–Una lágrima, un canto, una caricia contenida durante medio siglo entre mis manos…
–Una muñeca en rizos, un ramo ya marchito y un corazón que sigue repitiendo neciamente lo mucho que te amo…
–Un poema de amor, que en el silencio se quedará colgado del recuerdo… Y mi platónico erotismo que prendido en el viento, recorra noche a noche tus arenas…
–Eso tendré de ti… ¡Qué maravilla! Y bastará para volar a tu presencia y ahí sobre tu orilla, trémula de mis besos etéreos, voy a dejar guardada en tu memoria esta dulce locura: ¡Nuestra Historia!
–Nuestra Historia, sí, esa febril historia siempre mágica…
–Romántica…
–Erótica…
–Tierna… Sutil… Apasionada historia del alma mía…
Y la gente, un poco sorprendida, un poco motivada, un poco en el intento de disfrutar la presentación, respiró un tanto aliviada cuando comenzó a escuchar la canción de María Grever… No es fácil de pronto romper con los cánones en lo que la mente tiene establecido debe ser el teatro… Sobre todo para un público que no es precisamente fanático de esta disciplina del arte… Y si encima y además, el espectáculo que se les ofrece va más allá de la palabreja teatro, y les anuncia Teatro en atril, pues el desconcierto es mayor… No obstante todo ello, la gente de Celaya comenzó a relajarse a partir de la primer canción y los textos, los diálogos y las interacciones entre actriz y actor (léase Paola Leonorilda Ochoa y Alberto Ángel “El Cuervo”), se deslizaron suavemente a la parte emotiva del espectador para acompañarnos en el viaje que de muchas maneras se vuelve magia entre el juego de luces, la música, los textos y la actuación…
–Veinte años… Qué tenías a los veinte años… ¿Qué tenías en aquel entonces…?
–Tenía veinte sueños sobre la piel y veinte deseos sobre el intelecto… Tenía un rincón del universo en una bolsa de papel bajo el brazo… Y una canción de amor para los muertos… Tenía un paisaje con guerrilleros… Y la esperanza mutilada en un cuaderno secreto…
Y de pronto alcanzaba a ver desde el escenario las miradas de complicidad de alguna pareja que se había transpor tado hacia aquella edad de pujanza que intentaba describir en mi actuación…
–¿Qué tenías en los ojos, dime… Qué tenías…?
–El vuelo de los gorriones en el cielo… Tenía la ambición al alcance de la mano y por las noches, tenía una guitarra a la que daba de comer sentimientos… Y los domingos tenía un sombrero y un bastón para viajar en el tiempo y desandaba los parques con un clavel blanco y viejo jugando a “don caballero…”
Y la magia se acrecentaba, podía sentirlo… No había necesidad de mirar las reacciones en los rostros del público, una vez que la magia se da en el teatro, es casi imposible no sentirlo… Y una vez que el teatro te captura, es casi imposible desprenderte de su emoción. Y es que esta rama de las bellas artes, es de las más antiguas… El teatro está ligado a las emociones más primitivas del ser humano… Theatron, lugar para contemplar, nos dicen los griegos… Por medio del arte del teatro, se representan historias frente a una audiencia usando una combinación de discurso, gestos, escenografía, música etc…. La mayoría de los investigadores coinciden en que el origen del teatro es tan antiguo como el hombre en sí… Las pinturas rupestres y todos los rituales mágicos ligados a la existencia del hombre, van de la mano en cuanto a la edad… El teatro estaba ligado a todas las actividades… Incontables ceremonias dramáticas en las que se rendía culto a los dioses y se imploraba por sus favores y su protección, se daban cotidianamente en la vida del hombre desde el principio de su existencia consciente. Dada pues su emoción y su carácter sagrado, el teatro se hizo común en todas las civilizaciones de la tierra… Una de las manifestaciones teatrales más antiguas, es el africano… Y es que en esos rincones del mundo, todo es ritmo, danza y mímica… Cualquier actividad de los antiguos pobladores del continente considerado cuna de la humanidad, siempre estaba acompañada por un ritual teatral para beneplácito de los dioses. Asimismo, en otra de las civilizaciones más antiguas del mundo, la civilización egipcia, se tienen evidencias de representaciones teatrales, de dramatizaciones acerca de la muerte y resurreción de Osiris, por ejemplo, en donde se utilizaban máscaras y se adjudicaba a cada actor un rol teatral de manera clara. En la antigua Grecia, desde tiempos inmemoriales se llevaban a cabo festivales y ritos teatrales en honor de sus dioses primero y ya con una estructura mayormente dramática en épocas posteriores. Estos dramas se realizaban en las plazas de los pueblos. En un principio, la compañía teatral, se componía de un actor y un coro y fue evolucionando posteriormente hasta llegar a ser una verdadera escuela de teatro cuya influencia se deja sentir en todas las corrientes teatrales de la actualidad. Fue en Grecia, donde se establecieron los modelos a seguir en la tragedia y la comedia… Dramaturgos como Esquilo y Sófocles fueron quienes añadieron un segundo y tercer actor a la escena y son considerados también como impulsores de la construcción de lugares exprofeso para el montaje de las dramatizaciones que pasaron de ser ritual en honor de los dioses a espectáculos que exponían cualquier situación de la vida cotidiana en toda su intensidad. Los teatros se edificaban siguiendo una regla básica: Se aprovechaba la falda de algún cerro para disponer en forma de semicírculo, las gradas que rodeaban un espacio circular denominado orquestra, que era donde se efectuaba la mayor parte de la representación. Inmediatamente después, se tenía la skene, atrás de la orquestra, ese lugar era donde los actores se cambiaban… Es decir, los actuales camerinos. Delante de la skena, se levantaba una pared denominada proscenio, donde se situaban superficies pintadas (telones actualmente) simulando el lugar donde el drama sucedía. Algunas cosas, algunos conceptos cambiaron con los años… Pero el teatro, sigue siendo mágico… Y la magia se dio maravillosamente en Celaya… Y la gente viajó con nosotros a otras épocas por medio de la magia del teatro…
–Bella época la de los viejos y los valses… Bellos viejos… Los viejos de mi pueblo…
–Los viejos de mi pueblo pasan la vida jugando “a que te entierro yo primero…” y así los viejos de mi pueblo se van volviendo mágicos… Como el teatro y los versos… Porque el teatro nos habla de la vida, la muerte, el amor… Y otras recetas.
*Cantante, compositor y escritor