueblo de Capirato, Mocorito: “según acta de bautismo que con ese nombre se localizó en aquella población”, asegura además que Flores fue hijo natural del agricultor Bruno Camacho y Juana Flores.
El poeta cosalteco Alejandro Hernández Tyler fue secretario particular de Flores, en el período en que éste era candidato a la presidencia de la República, y también elaboró un esbozo biográfico asimismo muy citado. Según Hernández, Flores vivió su infancia en Mazatlán y muy joven se embarcó como grumete en el vapor “Altata”, luego recorrió el mundo a bordo de distintas embarcaciones, radicó en San Francisco de California, para finalmente instalarse en Mazatlán donde se desempeñó como jefe de una cuadrilla de cargadores en el muelle, donde su afición a fumar en pipa le valió el mote de “El Cachimbas”.
Datos del acta #44 de matrimonio correspondiente al 7 de abril de 1903 en Mazatlán, nos acercan a una fecha más correcta de su nacimiento al casarse con Refugio Jara, jovencita de quince años que había conocido por el barrio de la calle de la Cruz, paso obligado a diario para Flores debido a su empleo de estibador en el muelle de la Aduana Marítima cuando vivía en el no. 17, cerro arriba, cerca de lo que fue la “Quinta Echeguren”. Las fotos antiguas muestran un barrio con caserío de madera y una que otra construcción de ladrillo de las que sobreviven muros de piedra sobre la falda del cerro. La numeración de la vivienda de Flores desapareció pues el terreno se anexó a otro. Cuquita vivía en el no. 52, en la esquina que dista una cuadra del edificio de la Aduana. La numeración sigue ahí, mas no la casa, aunque a su alrededor quedan algunas construcciones antiguas.
El documento en mención demuestra que Flores no nació en 1883 y corrige lo asentado por Nakayama y Mercedes Verdugo, autora de una muy completa biografía donde asentó que “era aún muy joven cuando contrajo nupcias con la señora Refugio Jara”. En el acta que tenemos a la vista declara Flores que en 1903 contaba 25 años, ello significa que nació en 1878, esto es, era 5 años mayor de lo que hasta hoy se creía. Flores confirma que fue hijo natural de Bruno Camacho aunque omite datos sobre su madre; informa además haber sido “vecino de este estado desde hace 3 años”, esto es 1900, quizá después de su arribo de San Francisco de California, según lo escrito por Hernández Tyler.
En el acta se asienta también que la madre de la novia, Jovita Carrillo, era viuda de Norberto Jara y administraba un taller de herrería, herencia del difunto esposo. Si Flores residió en el puerto tres años antes de su matrimonio, debió conocer a la chiquilla cuando esta contaba con escasos 12 años siendo a los 15 que la pide en matrimonio, algo típico en aquellos tiempos.
Los testigos del matrimonio fueron Jesús Ochoa, encuadernador de oficio, y vecino del número 21 de la calle de la Cruz; Ricardo García, vecino de la calle de Pedregoso no. 33, Regino Ramírez y Arnulfo Juárez, ambos herreros, probablemente empleados del taller propiedad de doña Jovita.
Flores procreó 4 hijos con Cuquita que fueron: Francisca, Ventura, Ángel y José Raúl dos de ellos murieron jóvenes, la madre y sus dos hijos sobrevivientes formaron parte de la diáspora que expulsó a más de un millón de mexicanos (Pereyra, 1949) yéndose a refugiar a los EEUU. Cuquita reclamó derechos de viudez por servicios a la Revolución prestados por su esposo a la XXXVII legislatura del Congreso de la Unión (3/Sep/1937). El documento establece que fungían como diputados los mazatlecos J. Ignacio Lizarraga (a) El Chicuras y Ramón F. Iturbe, antiguo enemigo de Flores. El expediente señala además los nombres de otras 587 damas que reclamaban pensión por diversos motivos, destacan los nombres de la viuda del presidente Madero, Sara Pérez; Concepción (Concha) Nervo y Ordaz, hermana de Amado, poeta y diplomático; Rosalía Gómez, oriunda de Villa Unión y viuda de Guillermo Nelson, María Cámara Vales viuda del vicepresidente Pino Suárez y hasta una nieta de don Benito Juárez.
La segunda mujer con la que Flores tuvo descendencia fue Domitila Plata Palazuelos, “bella joven a quien el general conoció cuando cubría interinamente la gubernatura del estado durante el período que va del primero de mayo de 1916 al 24 de abril de 1917. Con Domitila procreó una niña que nació en la ciudad de Culiacán el 3 de diciembre de 1917 y recibió el nombre de María del Socorro Camacho Plata”. Según la autora, la madre “era todavía muy joven para hacerse cargo de su cuidado” por lo que fue adoptada por el abuelo Bruno Camacho y su esposa.
Bien harían los encargados del portal en Internet del gobierno del Estado con corregir la biografía de Flores, donde aseguran que su tercera esposa fue doña Beatriz Pérez con quien procreó tres hijos: Francisca, Ángel y Raúl, cuestión que respaldan con fotografía al margen. Pero según lo publicado por Mercedes Verdugo, del matrimonio con doña Beatriz “no hubo descendientes”, así que la foto y los nombres arriba mencionados, vaya enredo, pertenecen a los hijos de doña Refugio Jara, su primera y única esposa legítima.
Es posible que Flores haya tenido conocimiento desde su infancia quién era su padre, pues según me confirman dos de mis alumnos de apellido Plata, la mayoría de los habitantes de La Cofradía y otros pueblos cercanos, constituyen una gran familia. Creemos que durante una de sus visitas a la Hacienda de la Cofradía conoció a su segunda esposa. Según testimonios, los apellidos Plata, Flores y Camacho, abundan por esos rumbos, incluso me dicen que algunos de sus parientes llevan el apellido Camacho Flores, pero ignoran si hay parentesco con el general Flores.
Fragmento tomado de “Episodios Sinaloenses” de próxima publicación.
*Cronista de Teacapán.
