Por Joaquín López*
Para el Maestro Herberto Sinagawa Montoya
El periódico El Demócrata anunció en su edición del sábado 11 y domingo 12 de marzo de 1939 que Cantinflas estaría en Mazatlán con su trouppe en el teatro Royal de la calle Ángel Flores, el mismo que después de una remodelación funcionó hasta finales del siglo pasado como Cine Diana. La visita del mimo al puerto no pasaría de ser anécdota curiosa si no fuese porque 1939 fue el año de su consagración como el principal comediante de México y la visita demuestra que Mazatlán era una plaza. Según entrevista que le hiciera Guadalupe Elizalde, Cantinflas y Mario Moreno Reyes nacieron “en la sexta calle de Santa María la Redonda número 182, a las doce y media de la madrugada, un sábado 12 agosto de 1911”.
Aunque fue pobre no conoció la miseria, pero el sueldo de su padre Pedro Moreno Esquivel no alcanzaba para mantener a 14 hijos de los que sobrevivieron 8. Varios artículos que circulan en internet aseguran que estudió la carrera de medicina, Cantinflas aclara que lo que abandonó fue la escuela de Agronomía y además “…huí de casa, me hice soldado y esta aventura duró poco tiempo, pues mi padre, a ruegos de mi madre, Soledad Reyes Guizar, fue a buscarme a Chihuahua… y me dieron de baja por ser menor de edad”.
Como no quiso estudiar ni trabajar y su padre exigía que ayudara en el sostenimiento del hogar, volvió a abandonar el cobijo familiar y se dedicó al boxeo en compañía de su hermano Pepe, actividad en la que se ponían de acuerdo a ver quién se dejaba caer para cobrar los 7 pesos del ganador.
Cantinflas anduvo por Jalapa como boxeador en los años de 1928 ó 1929 y a su regreso a la ciudad de México entabló relación con la familia Aragón, dueños del teatro Ofelia donde dice que: “Mi bautizo artístico fue Polito”. En Cuernavaca comenzó a dibujar el nombre de su personaje de Cantinflas. De ahí trabajaría en muchas otras carpas hasta que llegó a otra llamada “Valentina” en Tacuba, ahí sellaría su destino la amistad con Estanislao Schilinski y Valentina Zubareff. El primero fue su pareja cómica y quien le escribió el libreto para su primer cortometraje, Valentina se convertiría en su esposa.
En entrevista con Jabobo Zabludowski, Cantinflas cuenta que su madre, doña Chole, era originaria de Cotija de la Paz, Michoacán y que su éxito como comediante en las carpas lo había llevado al teatro Follies Bergere de la ciudad de México, todo ello durante el período presidencial de otro michoacano: el general Lázaro Cárdenas del Río. Miguel Ángel Morales escribió que Cantinflas compartió créditos en su primera película “Así es mi tierra” (1936) con el comediante José Manuel Medel, pero luego ocurrió un suceso que colocaría a Moreno Reyes muy por encima de Medel.
“…el miércoles 28 de julio de 1938 el obeso de Luis N. Morones -de 47 años regresó al país después de ser expulsado por Cárdenas en abril junto con Plutarco Elías Calles y hace una denuncia con respecto a sus agremiados en la convención de la CROM”(…). En la ceremonia de clausura, Morones reta a un debate público a su antiguo protegido, el todopoderoso Vicente Lombardo Toledano, entonces el máximo líder de la CTM. Lombardo Toledano le responde en El Universal: “Si se trata de un concurso de oratoria, creo que el mejor discurso de un hombre es su propia vida, y la vida de Morones está ya juzgada. Si Morones se propone demostrar su capacidad dialéctica, que discuta con Cantinflas”. Según Alfonso Taracena: “de una plumada Lombardo introduce en el templo de la fama al cómico”.
Cantinflas definió el éxito de las carpas como una especie de “caja de resonancia donde los actores decíamos lo que el pueblo pensaba. A diferencia de lo que pueda creerse, el pueblo de México es una sociedad muy crítica y nada que suceda o se ordene desde la cúpula del poder, puede pasar inadvertido. Si uno asiste a un café o a una reunión de amigos, el tema recurrente es la política. Por aquellos años, cuando México era más manejable en su tamaño y dimensión, esos comentarios corrían a una velocidad impresionante. El público estaba muy bien informado y los políticos eran tan claros como yo. Los actores recogíamos ese eco popular, lo hacíamos nuestro y le imprimíamos un estilo personal…”
No es aventurado decir que Cantinflas y otros comediantes de la época sirvieron de válvula de escape al manifestar sus desacuerdos con el gobierno, expresando el sentir nacional en el teatro y en el cine. Es bien conocido que el carácter del presidente Cárdenas era en extremo serio, sin embargo como dijo Cantinflas, no hubo actos de censura de parte de la autoridad cuando hacían burla directa de los políticos. En contraste, en la década de los 70’s Manuel “El Loco Valdés” y Luis Manuel Pelayo vieron truncadas sus carreras por improvisar un chiste el primero al referirse a un “Bomberito Juárez” y doña “Manguerita Maza de Juárez” y el segundo por utilizar su programa para brindar apoyo social ante la injusticia de una autoridad. No ha habido en la historia de México otro cómico más célebre y querido que Cantinflas (1911- 1993). Fue en el barrio bravo de Tepito donde recibió su “educación formal”. Tepito es uno de los distritos que mejor ha resistido el embate de la modernización urbana en la capital del país y se distingue además por conservar su vocación comercial desde tiempos prehispánicos. Los aztecas no permitían que los indios de esa comarca comercializaran sus productos en el mercado principal, por lo que tuvieron que crear uno propio donde, según Rafael López Castillo, “concurrían a vender el producto de sus hurtos los ladrones”. Esta cultura y el clásico “albureo”, una forma de discusión en doble sentido donde vence el más listo, fueron los instrumentos que Mario Moreno utilizaría para forjar su clásico personaje.
