Por Jaime Cháidez Bonilla*
Se oye un ruido sordo y se hace el silencio. Conozco la experiencia y espero con paciencia. Son las 15:50 horas del jueves 8 de septiembre. Pasan los minutos y entiendo que esto puede ser más serio de lo normal. Hay silencio general. Aprovecho para terminar pendientes domésticos, sin necesidad de electricidad. Más tarde, salgo a la calle y las escenas que observo son preocupantes. Más autos de los normales. Gente desesperada comprando hielo. Colas largas, muy largas, esperando en la gasolinería. Semáforos dormidos. Voy a la cafetería donde quedé de verme con Josué Castro. Los dueños dicen que está cerrado. Viene la penumbra. Los comercios ya cerraron. Regreso a casa y busco una lámpara y un pequeño televisor de baterías que hacía 10 años no usaba y unas veladoras que serán mi silente compañía las próximas horas.
Hago un par de llamadas telefónicas para confirmar la magnitud. Me confirman que el concierto de la Orquesta de Baja California se pospone hasta nuevo aviso. Me da tristeza por todos ellos y el entusiasmo que habían concentrado esta noche para celebrar 20 años de música. En efecto, los alcances de la penumbra están en varias ciudades en ambas Californias. Escucho en el pequeño monitor de la TV algunas hipótesis que hablan de las causas de esta falla eléctrica. Dicen que ya hay lugares donde comienza a regresar el sistema.
Pienso en otros días extraños en Tijuana. Hace años, los incendios en California provocaron un cielo apocalíptico, rojo, aire caliente. Un domingo de 2007 los tijuanenses se quedaron en su casa, por el calor y el miedo, en la madrugada se había dado una matanza como en los tiempos de Leyzaola.
Pienso que todo esto fue un simulacro de lo que podría ser algo peor. Un terremoto, por ejemplo. Ahí sí no habría saldo blanco y no solamente nos quedaríamos sin luz. Espero que esta experiencia de casi 12 horas negras no quede en el olvido y provoque la reflexión interna y colectiva.
De algo debe de servir nuestro septiembre 8.
*Coordinador del suplemento cultural
“Identidad” de “El Mexicano”.
