Nacional

Federico Campbell Homenajes y premios

Por domingo 13 de noviembre de 2011 Sin Comentarios

Por Jaime Cháidez Bonilla*

Ha sido un buen año para el escritor tijuanense, justo cuando cumple 70 años de edad. Fue homenajeado en Bellas Artes, en la Feria del Libro de Tijuana y, el próximo 19 de noviembre, recibirá el Premio Nacional de Literatura Letras de Sinaloa.

Pausado, masticando el tiempo en cada detalle, Federico Campbell se vistió de blanco, recordó a sus padres, agradeció vivir acompañado, se congratuló de tener amigos, aceptó tener sangre de diferentes tierras, Tijuana, Sonora, la colonia Condesa (Lo que constituye a uno son los otros, son las ciudades en que ha vivido) y, finalmente, se sorprendió de la cantidad de caras conocidas que acudieron a su homenaje, el mediodía del domingo 25 de septiembre, en el primer piso del Palacio de Bellas Artes.

Hubo un momento, de varios, que comenzó a deletrear un viejo poema que se acomoda a su vida. Lo dijo despacio, como propio, era su homenaje a una de sus primeras entrevistas como profesional hace 42 años en Barcelona. Musitó el poema “No volveré a ser joven” de Jaime Dil de Biedma.

“Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
—como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante

Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
–envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra”.

José María Espinasa sonrió disfrutando el momento. Palabras exactas referidas de memoria para un momento clave. Espinasa, otro buen amigo de Campbell, dio lectura a un texto preparado con minuciosidad. Hizo énfasis en la importante labor de Federico Campbell como editor y los tiempos que el tijuanense usó su propio dinero para crear “La máquina de escribir” y publicar el trabajo de 16 jóvenes escritores (Juan Villoro, Carmen Boullosa, David Huerta…). En lo expresado por Espinasa queda en claro el carácter generoso de un intelectual que regala su tiempo, su atención y hasta su dinero cuando advierte el valor de otro autor. A la entrada del auditorio, estaba a la venta la reciente reedición de la novela “Pretexta”, una de las mejores novelas de Campbell republicada hace apenas unas horas por Ediciones sin nombre, del propio Espinasa.

Por su parte, Martín Solares, emocionado por el momento, calificó como a Federico como “parte de esa reserva moral que existe en el país y que aún puede salvarnos”. Lo definió como un hombre sensato, erudito y con sentido del humor, “el estilo de Campbell contiene dosis exactas, siempre renovadas, de asombro e indignación”.

Federico Campbell abrió su intervención con un recuerdo que tiene que ver con los años 50 en Tijuana. De cuando su madre, Carmen, le compró una máquina de escribir Olivetti, en abonos, en la librería González. Y también se le vino a la memoria su padre, Federico, un telegrafista que diariamente trabajaba frente a una máquina de escribir. Por eso, explicó, mi vida siempre ha estado relacionada a “La máquina de escribir”.

Habló de la ética del agradecimiento y mencionó a su compañera Carmen Gaytán, “no sólo es importante llegar a los 70 con buena salud, sino llegar acompañado”, agradeció a sus amigos y sus maestros. Y recordó al cineasta Alfred Hitchcock que una vez que recibió un Oscar honorario subió al estrado para decir simplemente: “Gracias”.

Todos aplaudieron, se mantuvieron de pie varios minutos, Federico agarró su diploma, posó para las fotos, dio un par de entrevistas y convivió con sus familiares y amigos en un coctel preparado en la terraza de Bellas Artes.

El sol en todo lo alto y el traje blanco de un escritor tijuanense homenajeado en Bellas Artes.

*Enviado especial.

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