Por Mario Arturo Ramos*
El tradicional día de muertos, 2 de noviembre parece en los últimos 5 años que es un día que se repite todo el año, la muerte cabalga por todo el país a todas horas, por todos los rincones de la Patria. Bajo estas circunstancias salta la pregunta ¿Y después de la muerte? y la única respuesta que me llega a la lengua es: La poesía; este es el sentido de la breve antología de fragmentos que compartimos, poemas para leer al día siguiente del 2 del onceavo mes del año y, al siguiente y al siguiente… como los temas inmortales de la poesía: La muerte y la vida.
En la muerte de la Marquesa de Mancera (fragmento)
Sor Juana Inés de la Cruz
Mueran contigo, Laura pues moriste,
los afectos que en vano te desean,
los ojos a quien privas de que vean
la hermosa luz que un tiempo concediste.
Muera mi lira infausta en que influiste
ecos, que lamentablemente te vocean,
y hasta estos rasgos mal formados sean
lágrimas negras de mi pluma triste.
Coplas a la muerte de mi padre (fragmento)
Jorge Manrique
Mostrará una triste vida
muerta ya por su ocasión,
mostrará una gran herida
mortal en el corazón,
mostrará una sinrazón
mayor de cuantas he oído:
matar a un hombre vencido,
metido ya en la prisión.
Al hijo muerto (fragmento)
Enrique González Martínez
¿A qué reino de sombras has huido?
¿Qué lengua aprenderé para llamarte?
¿Qué viento me dirá que me has leído?
Brújula de dolor para llamarte
se queda mi lamento suspendido
en el misterio trágico del mundo…
Ni nazco ni muero (fragmento)
León Felipe
¿En qué esquina, en qué yacija,
en qué barranco,
en que ala del viento,
en qué segundo
se me irá la luz para siempre?
¿O la vida en este parpadeo, sin tregua entre las tinieblas y el relámpago?
Todo es como una ansia desgarrada y sin reposo entre las sombras y la luz?
Y no hago más que preguntas
¿Qué hora es? ¿Dónde estoy?.. ¿Ya?
¿Es aquí?… ¿Ahora?..
Ven muerte, ven…
preparado estoy para todo.
Ante un cadáver(fragmento)
Manuel Acuña
¡Miseria y nada más! dirán al verte
los que creen que el imperio de la vida
acaba donde empieza el de la muerte.
Y suponiendo tu misión cumplida
se acercaran a ti, y en su mirada
te mandaran la eterna despedida
Bajo la pesada loza del mundo (fragmento)
Jaime Labastida
El dolor nace y se queda, callado,
en las voces de los muertos que palpitan.
El dolor es propio nace del corazón
y se renueva con la sangre, en su latente
perfección del círculo, de cansada finitud.
Un día amaneceré resucitado.
*Investigador y autor
