Por Juan Diego González*
“Los colores nos calcaban restituían la intensidad en cada respiro tibio; la palabra se mudó frente a nosotros (…)”
Mara Romero del poema Beethoven me too (2003).
La Casona de Cócorit abrió sus puertas a Fotoseptiembre 2011, con la exposición “Mujeres Yaquis” de Trinidad Ruiz, inaugurada el viernes 9 de septiembre, en la sala “José Luis Cuevas” (por cierto, esta sala la abrió el mismo Cuevas, como consta en el pliego con su firma y foto con fecha de 1996).
Esa tarde de viernes se sintió el cambio de temporada, los brazos ardientes del sol se retiraron, para dejar que una brisa fresca, adelanto del otoño, hicieran disfrutar a los invitados a la apertura de la exposición, de una amena y muy platicadora velada.
Trinidad Ruiz, directora de Cultura Municipal de Ciudad Obregón, estuvo un tanto nerviosa, pero con el corte de listón a cargo de Marina Arteaga, Coordinadora de la Red Sonora Cultural del Instituto Sonorense de Cultura y de Lamberto Valenzuela Soto, comisario de Cócorit; el momento de tensión se disipó.
Todo artista, supongo, se siente un tanto inquieto, digamos, antes de la presentación de su trabajo. No es para menos. Sin embargo en esta ocasión; Trinidad Ruiz, mostró a los invitados una parte fundamental de la cultura yaqui: sus mujeres. Y las preguntas no se hicieron esperar, a las que respondió satisfecha y entusiasta.
Las imágenes son una magnífica muestra de la vida cotidiana de una de las tribus más significativas y emblemáticas (lo digo con orgullo porque soy sonorense) de todo México y el sur de Estados Unidos.
Los yaquis resistieron las luchas con los apaches, los seris, los mayos y los ópatas. Los españoles no pudieron conquistarlos, ellos los dejaron entrar a su territorio. Porfirio Díaz y Ramón Corral jamás lograron doblegarlos más que con la traición. Toda esa fuerza y dignidad del pueblo yaqui tiene un corazón: sus mujeres, la mujer: JAMUT.
Precisamente ese corazón es fotografiado por Trinidad Ruiz. El espectador puede moverse en un mundo lleno de misticismo y vitalidad, con rostros de mujeres: niñas, jóvenes, madres, ancianas e incluso el simbolismo de una tumba dedicada a la mujer yaqui.
Las gráficas expresan momentos religiosos, mujeres sonrientes, mujeres descalzas conectadas a la madre tierra, mujeres envueltas en los coloridos rebozos típicos de su vestimenta, mujeres sonrientes, mujeres que detienen el tiempo en su rostro.
La Voz del Norte entrevistó a la expositora y más que obvia “¿Por qué las mujeres yaquis?”, la pregunta fue el pretexto para descubrir el trabajo detrás de la mirada de quien manejaba la cámara, en el intento de capturar el mundo misterioso del yoreme.
“Tengo más de 27 años que empecé a trabajar en la tribu yaqui. Al salir de la universidad, por iniciativa de la tribu, empezamos a crear un centro comunitario que con el paso del tiempo se convirtieron en varios centros de cultura yaqui. El objetivo es mostrar su cultura, con todos sus significados, desde la danza, la música, el vestido, la comida…”
Durante todo este tiempo –afirmó- las mujeres llamaron mi atención, porque ellas son las encargadas de que la cultura prevalezca en la comunidad: enseñan la lengua, las tradiciones, las fiestas, los cantos y los rezos.
“La mujer yaqui no sólo es responsable de darle de comer a los hijos, vestirlos y procurarles salud. La mujer yaqui trasmite el orgullo y amor por las tradiciones. Ellas imponen los cargos religiosos como los fariseos, capitanes, las cantoras; porque ofrecen a sus hijos y vigilan que se lleve a cabo. Así aseguran la supervivencia de la cultura.”
Por eso considero importante mostrar a estas mujeres –concluyóporque ellas son la piedra sobre la que se sostiene una cultura sorprendente, orgullosa, mágica, mística y porque no decirlo, maravillosa.
Lector, lectora, si anda de paso en Cajeme, como turista, en negocios o el motivo que sea, venga a Cócorit y entre a la Casona. Construida en 1890, es el inmueble con más representatividad de esta comunidad. En si mismo es un atractivo cultural por su historia y belleza arquitectónica. Mudo testigo del paso de la historia: porfiriato, la lucha armada de los yaquis, la Revolución, la reforma agraria… visitarla es recorrer la historia de México.
Luz Angelina Rojas, directora de la Casona, nos comentó que fue adquirida por sus actuales dueños, la familia Durón, hace más de 50 años y desde hace 15, funciona como museo y sala de arte donde se expone pintura, dibujo, escultura, fotografía; además de albergar talleres y actividades artísticas para niños y jóvenes.
“Nos sentimos muy contentos de tener esta colección de fotos que representan parte de la cultura yaqui, sobre todo porque el tema central es la mujer. La exposición estará abierta todo septiembre, para compartir el trabajo de Trini… sean ustedes bienvenidos”.
*Docente y escritor sonorense.