El toreo es una milenaria tradición proveniente de la Grecia antigua, herencia que trajeron los españoles al continente. Cantinflas también fue propietario de un rancho dedicado a la crianza de toros de lidia. En sus presentaciones taurinas usaba un descolorido traje de luces con pantalón a la cadera ocultando el trasero bajo un largo camisón. Su habilidad de torero quedó demostrada al hacer faena sin doblaje en películas como “Ni Sangre ni arena” (1941) y “El Padrecito” (1964), además, en sus años mozos recorrió las plazas del país con un espectáculo taurino.
La fama del mimo creció con su incursión en el cine, a su llegada al puerto ya llevaba filmados varios cortometrajes además de: “No te engañes corazón”, “Así es mi tierra”, ambas de 1936, y la que diera fama tanto a él como a José Manuel Medel. “Águila o Sol” (1937) ocupa el lugar número 87 entre las 100 mejores películas mexicanas y dirigida por Arcady Boytler, discípulo de Sergei Eisenstein, que junto con la esposa de Cantinflas y Schilinsky eran de origen ruso.
Antes de su arribo a Mazatlán en enero de 1939 inició la filmación de “El Signo de la Muerte”, el argumento y libreto fueron obra del prolígrafo Salvador Novo y musicalizada por el genio musical de Silvestre Revueltas, la película se estrenó en diciembre. La coronación del actor “Ahí está el detalle” (1940), fue escrita y dirigida por Juan Bustillo Oro y está catalogada en el lugar número 10, en ella intervienen personajes conocidísimos de la época entre los que destacan Joaquín Pardavé y doña Sara García.
El título de la película nace, según Cantinflas, del mote que la clase obrera daba a la marihuana. En plena actuación, al preguntar a Medel aquello de ¿Dónde está el detalle?, este lo miraba desconcertado, pero el populacho, de inmediato detectaba que hacía referencia a la cannabis y así mientras unos seguían sin entender, otros se convulsionaban de risa. El arribo del comediante al puerto es pues el momento histórico en que el país acoge el peculiar modo de hablar de Cantinflas; así lo demuestra la publicidad de “El Demócrata” que invita al público a presenciar lo que sería la “Única oportunidad de admirar al célebre cómico cuya actuación constante de cerca de 3 años en la capital de la República con llenos a reventar es un fenómeno que no se había visto”.
Según Carlos Monsiváis, escritor erudito en cuestiones nacionales y del cine, el México de los años 30 “era una comunidad pobre, aún disminuida por el analfabetismo” y añade que “a lo largo de 3 décadas el cine y Cantinflas serían importantísimos en la evolución y en el enriquecimiento del idioma y del sonido del habla popular”.
Al profundizar sobre el asunto del lenguaje instituido por Cantinflas, Monsiváis explica que el comediante representa “la erupción de la plebe en el idioma popular”, lo anterior se puede constatar en el episodio del juicio contra Cantinflas, acusado de asesinato en “Ahí esté el detalle”, quienes durante el veredicto, tanto juez como acusador y la defensa terminan todos cantinfleando; con su triunfo pasa de ser un delincuente pelado a héroe verbal que vence al establishment social de la época.
El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española contiene siete definiciones a partir de la palabra Cantinflas, el uso y significado de los mismos varía de país a país. Por ejemplo dice el diccionario que en Chile se aplica el adjetivo “Cantinflero” a una persona que habitualmente dice cosas sin sustancia ni fundamento y se lo han aplicado hasta a su propia presidenta Bachelet; en Cuba y en México se define el verbo “Cantinflear” como hablar de forma disparatada y sin decir nada o medio actuar de la misma manera.
Cantinflas entró por la puerta grande a Hollywood donde protagonizó “La Vuelta al Mundo en 80 Días” (1956), película que obtuvo 5 Óscares y 5 nominaciones, ahí compartiría créditos con David Niven, Shirley Mc Laine, Frank Sinatra y Marlene Dietrich entre muchos otros. Tiempo después recibiría un “Globo Dorado” (Golden Globe Award) por su destacada actuación como comediante. Después vendría “Pepe” (1960) en coproducción también con una empresa de la Meca del cine, ahí actuó al lado de Carlos Montalbán, Maurice Chevalier, Bing Crosby, Sammy Davis Jr. Zsa Zsa Gabor, Judy Garland, Jack Lemmon, Kim Novak y Debbie Reynolds. Recuerdo haber visto en Hollywood su estrella en la famosa Avenue of the Stars y sus manos estampadas en concreto con la leyenda “Cantinflas as Pepe”.
Monsiváis designa el estilo de Cantinflas como “la fuerza de la épica del sinsentido” a la vez que cuestiona “¿De qué modo se comunican hoy el 99 por ciento de los mexicanos –clase dirigente incluida- si no es con el habla popular? Asegura también que “México se ha vuelto, por el analfabetismo funcional y por la escasez de las lecturas, un país de habla popular y gran parte de esa habla se la debemos a Cantinflas y a sus películas”. Esto lo confirma Arturo Pérez Reverte, autor de “La Reina del Sur” en entrevista con Félix Linares confiesa que a su arribo a México quedó sorprendido con el habla y dijo: “¡Anda, si hablan como Cantinflas! La verdad que fue toda una sorpresa para mí, me quedé a cuadros. Claro que debemos tener en cuenta que el éxito de Cantinflas reside justamente en que él hablaba como el pueblo. Ahí está la cuestión, o <el detalle> como diría él”.
*Cronista de Teacapán.