Nacional

Los avatares de un corridista

Por domingo 13 de noviembre de 2011 Sin Comentarios

Por Alberto Ángel El Cuervo*

A punto ya de pedir el taxi, decidí revisar mi boleto con el número de reservación que me había enviado El Gato… Deberíamos de encontrarnos en el aeropuerto a las siete de la mañana para documentar… Siendo ambos (ambos dos, diría el ranchero de San Pancho) obsesivos en cuanto a la puntualidad, desde las cinco de la mañana comenzaríamos a activarnos para llegar a tiempo. Y al abrir “San Internet” ¡Oh, sorpresa, la reservación decía en la parte concerniente a la salida: 21:30 horas! Así que de inmediato le llamé pensando que se sorprendería con la noticia…

—¿Ya viste bien a qué hora nos vamos…?
—Oh, qué la… No me estés molestando…

Ya te dije que nos vamos a las nueve y media, nos encontramos a las siete… Tenemos que irnos a esa hora para poder llegar a ver al guitarrista y dar un ensayo aunque sea breve para que todo salga bien… allá te duermes luego.

—Sí, nos vamos a las nueve y media, pero de la noche…

Un “te cai”, seguido de un par de segundos de silencio, como si fuera el segundo tiempo de un compás binario, se dejó escuchar del otro lado de la bocina… Pero de inmediato, la reacción de Mario Arturo, que como buen gato es de movimientos rápidos, me hizo reir al ver que con él, la que gano… Empato.

—Mejor, Cuervo… Así llegamos más descansados… De todos modos no tenemos nada qué hacer antes… Así que es mejor ¿no?

Así, de un zarpazo felinesco porque provenía del Gato, no por Fellini, se cambió el ensayo y la necesidad de estar desde temprano en Hermosillo… La Feria del Libro LEEVOLUCION, nos esperaba para la conferencia magistral acerca de El Corrido, ese género músical y literario que por derecho propio, es considerado como el de mayor mexicaneidad por antonomasia… la visita a Hermosillo estuvo a la altura de lo esperado en cualquier viaje con mi hermano Mario Arturo… Yo esperaba un cierto calorcillo, pero al bajar del avión me quedé congelado y de inmediato el sueter de lana y encima la chamarra para poder llegar a la entrada nacional que se encontraba como a dos kilómetros de la escalerilla del avión… Llegando a la sala donde se recibe el equipaje, nuevamente la propuesta: “Ahorita llegando cenamos, la ventaja es que el restaurante del hotel siempre está abierto… Hasta muy tarde…” Una nueva sorpresa, me hizo convencer que Mario tenía razón: “Es mejor irnos a los tacos, de cualquier modo el restaurante es muy malo…” A la una y media de la mañana, por fin me encontraba deshaciendo la maleta en el hotel… A las dos y media me acosté… Recordaba las palabras de aquel celebérrimo empresario de las caravanas, el Sr. Vallejo: Mis niños, son las cinco, cenen como príncipes, duerman como reyes y a las ocho nos vemos en la recepción para irnos al teatro… Y a las siete en punto, la voz del Gato con toda la estridencia de una banda sinaloense, como si lo tuviera frente a mí, me hizo pegar un brinco totalmente descontrolado… No, estaba en su cuarto, pero hablaba tan despreocupadamente que no se daba cuenta del volumen… Los intentos por volver a dormirme un ratillo más, fueron inútiles… Por si fuera poco, a las ocho y media los toquidos a la puerta me hicieron acudir enredado en una toalla… Cuervo, tenemos entrevista… Nos están esperando… Llegamos a la radio y antes de la entrevista, la narración de la Historia del fantasma de El Conde, otrora dueño del predio… En el puesto de jugos, don Jorge nos ofrece sendas mezclas de jugos revitalizantes… Llegamos después al mercado, lindo edificio, donde la promesa de beber el peor café de la historia, se queda en promesa y a manera de desayuno, van dos galletas de maíz llamadas coricos… “Cuervo, anuncia la feria del libro” y Elisa acota que como es grabada, pasará después así que no tiene caso… Finalmente me entrevista un mago, pintoresco personaje de la televisión que termina echándome la culpa del poco tiempo de entrevista porque sus técnicos no encontraban un micrófono… Corridista, pienso, corridista soy… De un lado a otro, llevando la noticia de nuestra participación… La diferencia es que yo se los estoy narrando en prosa y no en rimas octosilábicas… Y después de dos horas de esperar a Cheyk, comemos para darnos un baño y disponernos a llegar a un ensayo con el guitarrista que no tiene idea de lo que haremos… A la voz de “Estoy paniqueado, maestro…” respondo: No se preocupe, vamos a divertirnos aunque por dentro tal vez el paniqueado sea yo… Por fin, El Corrido… Mientras espero a que Mario Arturo me llame a escena, intento escuchar desde el camerino la invitación, pero el guitarrista, en su pánico, no deja de hablar y difícilmente escucho… Los aplausos, me indican que debo subir… Y el guitarrista que debía subir conmigo, se queda en el camerino. Leo la primera parte enconmendada y hago señas para que suba… Por fin, El Corrido… Ese género musical y literario de tanta importancia en la manifestación musical de la mexicaneidad… Poco a poco, El Gato va desglosando en su escrito, las características del género… “Estamos celebrando 190 años de su nacimiento con La Pulga, el primer corrido como su autor le llamó… Junto con la consumación de la independencia, surge este maravilloso género musical, expositor de la mexicaneidad por antonomasia, en octosílabos, bajo una métrica estricta binaria o de tres tiempos y en raras ocasiones en 6/8… El Corrido, cuya clasificación temática va de la épica a la cursilería de las tragedias amorosas bellamente descritas, del homenaje a héroes al de animales heróicos… De máquinas de ferrocarril reales (Máquina 501), a narraciones en cuya alegoría se transforma un auto Chrysler del ’57 en un caballo blanco que cumple su hazaña al correr de Guadalajara a Ensenada… El corrido, que forja en su historia a ese personaje encantador, el corridista, que con una guitarra y un morral lleno de papelitos impresos con la letra de sus corridos, recorre la república llevando noticias a todo lo largo y ancho, convirtiéndose auténticamente en el noticiero de México sin que necesite preguntar Juay thi rito, como Joaquín… Y así, ya más relajados, entramos nuevamente en comunicación con el público de Hermosillo que nos recibe encantadoramente… Una vez más, mi hermano Mario Arturo y yo, en un abrazo compartimos sonrisa y alma yendo, como corridistas llevando la noticia de un juguero, un guitarrista y un mago que de alguna manera quedaron inmersos en las noticias que ofrecimos por medio de estos avatares de un corridista…

*Cantante, compositor y escritor

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