Por Juan Salvador Avilés Ochoa*
El Casino de Mocorito fue una institución que congregó a los personajes más importantes del porfiriato en el antiguo Distrito de Mocorito. Este grupo de personajes tuvieron gran influencia en el desarrollo del Distrito, fueron los principales actores de la vida política, económica y social de la época.
Mocorito vivió su época de oro en la prosperidad porfiriana, tuvo un crecimiento económico, tal vez el más notable de su historia, ya que durante la primera década del siglo XX, el Distrito fue uno de los más desarrollados del estado.
En aquel tiempo, Mocorito tenía un periódico, Voz del Norte, y dos hoteles: el Hotel de las Diligencias (con su palenque de gallos) y el Hotel Inzunza. Mocorito contaba con un comercio muy significativo, en el cual estaban representadas las empresas extranjeras que tenían su asiento en Mazatlán y en Culiacán. Era centro estratégico de varias zonas mineras: de El Magistral, Potrero Mining Company y del Palmarito Mining Company, que estaba en el Palmarito. Incluso, por aquí circulaban las diligencias ya que pasaban los dos caminos que cruzaban el estado de Sinaloa.
El Casino de Mocorito fue fundado el 5 de mayo de 1904, estaba ubicado en la esquina que forman las calles hoy Francisco I. Madero, esquina con Morelos, contra esquina de la plazuela. En ese lugar, actualmente existen locales comerciales y a pesar del paso de los años, conserva rasgos arquitectónicos que denotan buen gusto y la calidad de la construcción.
La mesa directiva electa por los socios, en el año de 1906, quedó integrada de la siguiente manera: Presidente, Manuel J. Esquer; vicepresidente, Dr. Enrique González Martínez; 1er. vocal, Adolfo Avilés; 2do, vocal, Miguel Moreno; 3er. vocal, Serapio López; tesorero, Aurelio M. Delgado y secretario, profesor Sabas de la Mora.
En febrero de 1906, fueron admitidos como socios contribuyentes Benjamín Buches, Manuel Elenes Gaxiola, Ángel Güemes y Macario Riveros; este último a petición de Miguel Moreno. El prefecto del distrito era don Antonio Echavarría, socio del Casino. Durante el segundo semestre del año los también miembros del Casino, Miguel Moreno y Manuel J. Esquer fungieron, respectivamente, como presidente y vicepresidente del H. Ayuntamiento del Distrito.
Otro de sus principales socios, el Dr. Enrique González Martínez, fue electo diputado federal suplente por el primer distrito electoral del Estado de Chihuahua.
González Martínez relata, en algunas publicaciones de la Revista Arte, que él llegó a Mocorito, para hacerse cargo de la prefectura, porque en ese entonces había dos familias que constantemente se estaban disputando el control político del distrito. Y, como suele suceder, un tercero en discordia ocupó el poder.
El 10 de noviembre de 1906, el Dr. González Martínez sustituyó en el cargo de prefecto político del distrito a don Antonio Echavarría, quien después de permanecer casi cinco años en el puesto dejó una importante obra material pero, sobre todo, logró hacer reinar la paz y la concordia en esta villa, anteriormente muy dividida.
En 1907, para regidores del Ayuntamiento del Distrito, presentaron sus candidaturas los señores Manuel J. Esquer, Pedro Inzunza, Serapio López, Antonio Echavarria y Aurelio M. Delgado, todos socios del Casino; logrando, desde luego, sus propósitos. Es decir, los socios del Casino eran activos participantes en el comercio y en el gobierno del Distrito; en todos lados participaban. En noviembre de 1906 el señor Francisco Belguin, gerente de la negociación minera Palmarito Mining Company, es admitido también como nuevo socio del Casino.
La mesa directiva de 1907 estaba conformada por el doctor Enrique González Martínez, Serapio López, Aurelio M. Delgado, Adolfo Avilés, Gabriel Valdez, José Sabás de la Mora y Manuel J. Esquer. Es decir, volvemos a encontrar los mismos nombres, pues se pasaban los cargos y puestos unos a otros, como de vez en cuando suele suceder todavía. El último de los mencionados, fue nombrado presidente del Ayuntamiento del Distrito.
