Por Sergio Uzárraga Acosta*
En 1869 el distrito de Mazatlán estaba dividido en tres municipalidades: la de Mazatlán, la de Villa Unión y la de Siqueros. La de Villa Unión la integraban el pueblo del mismo nombre, Urraca, Camalote, Barrón, Callejones, Walamo, Pozole, Garita, Chicuras, Bomba, Bainilla [sic], Chino, Montiel, Mecatal, Molino, Escamillas, Guayabo, Tanque verde, Ermita, Cañada honda, Rancho del Moral, Roble y Cardón. El Roble tenía 79 habitantes, Cardón 96, y el pueblo de Villa Unión contaba con 1594. De junio a diciembre el juzgado establecido en este lugar reportó 103 nacimientos, 57 de los cuales eran hombres y 46 mujeres. También reportó 114 fallecimientos, de los cuales 65 fueron hombres y 49 mujeres. Las epidemias estaban a la orden del día, y eran más los que morían que los que nacían.
Villa Unión era un pueblo grande e importante, con casas bellísimas de estilo ecléctico, de las cuales se han preservado algunos ejemplares. Contaba con una escuela de niños y una de niñas. En julio de 1869 la de niñas no tenía preceptora, y por eso en el periódico La Regeneración de Sinaloa, editado en Mazatlán, aparece un aviso solicitando una persona que aceptara cubrir dicho empleo con una remuneración de treinta pesos mensuales. La situación para las escuelas primarias eran precarias, aunque en la década de los setentas del siglo XIX se les fueron creando mejores condiciones. Se vivía en un periodo de levantamientos, y en momentos en que Villa Unión era escenario de estos desastres las actividades educativas quedaban paralizadas. Una de las fechas históricas que los pobladores de Villa Unión guardaron en su memoria fue la del 4 de julio de 1880, día en que el general Bernardo Reyes derrotó en este lugar a las fuerzas revolucionarias de Jesús Ramírez Terrón. Este acontecimiento fue, según se creyó, anunciador de la paz, y a partir de este año se esperaron mejores condiciones de vida.
En marzo de 1882 quien atendía la escuela de niñas de Villa Unión era la preceptora Refugio M. de Echeverría. Estaban inscritas 67 niñas, pero sólo concurrían 18. La escuela de niños, a cargo de Julio Medina, tenía inscritos 81 niños, pero generalmente concurrían 55. La inasistencia era uno de los problemas principales, porque los padres de familia se llevaban a sus hijos a sus respectivas siembras. Junto con los adultos los niños cubrían largas jornadas, y a veces se quedaban toda la temporada agrícola en su centro de trabajo. Los padres sabían que era obligatorio mandar a sus hijos a la escuela, pero su pobreza no les permitía cumplir con ese deber.
Uno de los problemas de interés público que, al igual que en muchos pueblos, se vivían en Villa Unión en la penúltima década del siglo XIX, era que la plaza constantemente se quedaba sin alumbrado. Algunas veces porque las lluvias mojaban las mechas de las cachimbas, y otras porque los encargados no surtían las cantidades necesarias de petróleo u otras dificultades. En marzo de 1882 estaban a oscuras, y tenían problemas para sanear la plaza porque el carretón que usaban en tales actividades se encontraba en condiciones deplorables. Sin embargo, por acuerdo del ayuntamiento de Mazatlán del día 11 de marzo de 1882 tales problemas fueron resueltos. También fue un tanto resuelto el problema de la inasistencia a la escuela, y el 3 de abril de 1882 el inspector del distrito de Mazatlán, Francisco Ramírez (hermano de El Nigromante), visitó las dos instituciones educativas con las que contaban. La escuela de niños, que seguía a cargo de Julio Medina, contaba con 43 alumnos, y la de niñas, visitada por el inspector el 14 de abril, ahora estaba a cargo de la inteligente Emilia Kraus. Tenía sólo unos días de haber tomado posesión de ese empleo, pero Francisco Ramírez encontró la escuela más organizada y en mejores condiciones. Tenía 31 alumnas, y lo que le hacía falta era dos pizarrones, un estante para guardar libros, pizarras y una cortina, que al levantar el acta de la inspección se propuso que se mandara hacer con 38 varas de manta, equivalentes aproximadamente a 32 metros.
En este tiempo Villa Unión contaba también con una escuela de adultos. A veces no funcionaba muy bien, pero el 11 de septiembre de 1882, día en que los inspectores volvieron a esta población, acordaron mejorarla. Además de Francisco Ramírez, estuvo el director político Manuel Osuna y el preceptor Eduardo Betancourt, y Emilia Kraus los atendió ahora acompañada de 40 alumnas que asistían con regularidad a su escuela. Todas mostraron un considerable adelanto, premiaron a las más aplicadas, y el día siguiente, 12 de septiembre, los inspectores visitaron la escuela de niños. El director seguía siendo Julio Medina, ahora contaba con 47 alumnos, y entre estos se encontraban los niños Epigmenio Rivas y Sixto Osuna, que fueron premiados en la materia de Escritura. Por algo posteriormente Sixto Osuna llegó a ser un gran poeta que convivió con los intelectuales sinaloenses más importantes de su época.
*Historiador del Arte.
Buen día quisiera saber si lo que se dice de la existencia de túneles en la sindicatura de Villa unión es verdad o es un mito ya que desde hace mucho tiempo se especula que existen túneles que están conectados entre si, se dice que dichos túneles se dirigen en dirección al rio presidio, nombrado así por la cárcel que existía; también se comenta que uno de los accesos a estos túneles se encuentran, en la antigua fabrica de textiles ubicada en villa unión propiedad del sr. Jaime Coppel Corvera, así como también se dice que otras entradas están en la sociedad mutualista Sixto Osuna, otra en la casa de la familia Luna frente a las canchas de basquetbol del tanque de la jumapan. ojala me pudieran contestar