Por Juan Manuel Véliz Fonseca*
Son innumerables las investigaciones realizadas hasta hoy, es mucha tinta y papel las que se han gastado sobre este personaje que poseía un poder hipnótico, ya que su personalidad, irradiaba divinidad y magnetismo, mujer conocida como “La Santa de Cabora”. Entre sus biógrafos destacan: José Cayetano Valadés, Heriberto Frías, Mario Gill, Brianda Domecq, William Curry Holden y otros más.
Teresa Urrea Chávez, mejor conocida como “La Santa de Cabora”, nació el 15 de octubre de 1873 en la comisaría de Santana, perteneciente a la sindicatura de Ocoroni, del distrito de Sinaloa, (hoy municipio de Sinaloa), lugar donde se ubica la región indígena y que actualmente son representados por su gobernadora tradicional, doña Francisca Álvarez Moyte; sus padres fueron don Tomás Urrea y Cayetana Chávez, aunque la esposa legítima era doña Loreto Almada Eseverri.
Fue en el año de 1880, cuando don Tomás decidió trasladarse a la hacienda de Cabora (ubicada al norte de la ciudad de Álamos en el municipio de Quiriego, distrito judicial de Navojoa, Sonora, en los límites de Chihuahua) con toda su familia. Algunos investigadores de su biografía dicen que fue llamado por su tío Miguel Urrea para que le administrara una hacienda en ese lugar, mientras que William Curry Holden dice que por razones políticas, por su oposición “a la sedición al Plan de Tuxtepec”, Francisco Mallen informa a Porfirio Díaz que “Tomás Urrea, padrastro de Teresa, tiene causa pendiente en Mochicahui. Distrito de El Fuerte, Sinaloa por robo y abigeato”. Al investigar, Díaz recibió la siguiente respuesta del general Ignacio Manuel Altamirano Escudero: Resulta que don Tomás Urrea no ha sido procesado por ningún delito en ninguno de los distritos del estado; es cierto que hará como 18 años (más o menos 1879-1880) que la opinión pública lo señaló como encubridor de abigeos por cuyo motivo el gobierno del estado, a cargo entonces del señor general (Francisco) Cañedo lo hostilizó rudamente dando lugar a que Urrea cambiara su residencia a Sonora. No ha vuelto desde entonces.
Pero yo me pregunto: ¿pero porqué el distrito de El fuerte y no al de Sinaloa al que pertenecía Ocoroni, y por ende el rancho de Santana, ya que aquí era donde vivía Don Tomás? Por otro lado antes de que partieran los Urrea a Cabora en el estado de Sinaloa y en el distrito del mismo nombre ocurren los siguientes acontecimientos: En 1875 se le vence el periodo a la gubernatura del Lic. Eustaquio Buelna surgiendo dos candidatos: José Rojo y Eseverri y el Lic. Jesús María Gaxiola. Esto obliga al Lic. Buelna a solicitar licencia a la gubernatura ya que era cuestionada su tendencia a favor de Rojo Eseverri, quien había sido su secretario de gobierno y en su lugar queda Ángel Urrea; es muy probable el parentesco con don Tomás Urrea, asimismo, de su esposa Loreto Almada su segundo apellido era Eseverri, igual que el de José Rojo.
Dicho proceso electoral por la gubernatura fue complicado y violento donde obtuvo el triunfo Gaxiola sobre Rojo, con una diferencia de cerca de mil votos, dándose las siguientes situaciones, por ejemplo: En el distrito de Sinaloa, de donde era originario el candidato perdedor, no obtuvo un solo voto. En cambio, en el distrito de Culiacán, Rojo y Eseverri ganó con mucha ventaja, y no solo eso ocurrió en la Villa de Sinaloa; el día de las elecciones los partidarios de ambos candidatos se enfrentaron con saldo de un muerto y nueve heridos. Además el final fue trágico ya que el 30 de octubre de 1875, en su domicilio en la Villa de Sinaloa, es envenenado don José Rojo y Eseverri en extrañas circunstancias. Es muy probable que algunos de estos hechos hayan obligado a los Urrea a partir a tierras sonorenses. Establecidos en San Antonio de Cabora, Sonora, don Tomás Urrea administra una extensión aproximada de 23 mil hectáreas, que eran propiedad de don Miguel y doña Justina, pero en 1892, año en que muere doña Justina Almada, las propiedades aparecen en el archivo histórico de la Secretaría de Relaciones Exteriores en escritura de donación de los ranchos de Cabora y Aquihuiquichi con sus semovientes a nombre de Tomás Urrea, en esta última hacienda Teresita aprendió a leer con la ayuda de una anciana, y a escribir sola dibujando las letras en el piso del polvo de su casa; sin embargo, parece que tenía una inteligencia natural, así lo asegura el ingeniero Lauro Aguirre.
Inicio de la fama de “La Santa de Cabora”: Se dice que Teresa Urrea sufría de ataques catalépticos que la sumían en la inconsciencia durante 13 días y la mantenían en una especie de trance por unos tres meses. Durante el estado de trance, comenzó a curar, según ella misma lo manifestó en una entrevista: “Cuando tenía 16 años mi padre mandó por mí, fui a su hacienda en Cabora (…). Allí durante tres meses y dieciocho días estuve en estado de trance. No sabía lo que hacía en ese tiempo, aquellos que me vieron, me dicen que no podía caminar, pero tenían que alimentarme, que hablaba cosas extrañas acerca de Dios y la religión y que la gente venía a verme de toda la región y, si estaban enfermos o lisiados les imponía mis manos y sanaban. De esto no recuerdo nada, pero cuando recobré la conciencia vi que toda la gente estaba curada”. Por sus milagros su fama se extendió no sólo a nivel nacional sino también al extranjero.
*Profesor de la FCA / UAS. Sinaloa de Leyva.
Interesante la nota pero encuentro una imprecisión, la esposa de Tomás Urrea Ortíz, fue una pariente lejana del propio Tomás, doña María Loreto de la Luz Eseverri Urrea, nacida en Cosalá, Sinaloa el 10 de diciembre de 1844. Doña Loreto era pariente política de la poderosa familia Almada por su marido, y también lo era de manera lejana, por su línea materna, los Urrea.
Los padres de Loreto Eseverri Urrea fueron: Tomás María Eseverri Urrea y María Micaela Urrea, ambos originarios de Cosalá, Sinaloa. Doña Loreto Eseverri casó con Tomás Urrea el 14 de marzo de 1867 en Culiacán, Sinaloa. Era familiar de José Rojo Eseverri a través de Carmen Eseverri, madre de éste último. Tomás Urrea su marido, era sobrino de Miguél Urrea casado con doña Justina Almada González de Zayas, vecinos de Alamos, Sonora.