En enero del mismo año, la mesa directiva acordó comprar una mesa de billar (en 800 pesos) a los señores Inzunza Sucesores. Además, se pidió a Mazatlán la madera necesaria para entarimar uno de los salones del Casino, para instalar la mesa.
En los confortables salones del Casino, además del juego de billar y de las cartas, se podía disfrutar de los mejores vinos, cervezas y cigarros de moda, como las cervezas Pacífico de Mazatlán, Carta Blanca y Salvator de Monterrey, Águila y Reina Blanca, de Hermosillo y cigarros Gloria, los únicos engargolados con papel canela, trigo y catalán.
El 6 de enero de 1908 se efectuó el cambio de mesa directiva quedando de la siguiente manera: presidente Serapio López, vicepresidente Adolfo Avilés, primer vocal Antonio Echavarría, segundo vocal
Dr. Enrique González Martínez, tercer vocal Aurelio M. Delgado, secretario José Sabás de la Mora y tesorero Emiliano Villalpando.
También pertenecieron como socios contribuyentes los señores Enrique Moreno, quien posteriormente sería magistrado de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; profesor José S. Conde; Sixto Osuna, que era ayudante del prefecto político y un poeta originario de Villa Unión, de los más importantes de la época. También fue admitido, Fabián M. Elizondo, quien llegó a Mocorito y ocupó el cargo de tesorero del municipio, recomendado ni más ni menos que por Álvaro Obregón.
El Casino poseía una importante biblioteca, ya que por reglamento los socios debían aportar volúmenes a la misma, y en ella se podían encontrar textos como: Historia Universal, por Drioux (6 tomos); Cyrano de Bergerac, por Mendoza; Obras Completas de Víctor Hugo; La Señorita del Quinto Piso, por Paúl de Kock; Las Vírgenes de Medias, por Ruiz López; Amor a Obscuras, por Zamacois; Sin Madre, novela de Comway; Pruebas de Amor, por Luján; Las Medias Bordadas, por Prevost; Diccionario Industrial (6 tomos), Zootecnia (4 tomos), Felicidad, de E. Zolá; entre otros.
En este lugar se celebraron reuniones de todo tipo, se formaban patronatos de carnaval, juntas de mejoras materiales, juntas patrióticas, además de reuniones políticas en donde se decidían todos los destinos del Distrito y en donde los protagonistas eran los socios del Casino.
También se efectuaron reuniones sociales de antología, como la realizada el 24 de diciembre de 1906, cuya crónica extraída de las páginas de Voz del Norte da cuenta del esplendor y prosperidad que se vivió en Mocorito durante el porfiriato.
A continuación, tomada de la edición del miércoles 26 de diciembre del bisemanario, se describe el menú del evento impreso en elegantes tarjetas: “Cena en obsequio de los señores Dr. Enrique González Martínez y Antonio Echavarría. (Mocorito, 24 de diciembre de 1906).
Aperitivo: cocktail champagne, ostiones frescos, sopa de ostión en leche, macarrones a la italiana, guachinango en aceite, langosta en mayonesa, bacalao a la vizcayna, perdices con champiñones, pavo al horno, mole poblano, pastel, dulce y café.
Entretenimientos: aceitunas sevillanas, salchichón de Lyón y queso.
Vinos: Jerez Solera Hidalgo 1810, jerez amontillado, vino blanco Chablis, vino blanco Aut. Sauterne, vino tinto Ponte Canet, vino tinto Chau Bel Air, vino tinto S. Emilion, champagne Viuda de Clicquet.”
El Casino de Mocorito se fue junto con el porfiriato, dejando tras de sí una estela de trascendentales sucesos que le dieron rumbo al distrito, hoy convertidos a través de este relato en un bello recuerdo.
*Cronista de Mocorito.